Capítulo 6

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El suicidio no es más que un acto desesperado. El fruto de las respuestas que aún no encontramos. Todos los días, las personas se suicidan sin darse cuenta. No tienen que morir para hacerlo.

Al ingresar al salón de clase, Hyunjin se planteó la posibilidad de arriesgar el cuello y volverse cercano a Seungmin de un solo golpe. Eso o lo gradual. Pero suponía que si quería resultados rápidos, las acciones también debían serlo.

Debido a que sus amigos no iban en el mismo salón de clases que él tenía dentro de su grupo una mesa en particular, compañeros con los que se llevaba mejor. Pero por la situación en la que se encontraba, pasó de largo su mesa y bajo la atenta mirada desconcertada de sus compañeros, fue a sentarse a la mesa en la que Seungmin a diario trabajaba a solas.

Podía sentir la mirada sorprendida de los demás. Seungmin llevaba ya algún tiempo en el curso, pero de todos modos nadie dentro del salón se le acercaba. Aunado ello que el castaño siempre hablaba como si quisiera asesinar a todo el mundo. Sentarse con él, por lo tanto, era como firmar un acuerdo silencioso en el que renunciaba a sus privilegios dentro del curso solo por involucrarse con el, semi amargo, chico nuevo.

Seungmin lo miró de soslayo, sonriendo para sí. Era, a vista de Hyunjin, como tener al personaje del que no sabía si sería parte de su historia. Las horas en clase no hicieron más que aumentar su nerviosismo. Se preguntaba que le diría a Félix o a Christopher, si es que debía ocultarlo y volver todo más irreal o decirlo y conseguir un escándalo por parte de los primos.

Para la hora del almuerzo, sin embargo, había decidido callar. Tomó una bocanada de aire decidiendo que montaría algún pretexto a sus amigos para justificar su ausencia. Tendría que pasar el descanso con Seungmin y así entablar un terreno cómodo con él.

Sostuvo su bolsa de almuerzo para esperarlo, este hizo lo mismo, pero sin mirarlo, comenzó a caminar a paso rápido. Hyunjin fue detrás suyo.

— Espera —pidió cuando iba por las escaleras, pero el castaño no se detuvo.

Muchos le miraban, ya que prácticamente iba persiguiéndolo mientras era ignorado. Una vez más su orgullo está siendo aplastado. Decidió ignorar a los mirones y seguir detrás de él.

Hyunjin se detuvo un momento, observando cuando Seungmin se escabulló hasta la parte más alejada del colegio. Era como un pequeño bosque con árboles, al menos medio kilómetro de distancia hasta el edificio más cercano. Nadie podría molestarlos en ese lugar y, aunque Hyunjin llevaba sus años en ese colegio, nunca había ido hasta ahí.

Al medio de todo aquel curioso lugar, un sauce dejaba caer sus ramas, debajo de ellas, Seungmin se acomodó para almorzar. Era enviciante notar como una persona podía ser desagradable y, por causa de la naturaleza, inducir una ternura inigualable. Hyunjin se acercó esperando a que Seungmin le dijera algo para que se fuera, pero en vez de eso siguió comiendo tranquilamente.

— ¿Es tu árbol preferido? —Preguntó en un acto desesperado, ignorante a como iniciar una conversación estable con él.

— Lo es.

— También es el árbol preferido de Sunghae.

— No puedes sacártela de la cabeza ¿Verdad? —Analizó Seungmin en voz alta, haciéndole notar lo mal que iba con su pequeño trato.

Hyunjin suspiró agotado mentalmente. Lo mejor sería decirle la verdad y esperar un respuesta positiva.

— Escucha, tengo que asociarme contigo, ¿bueno? Yo no sé como ser amable, debo sentirlo. Así que permíteme conocerte.

Seungmin asintió, tomando un poco de su almuerzo con una cuchara.

— No tardes demasiado.

En esa oportuna ocasión Hyunjin aceptó. Tal como él, él también esperaba que las cosas fueran apresuradas para terminar pronto.

Quiereme como a ella (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora