Capítulo 16

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Todo lo que siguió en esa fiesta estuvo mal. Hyunjin sabía que probablemente Christopher , Félix e incluso Changbin lo pasaron de maravilla, pero él no hizo más que cuidar de una chica ebria, evitando que alguien se aprovechara de ella en su situación y, de paso, también evitando que ella misma se propasara con él.

Suspiró cansado cuando llegaron a la casa de Sunghae. Ella dormía sobre su espalda, eran casi las dos de la mañana y haberla convencido de dejar la fiesta había sido lo más difícil de la noche. No sabía si debía tocar el timbre o simplemente abrir con las llaves de Sunghae. Sabía que la señora Kim estaba trabajando, como cada noche, el señor Kim ya no estaba ahí... pero, aún no sabía si Seungmin había vuelto o no. Se sintió preocupado en ese momento. Si resultaba que seguía en la fiesta debía volver por él, pero si no, y estaba dentro, no iba a saber que decirle. De todos modos, Seungmin fue quien abrió la puerta sin necesidad de tocar. Se veía muy tranquilo, tenía la pijama puesta, su expresión volvía a ser la misma de antes.

— Seungmin... —murmuró Hyunjin, intentando dar un paso al frente para ingresar a su hogar, pero el aludido se lo impidió, acercándose primero para tomar a Sunghae en brazos. La cargó fácilmente, acomodándola como si fuera un costal— Déjame ayudarte.

— Vete a casa, desubicado, ya hiciste suficiente trayéndola en esas condiciones.

— Intenté que no bebiera más, pero no me hizo caso —quiso explicarle, siguiéndolo hasta las escaleras. Seungmin subió lentamente, cuidando de no caer, Hyunjin iba detrás suyo.

— Ya sé, Sunghae te controla siempre. Cómo si no pudieras contra una chica pequeña —le dijo con ironía, ingresando a la habitación de su hermana. Hyunjin le sostuvo la puerta, observándolo con atención hasta que la dejó caer en la cama.

Seungmin se encargó de arropar a Sunghae, le quitó los zapatos e incluso colocó una compresa fría en su frente. Dejó la luz de la lámpara de noche encendida y finalmente salieron de ahí.

— No sé por qué sigues aquí —masculló, cerrando la puerta de la chica con cuidado—. En serio, vete.

— Hablemos.

Seungmin rodó los ojos, comenzando a caminar hasta su propia habitación. Hyunjin, sin ser invitado, le siguió. Nuevamente el castaño le miró malhumorado cuando ingresó detrás suyo.

— Vete, Hyunjin.

— No, hasta que hablemos.

— ¿Y de qué quieres hablar? —Preguntó fastidiado deteniéndose a la mitad de su pieza, el más alto estaba frente a él mirándole fijamente. Aunque se sentía diminuto, Seungmin era consciente de que no podía demostrar fragilidad delante del pelinegro. Si lo hacía iba a tomarlo a ventaja y él no podía permitírselo— Ya dejaste todo claro, ahora tienes que cuidar los sentimientos de Sunghae o yo mismo voy a matarte.

— Yo no estoy enamorado de ella.

— No parecía así mientras la besabas.

— ¡Ella me besó! —exclamó por lo bajo, tomando los hombros de Seungmin, este se removió para liberarse, pero él estaba siendo más fuerte— Estaba borracha, mañana ni siquiera lo recordará.

— Pero tú y yo sí.

— ¿Y qué más da? Sunghae no está enamorada de mí, solo se siente confundida.

— ¿Cómo estás tan seguro? Tal vez si te quiere y...

— Esto es como Changbin y tú —le dijo, mirándolo fijamente, Seungmin frunció el ceño, sin comprender—. Estás demasiado obsesionado con él, aún cuando sabes que está detrás de alguien más —estaba hablando tan rápido que ni siquiera intentaba que Seungmin le entendiera—. Es molesto que siempre vayas siguiendo a Changbin a todos lados, pero no lo puedes controlar porque te gusta. Ni siquiera sé por que te gusta si es un idiota, pero es algo que se te pasará pronto y...

Hyunjin dejó de hablar al sentir la bofetada que Seungmin le había propinado. Se mantuvo en silencio un momento antes de volver la mirada hasta el castaño, este se liberó de su agarre, mirándolo con verdadera molestia.

— Deja de decirme que esto y aquello que hago está mal, o que Changbin es un idiota, porque no lo es. Tú no lo conoces como yo ni sabes quién es realmente. No puedes juzgarlo.

Hyunjin dejó ver una sonrisa divertida, negó suavemente antes de reírse. Seungmin mantenía las manos empuñadas.

— Solamente eres un tonto enamorado más, pero deja que caigas de tu nube. Yo no voy a curarte, te lo digo desde ahora.

— ¡Eres un idiota! —Exclamó, ahora en verdad enojado, comenzando a golpear el pecho de Hyunjin con sus puños, el alto no se lo impidió— Tú no sabes lo que yo siento realmente, ni por quien lo siento ¡No entiendes nada! ¿Y que si estoy enamorado? ¡Es mi maldito problema no el tuyo!

Hyunjin sostuvo sus muñecas, impidiendo que siguiera golpeándole, buscó la mirada de Seungmin, aunque este intentaba evitarlo. Pudo descubrir, en el transcurso, que el castaño había comenzado a llorar. Frunció el ceño preocupado y sin entender nada. No sabía ni siquiera el momento en el que la conversación se volvió a algo entre ellos.

— No te enamores más de Changbin —le pidió, casi en una suplica. Seungmin le miró por fin a los ojos, un quejido escapó de sus labios mientras las lágrimas descendieron con mayor rapidez.

— Eso no te importa a ti, no debe importarte.

— Si me importa.

— ¡¿Por qué?! —Preguntó desesperado, intentando dejar de llorar, sin exito.

— Porque tú me gustas a mí. Y me encargaré de que me quieras. No sé si te gusta Changbin, pero ya no me importa, haré que me quieras como a él, o más que a él. Haré que me quieras como sólo a mí podrías quererme.

Seungmin podía jurar que el tiempo se detuvo cuando le dijo eso. Sus lágrimas, aunque silenciosas, siguieron descendiendo. Los ojos de Hyunjin fijos en él le hicieron sonrojar.

— Estás mintiendo...

— Para nada.

Hyunjin lo confirmó cuando lo soltó de las muñecas para llevar las manos a su rostro, atrayéndolo hasta extinguir la distancia y besarlo. Fue un beso sentido, Hyunjin lo controlaba y Seungmin intentaba no sentirse molesto. Sentía el sabor a alcohol que se combinaba entre ellos. Eso le hacía darse cuenta de la situación, de que no era nada romántico como siempre lo había imaginado.

El primer beso sonaba, por bocas de otros, como algo maravilloso. Quizás bajo la luz de la luna, en un jardín de flores y mariposas, o incluso en el cine en medio de una película romántica. Pero ese primer beso, definitivamente, no tenía nada eso. Y a pesar de todo le encantaba. Cuándo Hyunjin se alejó, pudo sentir el alma volver a su cuerpo. El pelinegro le sonrió, esperando su reacción.

— También... me gustas.

Si así se sentía el éxito, era maravilloso. Hyunjin se permitió dejar escapar una risa fresca, mientras lo atraía en un abrazo. Seungmin lo apartó rápidamente.

— Seungmin, por favor —se quejó.

— No significa que debas ser tan meloso —le retó con diversión, pero a Hyunjin no le importó y lo atrajo nuevamente hacia sí. Esta vez, Seungmin no se negó—. Eres un tonto, de todos modos.

— Pero un tonto que es tu novio.

— ¿Qué? —Se apartó nuevamente, Hyunjin reía. En serio se veía feliz, eso le hacía preguntarse a Seungmin si debería reírse también— ¿Y  cuando acepte o lo preguntaste siquiera?

— Ahora mismo, ¿aceptas?

Sunghae frunció el ceño al escuchar a Seungmin murmurar un sí. Eso era el final para ella, una vez más su hermano lo había conseguido y le quitaba lo que tanto quería.

Quiereme como a ella (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora