Parte 1

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《 Algunas personas impactan en tu vida, Hyunjin. Usualmente llegan en un día no común. Cuándo van a ser especiales, el día será especial por siempre. 》

La tormenta no impidió las clases. Hyunjin no quería prestar demasiada atención, observaba el patio escolar a través de la ventana. El día era nostálgico, tan melancólico como la incertidumbre de lo que ocurriría al volver a casa.

Corrió sin importarle humedecer sus finos zapatitos. Profesoras refunfuñaban por verlo descuidado y solo. A Hyunjin no le importaba eso. Llegó a la entrada principal del colegio, ahí los padres esperaban a sus niños, los monitores entregaban a los mismos verificando la seguridad de cada uno. Una sonrisa asomó los labios de Hyunjin al ver a una joven dama esperar con su paraguas, levantó los brazos moviendolos para hacerse notar.

La mujer sonrió encantada, esperando su turno hasta que finalmente se lo entregaron.

— Hola, Krystal —la saludó con felicidad, pero ella solo pudo corresponder con una sonrisa pacífica.

Subieron al auto, el chófer los dirigió hasta la casona en la que el único hijo de aquella familia estaba creciendo.

— Iré a ver a papá —anunció al quitarse los zapatos, Krystal se encargó de ponerle ropa calentita y secar sus cabellos para que se mostrara presentable.

— Recuerda no hacer tanto ruido, él se alegrará de verte.

Lo llevó de la mano hasta la habitación dónde descansaba el progenitor de Hyunjin. Tocó un par de veces antes de ingresar. El infante no dudó en correr a saludar a su padre, subiendo a la cama para recostarse con él. El delicado hombre sonrió por verlo, permitiéndole abrazarle.

Krystal observó con prudencia mientras comenzaban a hablar sobre el día escolar del chiquillo. Hyunjin aún era pequeño, a pesar de ser un niño inteligente su mente no alcanzaba a comprender que el hombre que lo había llevado en su vientre yacía delicado y moribundo.

Al señor Hwang, lo que más volvía difícil su enfermedad, era el hecho de no poder jugar más con su hijo ni llevarlo al colegio. Sobre todo cuándo Hyunjin parloteaba habitualmente sobre un futuro en el que su padre volvería a estar sano. Hwang Chaejin sabía que ese futuro no llegaría. A pesar de estar casado con uno de los mejores doctores del país su enfermedad no tenía cura ni esperanzas. Era lo más frustrante para el matrimonio.

A un bombero se le puede incendiar la casa, a un policía le pueden robar. Nadie está exento de lo que llegue a suceder》.

El doctor Hwang Minhyuk se había mostrado optimista al principio de la enfermedad de su esposo, pero conforme avanzaba el problema la realidad armaba su tienda al medio de sus vidas.

Hyunjin lo supo cuándo una de las maestras habló con su tutora de curso a las afueras del salón. Posteriormente, lo llamaron. El desenlace significó la pérdida de una esperanza. Hyunjin comprendió que su papá no volvería y que jamás lo vería de nuevo. Pero los últimos momentos que pasó a su lado dejaron en claro lo que quería para sí mismo.

"Cómete el mundo, Hyunjin, no permitas que nadie nunca te impida llegar a las estrellas."














El colegio le era sumamente eterno, sin nadie por quién llegar a casa. Krystal era la única que lo esperaba. Su padre se había refugiado en el trabajo y la casa comenzaba a quedarles grande solo para ellos dos.

— Nos mudaremos a la otra casa de tu padre —le informó Krystal una tarde mientras lo aseguraba en el asiento del auto—. Tu papá considera que eso será mejor para todos ¿no lo crees?

— En esta casa es donde se queda papi —murmuró Hyunjin con tristeza.—. Además la otra casa es más pequeña.

La joven criada lo miró con ojos agotados, le sonrió. La mejor parte de su trabajo era educarlo y brindarle principios, pero también era agotador de vez en cuando.

— No importa el tamaño de la construcción, sino la calidad, Hyun. La casa no es tan inmensa como esta, pero al menos estaremos tú y yo juntos, para siempre.

— ¿Para siempre? —Le miró con anhelo— ¿Nunca te irás?

— Nunca, Hyunjin, nunca me iré.

La casa resultó seguirles quedando grande de cualquier manera. El doctor Hwang solo aparecía de vez en cuando, acostumbrando a su hijo a su nueva vida. Ahora únicamente eran él, Krystal y la soledad.

A seis meses de la muerte de su padre, Hyunjin, sin embargo, pudo ver el atisbo de una nueva oportunidad.

— Papá decía que cuándo alguien es especial, llega de manera especial —le contó a Krystal, quién tomaba la cena con él—. Se llama Sunghae. Va en tercero B. Es demasiado tímida.

— ¿Y por qué la consideras especial, entonces?

— Debiste vernos, Krys, ella huía de mí y yo la perseguía para decirle que atara sus agujetas. Se cayó y yo caí también. A lo mejor nunca más va a querer verme, no parece que le haya agradado, pero de cualquier modo es especial, Krys, esa niña es especial.

— Algunos niños tienen miedo de los otros. Sólo espera y podrán ser buenos amigos.

— ¿Y sí no?

— Vendrán amigos mejores.

Sus palabras solamente lograron dejar un sentimiento extraño en su pecho. Era cierto que aún era pequeño, pero estaba seguro de que quería a esa niña como amiga. O eso creía, hasta que la perdió de vista.

— ¿Por qué tuvo que irse a otra escuela? —Sollozaba Hyunjin, bajo la atenta y misericordiosa mirada de la chica. Krystal lo abrazó con ternura, sentándolo en sus piernas.

— A veces suelen pasar esas cosas, hay que aprender a dejar ir a las personas, porque nadie es de nadie. Aún te faltan cosas por vivir, personas por conocer. Tu mundo es chiquito. Hay muchos niños y niñas allá afuera.


• PARTE 1 •

《Siempre brilla, Hyunjin, brilla tanto que hasta los luceros mismos te pregunten como lo haces》


Como con voz de profeta pasaron los siguientes años de su vida. Hyunjin conoció a más personas. Los buenos amigos llegaron, pero también los malos. Su mundo comenzaba a expandirse, pero junto a eso, con el paso del tiempo, aprendió cosas y se dio cuenta de otras. Formó su personalidad a raíz de experiencias y anécdotas vividas, una personalidad más 'seria' y un carácter más selectivo, sin embargo, ese niño curioso e hiperactivo seguía vivo dentro de sí. A la espera, de algún día, volver a surgir.

Quiereme como a ella (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora