⚡Welcome to Oz⚡

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Jamás había deseado tanto llegar a casa. No era precisamente la mía pero al menos la casa Hemmings se sentía como un hogar en el que era recibida con los brazos abiertos.

Después de interminables horas sobre un avión y largas esperas en aeropuertos abarrotados Luke y yo habíamos llegado finalmente a Australia. Era la primera vez que ponía un pie en este país y estaba decidida a disfrutarlo tanto como me fuera posible.

Los padres de Luke fueron quienes nos recogieron en el aeropuerto al rededor de las siete de la mañana, sentía que llevaba más de veinticuatro horas despierta y estaba demasiado cansada cuando bajamos del avión, por lo que no dudé en arreglar un poco mi cabello y aspecto en general antes de salir del aeropuerto.

Liz me recibió con una gran sonrisa y me envolvió en un abrazo maternal que últimamente me hacía mucha falta, además mencionó estar feliz de que Luke haya tenido la oportunidad de traerme a su hogar, mientras tanto, Luke me presentó formalmente a su papá y el señor amablemente me estrechó en un abrazo mencionando lo mucho que quiera conocerme.

La manera tan cariñosa en que me trataban solo me hacía pensar en la pésima situación en la que estaba con mi propia madre.

Siendo bastante temprano por la mañana, el viaje fue directo a casa y al llegar casi de inmediato Luke me arrastró a su antigua habitación para darnos una ducha y dormir al menos unas horas. Estaba segura que el jet lag me haría pedazos si no dormía al menos cinco horas seguidas.

Dormir era lo que menos hacia en estos días pero el cansancio del viaje era suficiente para hacer que cayera dormida junto a Luke. No tuve demasiada energía como para comentar sobre los posters en las paredes y ciertos detalles que parecían haberse quedado atrapados en el tiempo.

Ya habría tiempo para eso.

Desperté bastante desorientada, aún había luz detrás de las cortinas azules en la pequeña ventana de la habitación por lo que suponía que seguía siendo de día. Luke estaba completamente muerto a mis espaldas roncando sobre la almohada por lo que vi la oportunidad perfecta para levantarme.

Buscando entre las miles de cosas en mi bolso encontré mi teléfono y viendo la hora descubrí que faltaban quince minutos para la una del medio día. Aunque ya no tenía sueño, me sentía horriblemente exhausta.

En silencio salí de la habitación no sin antes sonreír por los stickers y pequeñas fotos de bandas pop/punk pegadas en la puerta. Había un delicioso aroma a ajo y especias en el pasillo provocando que mi apetito apareciera sin avisar, por lo que bajé las escaleras lentamente admirando todos los detalles de un hogar en el que nunca pensé pisar.

Fotografías enmarcadas colgadas sobre los muros de la escalera me hicieron sonreír, mi chico aparecía en la mayoría y comenzaban desde él apenas un bebé hasta la más reciente que probablemente sería un año atrás. Cuando llegué al último escalón de la escalera, la zona del comedor estaba lista para recibir gente pues los platos y cubiertos estaban listo sobre la mesa.

Se podía decir que tenía una buena relación con Liz, no éramos íntimas pero por alguna razón me sentía bastante en confianza con ella durante el tiempo que estuvimos juntas en Europa mientras viajaba con nosotros para expandir su portafolio de fotografía. Ella tenía una carisma y manera de hablar que simplemente querías contarle todos tus problemas esperando que te diera algún consejo para mejorar.

—¡Lex! ¿Ya has descansado lo suficiente? —Liz salió de la cocina con una bandeja humeante cubierta con papel aluminio. —Estaba por subir a decirles que la comida está casi lista...

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora