Capítulo 12

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Vale más un pequeño paso fundado en amor, que un kilometro basado en desprecio》

Cuándo Hyunjin despertó se llevó un buen susto al no ver a Seungmin. Se levantó con rapidez, intentando encontrarlo en algún lugar de la habitación, pero al no conseguirlo decidió salir para buscarlo. Descendió las escaleras luego del éxito no obtenido en el segundo piso de su hogar. Al llegar al último escalón finalmente escuchó murmullos provenientes cocina. Con cautela avanzó hasta el muro de la misma, asomándose cautelosamente; Seungmin estaba sentado en la barra, con las piernas cruzadas sobre ella, Krystal se ubicaba en frente, moviendo una cucharita en una taza de té mientras pensaba.

— No entiendo el por qué regresa ahora —murmuró el adolescente—. Krys, temo que él pueda saber que he estado aquí. Estoy muy asustado.

— Tranquilo, cariño. Después de todo es tu padre, no importa qué tú debes perdonarlo y seguir amándolo.

— ¿Tú lo harías?

— Seguro, lo hago —Le entregó el té con una mirada indulgente—. No quiero verte afligido.

— Yo sigo siendo el mismo de siempre, Krys.

— ¿Me lo prometes?

— Por supuesto.

Sonrieron. En ese momento, Hyunjin pudo comprobar lo cercanos que se habían vuelto. Y para rematar, descubrió en el transcurso que Seungmin y Krystal tenían una manera muy similar de sonreír. Decidió darles espacio dirigiéndose hasta la sala para esperar. A su parecer la situación con Seungmin y Krystal no era más que una amiga escuchando y aconsejando a un joven inexperto. Eso no podía ser malo.

Ellos aparecieron después de un rato, llevándose una sorpresa al verlo ya despierto. Obviamente ambos se habían ausentado a clases. Krystal les anunció que saldría a realizar unas diligencias y se retiró casi enseguida, dejándolos solos con el desayuno servido. Al principio Hyunjin intentó sostener alguna conversación con Seungmin, pero este había vuelto a ser cortante y respondía con monosílabos, o simplemente no respondía y ya. El asunto era demasiado agotador para su psique. Seungmin hacía que una parte de él fuera del total agrado del pelinegro, pero luego lo arruinaba con alguna faceta de su malhumor.

Mientras Seungmin se encargaba de recoger los utensilios, el timbre de la casa sonó. Hyunjin se dirigió a atender, llevándose una sorpresa doble al ver a Félix y Christopher en el umbral de la puerta. No fue necesario una invitación, sus amigos ingresaron a su hogar como era costumbre. Pero él aún no les contaba nada y el nerviosismo por estar a punto de ser descubierto lo ponía mal.

— Vamos a mi habitación —murmuró, comenzando a guiarlos por el pasillo.

Ellos parecían muy tranquilos, hasta que en su camino se cruzaron con Seungmin. Todos se quedaron perplejos al verse, Seungmin les dedicó una mirada tranquila antes de continuar su camino hasta la sala. Al notar la expresión de sus amigos Hyunjin decidió apresurar las cosas y posicionándose detrás de ellos, comenzó a empujarlos levemente para que avanzaran. Todo era tan fácil de malinterpretar, sobre todo al estar solos, que Seungmin llevase puesta su ropa y encima que la habitación estuviera descompuesta.

— Me queda claro que ya no confías en nosotros, cariño —se lamentó Félix, sentándose en el puf de la habitación. Christopher se dirigió al sofá, Hyunjin hizo lo mismo con vergüenza.

— No es como piensan —les aclaró—. Tengo una muy buena explicación.

— ¿Podemos saber?

— Eso creo... —cruzó los brazos, pensando en cómo hacer para no sonar tan absurdo— Seungmin está pasando una mala situación. Tiene un mal momento con su padre, y lo he salvado de una discusión. Krys y él parecen llevarse bien, por eso se quedó aquí. No hay nada entre Seungmin y yo.

— Estoy mas confundido —acotó Félix, suspirando.

— Mira, amor, el problema aquí es que olvidas relatar desde cuándo es que tú y él se llevan tan bien. Antes... lo detestabas, y lo ignorábamos —dijo esta vez Christopher. Hyunjin suspiró una vez más.

— Quiero que se tomen esto con calma. El día que ustedes vieron mi collar ¿Recuerdan? —Asintieron, sin comprender el punto, la decisión de contarles todo era como una sugerencia tentadora, pero también peligrosa. No obstante, debía elegir en ese momento—. Bueno, no alcancé a ponérmelo y lo perdí. Seungmin lo encontró... y desde entonces.... eso me dio la oportunidad de conocer algunas cosas de él, y darme cuenta de que es agradable.

Christopher lo observó un momento mientras trataba de entender las cosas, Hyunjin frunció el ceño, considerándolo una historia bastante corta. La red de mentiras no acababa y él no estaba dispuesto a romperla aún.

— Suena bien —comentó Felix finalmente—. Entonces, supongo que si a ti te ha agradado, a nosotros también —se puso de pie, encaminándose hasta la puerta. Christopher imitó su acción enseguida—. Así que creo que iré allá abajo a socializar un poco con él.

Hyunjin apenas pudo reaccionar y ponerse de pie para seguirlos. Bajó las escaleras detrás de ellos, intentando detenerlos si era necesario. Con Seungmin siendo tan como era no sabía si era una buena idea o no. Lo último que deseaba era inmiscuir a sus amigos en sus problemas. Se detuvo abruptamente en el último escalón, perdiendo de vista a los chicos. Era muy probable qué, cuando Sunghae había dicho que Seungmin hacía cambiar la mente de las personas, se estuviera refiriendo a eso. ¿Y si era tan malo y la desesperación en que lo sometía era la prueba de ello? Pasó un trago amargo, arrastrando los pies hasta la sala en la que se encontraban todos. Su sorpresa fue descubrir que Seungmin y los chicos charlaban con tranquilidad. Félix se había sentado junto a él, Christopher participaba poco, pero se veían demasiado cómodos. A Hyunjin comenzaba a serle motivo de estrés que Seungmin decidiera ser amable con todos menos con él.

No podía concentrarse después de eso. Incluso cuando Krystal volvió y todos parecían divertirse. Para cuando la tarde cayó sus amigos tuvieron que irse, él se ofreció a acompañar a Seungmin a su casa. Durante el camino lo pasó esperando y deseando, sin darse cuenta, que él le sonriera y actuara bien con él, pero sus esperanzas se fueron cuando comenzó a marchar algunos pasos adelante de suyo.

— Vamos, desubicado, necesito llegar a hacer tarea.

— Tú no haces la tarea —le reprochó, apresurando el paso para ir su lado. Seungmin le dedicó una mirada desafiante.

— ¿Quién dice que no hago la tarea?

— Nunca te veo entregar tareas.

— No las entrego, pero sí las hago —notificó. Hyunjin tenía muchas cosas que reprochar ante esa lógica, pero prefirió solamente sonreír y esperar ser correspondido, sin éxito—. Hasta aquí —le detuvo, a unos cuantos metros antes de llegar—. Mañana te entrego tu ropa.

— ¿Estarás bien?

— Eso no te importa... —le miró con seriedad, Hyunjin frunció el ceño— Gracias.

Sin darle tiempo para decir algo Seungmin giró en sus talones y se echó a correr hasta la puerta de su hogar. Dejándolo en la acera, sin palabras. Al cabo de unos segundos fue capaz de levantar la mirada hasta la ventana de la habitación de Sunghae, alcanzando a ver su silueta alejarse del cristal, dejando la cortina caer. Pero por alguna razón, decidió no darle importancia.

Quiereme como a ella (HyunMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora