'Las promesas son la atadura romántica que tiene la vida para hacerte pasar un mal rato. '
Los días habían transcurrido con tranquilidad. Sus amigos y él habían optado por llevar la fiesta en paz, ignorando la existencia de una replica de la chica de su pequeño círculo social. Había sido una tarea fácil el fingir que no existía, tan sencillo como si sus caminos no estuvieran prescritos para suceder.
Hyunjin hubiera preferido no involucrar el corazón con la razón. Pero cuándo nadie se ofreció para trabajar en conjunto con Seungmim, no pudo evitar sentirse responsable.
En su mesa todavía había espacio para alguien más, el profesor intercambió miradas con él, como si esperase su iniciativa. Terminó levantando la mano, sus compañeros de mesa le miraron con espanto.— ¿Qué crees que haces? —Masculló uno de los chicos, pero él lo ignoró.
— Oh, que bien. Seungmin podrás trabajar con Hyunjin y su equipo.
Los cuatro compañeros se quejaron entre murmullos, mientras el chico nuevo se acercaba para trabajar con ellos. Sin disimular le dejaron el asiento junto a Hyunjin, alejándose lo más que podían.
— Tampoco estoy feliz de trabajar con ustedes —aclaró Seungmin al notar el disgusto—. Podía hacerlo solo —una de las jóvenes iba a replicar, pero Hyunjin fue más rápido, entregando una hoja impresa al castaño— ¿Por qué te ofreciste a incluirme en tu equipo? —Masculló, obteniendo la atención de la mesa. Parecían todos querer saber lo mismo.
— Es un proyecto meticuloso, hacerlo solo te iba a costar más tiempo, energías y dinero del necesario. Además, es solo un trabajo en grupo, nada más.
Seungmin asintió, seleccionando su parte del proyecto, decidiendo no decir más. Para el final de la clase, como era habitual, él tomó sus cosas y salió rápidamente del salón. Los miembros restantes del equipo se acercaron a Hyunjin.
— Lo lamento, pero ese chico es extraño y siempre está de malas, hablo por todos al decir que nadie quiere trabajar con él —informó quien parecía estar al mando del proyecto, Hyunjin asintió comprensivo—. Votamos y estamos de acuerdo en reunirnos luego de clase para avanzar, pero queremos que Seungmin no venga.
— Estoy de acuerdo. ¿Adónde nos veremos y a qué hora?
— No estás entendiendo —masculló el joven alto—. Seungmin y tú harán su parte del trabajo solos, nosotros por nuestro lado. Al final juntaremos los resultados.
Hyunjin sonrió divertido. Sabía que a nadie le agradaba Seungmin, no solo por su malhumor sino porque era el chico nuevo y era habitual hacerle pagar por el simple hecho de haberse sumado tarde. Asintió. Era un simple trabajo. Nada que tuviera que involucrar una amistad.
Cuándo sus dos mejores amigos se enteraron de su proyecto en, básicamente, pareja con Seungmin, se sumaron a él para ir a la casa de los Kim. Cuando los primos se proponían ser sobreprotectores, eran peores que la mismísima Krystal, así que Hyunjin estaba del todo seguro cuándo tocaron el timbre de la casa. Sunghae atendió, por suerte, al cabo de unos minutos de espera. Se mostró sorprendida al ver a sus tres amigos, pero sabía de antemano sobre el proyecto y, aunque eso le preocupaba, no podía decir demasiado.
Christopher, Félix y ella comenzaron a ponerse al día, mientras Hyunjin permanecía a la expectativa. Después de un rato Seungmin hizo acto de presencia. Las risas se detuvieron, Christopher y Félix optaron por no establecer contacto visual con él, mientras Hyunjin se ponía de pie, con mochila al hombro.
— Trabajaremos en mi habitación.
Sunghae se levantó del sofá, tomando la mano de Hyunjin. Su hermano la miró con seriedad.
— Todos estamos aquí, creo que lo mejor será que trabajen aquí mismo.
Seungmin avanzó un paso, sin quitarle la mirada de encima. Como si fuera un objeto tomó a Hyunjin por la muñeca, tirando de él. Sunghae lo dejó ir fácilmente, impotente al ver a Hyunjin dejarse arrastrar por su hermano hasta las escaleras.
El más alto no dijo nada. Después de todo iba a verlo a él. De cualquier forma dejó la puerta de la alcoba abierta. Seguridad ante todo.
La habitación de Seungmin era muy similar a la de su hermana. Incluso podía pensar que era exactamente la misma.
— Deja de mirar y empecemos.
Asintió cuando él le hizo volver a la realidad así que se dispuso a tomar asiento en una de las sillas acojinadas frente al escritorio del chico. Tenían cada uno su trabajo, no necesitaban hablar más que para lo necesario. Con todo, Hyunjin podía notar a Félix, Christopher y Sunghae pasearse por afuera de la habitación en algunas ocasiones. Seungmin se encontraba de espaldas a la puerta, por lo cuál parecía no estar enterado. Sin embargo, sí lo estaba. Cuando Hyunjin le dedicó una sonrisa más a Sunghae, Seungmin se puso de pie. La adolescente no tuvo tiempo para irse, su hermano avanzó sosteniendole la mirada. Se quedó un segundo observandola antes de cerrar la puerta con fuerza. Hyunjin suspiró, observándole volver.
— Deja de distraerte y continúa con eso —tomó el libro nuevamente, pero él se sentía lo suficientemente ofuscado con el tema.
— Ella no merece que la trates así
Seungmin se mantuvo ocupado ub instante, posteriormente lo observó con diversión por unos segundos, que parecieron eternos.
— ¿Qué tiene de especial?
— Todo.
— Que respuesta —dejó el libro, cruzando los brazos para mirarle—. Decir que te agrada todo de una persona significa que aún no la conoces —levantó una ceja desafiando al más alto.
— Ella es linda, tierna. Me agrada su modo de pensar y ver la vida, a veces es triste y a veces alegre, pero existe en el momento indicado. Tiene una sonrisa tímida y una forma de reír tan especial. Me gustan sus berrinches —sonrío—, tiene una locura particular.
Seungmin había fruncido el ceño, le miraba como si sus palabras fueran repugnantes.
— No sabía que te gustaba tanto.
— No me gusta.
El gesto cambió, parecía divertido ante sus negativas. Hyunjin lo consideraría un enigma. Sunghae tenía una opinión bastante negativa sobre Seungmin y él no tenía ni el más mínimo preámbulo de lo que ese chico era. Si quería tenerlo o no, ya no era decisión suya.
— Dijiste muchas cosas que te gustan de ella, sin embargo, continúas negando que sientes algo.
— Es mi mejor amiga y me gusta como tal.
— Entonces cuando alguien te guste de otro modo, ¿como lo sabrás?
— Sólo lo voy a saber y ya —encogió de hombros—. Es fácil, alguien te gusta o no y punto.
La conversación había llegado a su fin. Hyunjin comenzaría a creer que todo el show montado por Seungmin había sido con el único propósito de llegar a esa respuesta.
— Terminemos por hoy —concluyó cerrando su cuaderno, Hyunjin negó.
— Terminemos todo de una buena vez.
— No tengo ganas de seguir, mañana iré a tu casa. Aquí solo te distraes. Ahora toma tus cosas, sal de mi habitación y ve allá con tus amigos.
Obedeció inmediatamente, cerrando la puerta al irse, notando a Seungmin en el borde de su cama mirando a la ventana. Realmente actuaba como un psicópata.
Bajó las escaleras con tranquilidad, hasta regresar con sus amigos. Al verlo estos parecían muy tranquilos. Probablemente estaban dramatizando demasiado la situación.
— ¿Como te fue, amor? —Quiso saber Christopher ganándose una sonrisa tranquila por parte del susodicho.
— Solo hicimos el trabajo en silencio y ya.
ESTÁS LEYENDO
Quiereme como a ella (HyunMin)
Fiksi PenggemarHyunjin consideraba a su mejor amiga, Sunghae, la chica más especial en su vida. Sin saber que todo cambiaría luego de descubrir que ella tenía un peculiar hermano gemelo con muy mala reputación