Capítulo XII

234 37 8
                                    


Capítulo XII

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo XII

─Steve... Oh, Steve...

El chico se arrodilló frente a la tumba de su madre y depositó en la lápida el ramillete de flores que había robado para ella. Aquel era el primer día de las madres que pasaba sin ella. Hasta ese momento, había logrado mantener cierto nivel de control, cierta normalidad en su vida. Pero, al ver a sus compañeros rodeados de sus madres, las tarjetas, las flores, las felicitaciones y las sonrisas por todos lados, el control se fue al carajo. Salió corriendo de la escuela, sin saber ni siquiera adonde quería huir. Sólo quería irse lejos, alejarse de todo, hasta de sí mismo. No se dio cuenta en qué momento comenzó a llover, pero, estaba empapado hasta los huesos cuando algo se interpuso entre él y la lluvia.

─ Steve, por Dios, lo siento tanto...

Alzó la mirada hacia el cielo y se encontró con la compasiva mirada del Capitán Barnes, que lo cubría con su paraguas. Él y su hermano llevaban un par de meses viviendo con él y la verdad es que se sentía muy a gusto en su casa. Se sentía querido, protegido, escuchado y apreciado. Pero, en ese momento, lo único que quería era a su madre. Siguió llorando y el hombre se acuclilló a su lado, soltando el paraguas para rodearlo con sus brazos y atraerlo a su pecho. El pequeño Steve se aferró a su abrigo, sintiendo las suaves caricias que le dejó en el cabello.

─ Steve, por favor, reacciona, escúchame... ¡Steve! ¿Steve?

"La extraño", dijo el niño, escondiendo el rostro en el pecho del mayor.

"Yo lo sé, pequeño, lo sé...", murmuró el hombre contra su cabello, abrazándolo con más fuerza. "Sé que la necesitas, que la extrañas. Yo también extraño a mi mamá, ¿sabes?", confesó, ganándose la atención del niño.

"Pero... pero tú eres un adulto", razonó, haciéndolo sonreír.

"Sí, soy un adulto, pero, incluso los adultos pueden extrañar a sus mamás y a sus papás. Yo los extraño todo el tiempo", Steve lo miró con el ceño fruncido y comprendió lo que quería decir.

"¿Tú también te sientes solo?", preguntó y Bucky sonrió con tristeza, asintiendo.

"Así es, a veces me siento muy solo. Pero, desde que llegaron tú y tu hermano, ya no me siento tan solo como antes... podemos hacernos compañía los unos a los otros, ¿no te parece?", ofreció, ganándose un asentimiento de parte del niño.

"Sí... supongo que podemos hacernos compañía. Pero...tú no te irás, ¿verdad? ¿Tú no nos vas a dejar solos?", Bucky lo abrazó nuevamente y negó, dedicándole una sonrisa dulce.

"No, Steve. Yo no los voy a dejar solos..."

─ ¿Steve? ¡Steve, reacciona, maldita sea, tenemos que salir de aquí! ─ la fuerte cachetada que le dio su hermano, lo trajo de regreso a la realidad. Douglas tenía el rostro manchado de polvo y lágrimas mientras lo zarandeaba, intentando sacarlo de su estado de estupefacción.

The Ugly TruthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora