⚡Calm before the storm⚡

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Despertar día tras día sin saber lo que el futuro a corto plazo traería era básicamente nuestro pan de cada día. Solemos abrir los ojos por la mañana y con cansancio pensar en que hoy nuevamente tendríamos que ser esos adultos responsables que debemos ser.

Como por ejemplo, la constante batalla mental entre si el sueldo en tu trabajo vale la pena como para levantarte de la hermosa comodidad de tu cama en las mañanas. Esas pequeñas decisiones afectaban el resto de tu día y sin saber, estabas escribiendo tu destino.

Era fácil para mí querer quedarme en cama el resto del día, de hecho, prefería estar acurrucada junto a mi chico en la pequeña cama individual de su antigua habitación simplemente recostada sobre el costado de su pecho escuchando el tranquilo latir de su corazón.

Hoy en particular, era el día en que menos quería salir de la cama porque honestamente, presentía que algo pasaría. Y así fue.

Con nuestras piernas enredadas bajo la sábana y mis ojos cerrados, la sensación de las yemas de sus dedos sobre la piel de mi espalda no hacía nada más que seguir relajándome, alentando mi posición de quedarme aquí por siempre.

Pero de alguna manera sabía que esta hermosa sensación de su calor a mi al rededor no duraría mucho. De hecho, no pasó ni un minuto más cuando la alarma de alguno de nuestros teléfonos comenzó a sonar.

A pesar de llevar una semana en Australia, mi cuerpo seguía teniendo problemas para conciliar el sueño por las noches, obligándome a estar despierta casi la mayoría del día, rutina que me tenía cansada al extremo y con un paquete de bebidas energéticas en la nevera de los Hemmings.

Descubrí que no era buena con estos cambios de horario desde que viaje por primera vez a Europa años atrás, era como si mi cuerpo supiera que no estaba en casa y me castigara de esta manera.

No me moleste en abrir los ojos al sentir el movimiento de Luke bajó mi cuerpo y segundos más tarde el silencio de la habitación después de apagar la alarma. Me abrazó a él y apreté mis labios en una pequeña sonrisa satisfecha de estar ahí con él.

—¿Estás despierta? —La gravedad en su voz me puso los vellos de punta y decidí abrir los ojos de una vez por toda, agradecida con el densa tela de sus cortinas evitaba la entrada de luz.

—No —Me removí a su costado hasta recostarme casi encima de él, ocultando mi rostro en el hueco entre su hombro y cuello. —¿Es muy necesario salir hoy?

—Nos podemos quedar aquí si quieres —Respondió Luke aún con el tono de voz grave por el estado soñoliento en el que se encontraba. Suspiré negando. —Mis papás no se van a molestar si no tienes ganas de ir babe...

—Si quiero ir, solo soy un poco floja en las mañanas —Respondí escuchando una pequeña risa escapar de sus labios.

—¿Un poco? —Me enderece solo un poco para ver su rostro. Apenas y mantenía sus ojos abiertos y una sonrisa burlona en el rostro. —Es broma amor, ven aquí.

Rodé los ojos y regresé a mi lugar entre sus brazos pensando en que realmente, debí quedarme en cama todo el día.



—¿Alexa? —Mis ojos viajaron del bello paisaje en carretera a mi derecha hacia el dueño de la voz que me llamó, el padre de Luke me miraba a través del espejo retrovisor expectante. —¿Qué tal te ha parecido hasta ahora Australia? ¿Es lo que esperabas?

—¡Oh si! Mucho más de lo que esperaba en realidad,  honestamente estoy algo sorprendida con la rutina que llevan en cuanto al ámbito laboral, ojalá México tomara nota en ese sentido —Bromeé descansando mi mano sobre la pierna de Luke a mi costado.

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora