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La pila de libros mal acomodados en el estante al fondo de la oficina me causaba cierta ansiedad, me daban ganas de acomodarlos correctamente y maldecir a quien sea que los haya dejado así. Me distraía mirando cualquier cosa en el lugar, como la planta que llegaba a mitad del muro sobre la maceta de piedra cubierta de piedritas blancas o quizás  pensar en que contenían los papeles arrugados en el cesto de basura al lado del escritorio. 

—¿Luke? —Desvié la mirada a Sarah. Bajó un poco las gafas del puente de su nariz alzando una ceja, me aclaré la garganta y froté las palmas de mis manos sudorosas en mis piernas. —Llevas diez minutos sin decir nada. 

—Lo siento. 

—No te disculpes —Asegura ella llevando las gafas a su lugar anterior, deja caer el bolígrafo en medio del cuaderno para después cerrarlo suavemente. Pasa los dedos acomodando un mechón de su ligeramente canoso cabello para después hablar de nuevo. —¿Ha pasado algo durante estas semanas que quieras contarme?

—Conocí a una chica —Dije después de unos segundos rebuscando en mi mente que cosa extraordinaria me había sucedido. Sus cejas se alzaron en cuanto lo solté, desvié la mirada de nuevo pensando que más decir. 

—¿Cómo es ella? —Pregunta, a lo que fruncir el ceño es mi única respuesta. 

—¿Eso importa? —Respondo. 

—Lo es. 

—Pues... —Comienzo a pensar en como es Alexa. Las palabras se me atoran en la garganta. —Es amable. 

—¿Es amable contigo? —Yo asiento. —¿Y sientes que conocerla ha sido agradable? 

—Si.

—¿Por qué? —Pregunta, dejo escapar un suspiro. 

—No lo sé, digo, en realidad va a trabajar con la banda y es amable con todos en general —Ella asiente sin alejar la vista de mi, comienzo a jugar con mis dedos, ligeramente arrepentido de haber dicho que había conocido a alguien en primer lugar. 

—¿Cómo eres tú con ella? —Pregunta. 

—Normal, supongo. 

—¿Qué es normal para ti?

—Ser amable también. 

—¿Entonces que ha hecho especial el conocerla? —Pregunta ella, hago una mueca intentando encontrar la respuesta en mi mente. 

—Me agrada. 

—Lo sé, me lo has dicho anteriormente —Se inclina un poco, sus ojos verdosos me analizan y me siento desprotegido por un segundo.  —Es solo que me sorprende que lo primero que hayas dicho después de diez minutos en silencio es que hayas conocido a una chica solo para decirme que te agrada. 

—Lo siento. 

—No hay por qué disculparse y lo sabes —Regresa a su postura anterior, abriendo de nuevo su cuaderno y el bolígrafo. —¿Cómo es ella? 

—Ya lo había dicho —Señalo un poco desconcertado. 

—Me gustaría saber más. 

—Pues... —Tomo una bocanada de aire antes de hablar. —Es muy risueña. 

—¿Te gusta? —Elevo mis cejas impactado por lo directo que ha sonado su pregunta, me revuelvo incómodo sobre el sillón. 

—Am... no, no, no, no lo sé —Pude sentir mi frecuencia cardiaca aumentar en mi pecho, los nervios me invadieron. —Quiero decir, no la conozco lo suficiente, además, nos hemos reunido por cuestiones laborales solamente, ha excepción de la fiesta del fin de semana pero nada más. 

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora