Capítulo XXIII

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Capítulo XXIII

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Capítulo XXIII

El cartel que apareció ese día fue sólo el primero. A la mañana siguiente, el rostro impoluto del Capitolio amaneció manchado con los carteles con su rostro. "Asesino", "mentiroso", "traidor", rezaban los carteles, exponiéndolo al escarnio público. Los agentes de seguridad limpiaron con rapidez las columnas, pero, cada vez que limpiaban una muralla, aparecían diez más llenas de carteles y aquellas palabras terminaron repitiéndose en su mente una y otra vez, como un mantra maldito que no lo dejaba dormir. Por más que intentaron contener la noticia, no fue posible, debido a que las personas comenzaron a postear las capturas de sus teléfonos celulares en las redes sociales y su nombre se volvió tendencia en los foros.

Amanda ordenó a los miembros del escuadrón de inteligencia que revisaran cada cámara de seguridad y particular que pudiera ofrecer una prueba de quiénes eran los responsables. Pero, fue inútil. Los culpables se movían como sombras en medio del caos de la ciudad y trabajaban con tal sutileza y rapidez que era imposible adelantarse a sus próximos movimientos. Los noticieros pronto hicieron eco de la noticia y, las redes se llenaron de especulaciones y teorías. La versión oficial, entregada por SHIELD fue que se trataba de una descarada estratagema de los detractores de la figura del Capitán América para ensuciar su buen nombre y, de paso, enlodar a las instituciones. Muchas personas teorizaron que quizás se trataba de una amenaza solapada de algún grupo terrorista que deseaba atacar la ciudad y los rumores hicieron que cundiera el miedo en la población.

El capitán era más que sólo un hombre, era un símbolo. Un símbolo de todo lo bueno y lo correcto, un símbolo de la libertad y de la seguridad que el estado debía garantizar a sus ciudadanos y, si éste era atacado de ese modo, significaba que todos estaban en peligro. Douglas parecía un león enjaulado. No podía creer como nadie era capaz de encontrar a los culpables, pese a que él sabía perfectamente de quienes se trataba. Natasha, Steve y David seguían prófugos y no se tenía ninguna pista de su paradero hasta el momento. La noticia siguió creciendo, a medida que sus detractores aumentaban. Para algunas personas, la existencia de la figura del Capitán América era anacrónica y estaba fuera de lugar en una sociedad moderna de derecho.

Habían creado al capitán en una época en la que era necesario tener un símbolo que uniera a la nación bajo ciertos valores que ya no tenían el mismo peso que en décadas anteriores. Muchos lo consideraban una figura racista, que llamaba al nacionalismo más fanático y que promovía valores que iban en contra de la libertad de los tiempos modernos. Así que, muchos comenzaron a hacer eco de los reclamos. Douglas apoyó los codos en las rodillas y se inclinó hacia adelante, mientras observaba la pantalla de la televisión con el ceño fruncido.

La figura del Capitán América representa sólo a una parte de la población norteamericana: es un hombre blanco, de perfectos rasgos caucásicos, heterosexual y de la clase alta. Ya no necesitamos sólo a un hombre que represente a la nación: Estados Unidos es un crisol de nacionalidades, identidades, razas y orientaciones sexuales que quedan fuera de lo que él representa. Nuestros soldados son de todas las razas, géneros, edades y condiciones sociales... ellos representan más al pueblo norteamericano que un militar con esteroides que llegó adonde está sólo por ser el hijo de un verdadero héroe─ decía una mujer en un programa de televisión y él apretó los puños con fuerza, deseando poder estamparlos contra su rostro moreno─ No sé si las acusaciones en su contra son ciertas o no, pero, es su deber como figura pública el someterse al escrutinio de la justicia y demostrar que está limpio... muchas personas en este país lo alaban como si se tratara de un dios y necesitamos saber que nuestros niños no admiran a un criminal.

The Ugly TruthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora