Hyunjin salió del salón de clases con las manos en los bolsillos y la mirada baja. Las baldosas de los pasillos se habían convertido en lo más interesante de la vida desde que las clases comenzaron. Muchas cosas eran diferentes. Desde el simple hecho de que cierto castaño ya no estaba en su salón de clase y que en la mesa de la cafetería otra vez ocupaban tres lugares y no cuatro.
Al ver a sus amigos intentó mostrarse de mejores ánimos. Ellos intentaban hacerlo sentir mejor y eran demasiado comprensivos con sus sentimientos. Al haberles pedido que sencillamente no mencionaran a Seungmin o Sunghae, lo habían obedecido.
Rio suavemente al enterarse que una vez más Christopher era el asesor de la clase, sonrió cuándo Félix le contó que Changbin era el nuevo presidente de su curso. Al pensar en el chico de gafas no pudo evitar sentirse afligido. Solía ser el mejor amigo de Seungmin y...Frunció el ceño ligeramente, levantando la mirada al pensar en eso. El resto del almuerzo lo pasó solo escuchando a sus amigos y las siguientes clases se permitió no prestar atención, simplemente escribir en muchas hojas, intentando formular buenas palabras. Para cuándo terminó la jornada escolar, salió en busca del chico. Avanzó entre pasillos, escaleras y pasadizos hasta el edificio de los chicos del curso de Félix. Por suerte logró encontrar a Changbin cuando este bajaba las escaleras. Al establecer contacto visual, él decidió decir a su novio que esperara un momento y descendió rápidamente al encuentro de Hyunjin.
— Que sea rápido, Jin.
El pelinegro asintió, pasando un poco de saliva por su garganta antes de extraer un sobre hecho con una hoja de libreta. La ofreció a Changbin, él la tomó, dubitativo.
— Sabes en donde está él, ¿no es así? —Preguntó con esperanzas— Comprendo si no vas a decírmelo, pero al menos, haz que esta hoja llegue a él. No quiero tener que lamentarlo después, solo es una despedida.
— Jin... yo no sé en dónde está Seungmin.
— Pero al menos tienes la forma de comunicarte con él. De verdad, no planeo molestarlo más, solo... necesito que Seungmin sepa que yo nunca jugué con él y que no me importa si él asegura que si lo hizo conmigo, yo lo seguiré queriendo. Así que por favor, solamente dile eso y dale la carta. Por favor, Changbin, es lo último que voy a pedirte y jamás voy a volver a molestarte.
Changbin asintió, apenado por él. Hyunjin le dedicó una suave reverencia antes de marcharse y dejarlo con la carta. Suspiró para sus adentros, guardándola en su bolsillo.
Félix, quien observaba a una distancia prudente, sonrió con tristeza al ver a Changbin aceptar eso. Mejor que nadie sabía que el chico listo era la última conexión que tenían con Seungmin.
— Félix —le llamó Jisung, deteniéndose a sus espaldas. El aludido rodó los ojos antes de girar en sus talones para encontrarlo. Jisung parecía demasiado tímido, cosa que nunca antes había visto. Pero de un tiempo a la fecha, ya nada sobre él le quitaba el sueño.
— ¿Qué quieres, Jisung?
— Bueno, necesitaba decirte que el viernes...
— Oh, no —le interrumpió de inmediato—, nada de fiestas. Jamás volveremos a una de tus tontas fiestas.
— No era eso... —murmuró avergonzado, comenzando a jugar con las tiras de su mochila— es solo que unos amigos y yo empezamos a tocar en un bar-restaurante los fines de semana, quería saber si te interesaba venir a vernos, luego de eso podemos cenar o algo de ese estilo.
Félix sonrió. Antes eso hubiera sido su más grande logro, pero actualmente de verdad no tenía interés.
— Lo siento, pero en serio no quiero hacerlo —dijo con franqueza—, tengo mejores cosas que hacer el viernes. Changbin, su novio y yo ya tenemos planes, pero suerte con tu banda, sé que tocarán increíble —concluyó con una sonrisa, girando en sus talones para continuar su camino, Changbin y el de cabellos rosas lo esperaban.
Querido Seungmin:
Cuando te conocí, pensé que en verdad eras una molestia. Pero luego te convertiste en lo más bonito que sucedió en mi vida.
Me enteré que te fuiste de la ciudad. Para ser sincero, me molestó un poco que no tuvieras la confianza de contármelo. Desconozco las circunstancias por las que decidiste romper conmigo y sé que hay cosas que aún ocultas, pero creo que finalmente lo comprendí.
Cuando te vi por primera vez me diste miedo, porque eras igual a mi mejor amiga, pero el tiempo me hizo darme cuenta que en realidad son muy diferentes. Te detestaba por una imagen equivocada que tenía de ti, sin embargo, cuando me dijiste que te quisiera como a ella no supe que decir ni sentir. No pensé que hubiera una respuesta para cada vez en que me dijiste 'Casi me haces creer que es real'. Solía quedarme en silencio sin tener algo para responder, pero ahora tengo una respuesta:
Seungmin, no te quiero como a ella. Porque no puedes querer igual a dos personas que no se parecen en nada.
Tú eres la luz, el brillo del cielo, la sonrisa que tengo en mi rostro cada día, eres lo mejor que ha pasado en mi vida. ¿Cómo no amarte, Seungmin? ¿Por que quererte igual que a otros si eres mejor que nadie?
Este era nuestro cuento, y tú el príncipe encerrado en el castillo de tu soledad. Está bien si has decidido permanecer ahí, pero por favor, nunca olvides que si quieres salir de esa oscuridad yo estaré esperándote. Eres libre, Min. Eso eres tú, la libertad. No puedo prometer olvidarte, pero sí no insistir más ni molestarte. Te amo, y dejarte ir quizá sea mi mejor muestra de ello.
Por favor, siempre cuida de ti. Y si alguna vez decides volver a Seúl búscame y pongámonos al día, yo estaré esperando con paciencia a que eso suceda. Tienes un lugar seguro a mi lado, siempre lo tendrás. Te ama, Hyunjin.
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Quiereme como a ella (HyunMin)
FanfictionHyunjin consideraba a su mejor amiga, Sunghae, la chica más especial en su vida. Sin saber que todo cambiaría luego de descubrir que ella tenía un peculiar hermano gemelo con muy mala reputación