⚡big mouth ⚡

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Estaba completamente aterrada. Cerré los ojos un momento, tenía que aprender a perder el miedo a la maldita báscula. Tenía que superar ese temor a unos cuantos números de más o de menos. Tragué el nudo en mi garganta y me agaché para encender la cristalina báscula en el suelo de mi habitación. 

Habían pasado casi tres meses desde que comencé a aprender a retener los alimentos que consumía y sobre todo, no dejar que la ansiedad me hiciera vaciar la nevera en un par de horas. Con Luke fuera de mi vida durante casi un mes por cuestiones de tour, me era muy difícil no tener pensamientos bajos sobre mi misma. 

No quería depender de sus palabras para sentirme bien, pero era el único que me miraba de una manera que me hacía querer ser mejor, que me hacía sentir amada tal y como era. Sus acciones también lo demostraban. 

Tras unos segundos de estar perdida en mis pensamientos, subí a la báscula sin mirar la pantalla. Era evidente que tenía que haber un cambio. Había tenido que soltar las modificaciones que había hecho en mis pantalones porque me quedaban más apretados, siendo que antes solían quedarme flojos. 

La ropa me quedaba diferente y eso era evidente. Por un lado me alegraba y por otro me aterraba. Pero prefería sentir que la ropa no me quedaba como un logro y no como una derrota. 

Solté el aire que tenía retenido en mis pulmones al ver la pequeña pantalla. Había aumentado tres kilos desde la última vez que me había pesado, hace un mes exactamente. Podía sentir la gran carga en mis hombros desvanecerse.

Baje de la báscula y con una sonrisa me lancé a la cama por mi teléfono, desconectándolo del cargador y entrando a mi lista de contactos para llamar a la única persona que quería que supiera mi nuevo logro. Tras unos segundos en espera, la llamada terminó y un poco de decepción se instaló en mi corazón.

Quizás Luke estaba ocupado o simplemente sigue dormido, era relativamente temprano por la mañana y con el par de horas que había de diferencia entre Los Ángeles y en donde actualmente se encontraba, supuse más lo segundo. 

Dejándole un corto mensaje, me dispuse a darme un baño y alistarme para el brunch al que Crystal estaba empeñada en arrastrarme. Por fin había entendido el objetivo de esas reuniones. No eran nada más que para promocionar productos y sobre todo, dejar en claro el estatus social de los asistentes.

Personalmente mi estatus social era medio bajo, pues la paga tampoco me daba la oportunidad de comprarme un coche o mudarme un apartamento más grande, pero era lo suficiente para pagar mis consultas, comida, ropa y servicios, que era más importante. Por otro lado, mi contra parte. 

Mi ahora circulo social era mil veces mejor establecido que yo, con cuentas bancarias jugosas. Me hacía sentir algo fuera de lugar de vez en cuando, pero creo que no tenía la fuerza para aparentar cosas que no eran reales. 

Mi outfit era de los más sencillo, una falda de mezclilla, blusa con hombros abultados en color blanco y unas sandalias de plataforma, el día estaba relativamente caluroso y sabiendo que estaría al aire libre por algunas horas, necesitaba estar fresca. 

Una hora después estaba subiéndome a la lujosa camioneta Tesla de Crystal, aunque no sabía si era de ella o más bien de Michael, quizás de ambos. 

—Te tengo una mala noticia —Habló Crys después de saludarnos con un beso en la mejilla, la miré expectante y me aseguré de haber cerrado correctamente la puerta del auto antes de colocarme el cinturón de seguridad. —No te quise decir antes porque si te lo decía, no querrías venir.

—Oh no, estás asustándome, habla —Apreté el bolso de mano sobre mi regazo y mientras ella comenzaba a salir de la calle Camellia, donde mi condominio se encontraba, me sentía mas ansiosa por su silencio. 

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora