𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇

⚡️New Era⚡️

2019

La cabeza me punzaba y claramente podía sentir la nausea en mi estómago querer subir por mi esófago.

Sentía la cama bajo mi cuerpo girar conmigo encima y cómo siempre hago, volví a decirme a mi misma que ya no volvería a tomar alcohol nunca más en mi vida.

Me moví lentamente sobre la almohada para colocarme sobre mi lado izquierdo, Luke estaba boca abajo con una almohada encima de su cabeza y su linda espalda desnuda destacaba entre las sábanas blancas.

Llevé una mano a su piel, siempre emanando calor.

—Luke...— Lo moví lentamente, los ojos me ardían y honestamente me sentía fatal. —Lu, despierta.

—Mmhh.

—Me siento de la mierda —Él se movió lentamente hasta sacar su cabeza debajo de la almohada y reí al ver su cabello hecho mil nudos sobre su frente, pestañeaba tratando de adaptar su vista a la luz de la habitación y me acerqué recargando mi frente sobre su hombro.

—Bebiste mucho anoche —Solté un quejido. —Tuve que subirte a mi hombro de camino a la habitación, literalmente te quedaste dormida en el Uber.

—¿Por qué no me detuviste? Me siento fatal —Incluso tenía frío, todo mi cuerpo se sentía a punto de morir.

—Te estabas divirtiendo amor, lucías feliz —Suspiré abriendo lentamente los ojos, Luke me miraba con medio rostro hundido en la almohada y se giró para quedar de lado frente a mi, me abrazó a su pecho y pegué mi nariz a su piel.

—Si así estoy yo no me imagino el cumpleañero... —Murmuré tratando de recordar momentos de la noche anterior.

—Seguramente Calum va a necesitar toda una semana para recuperarse.

Estábamos en Nueva York, había acompañado a Luke a este pequeño viaje que tenía programado para grabar un video musical con nada más y nada menos que The Chainsmokers.

Tal banda, o lo que sea que son, eran un par de personas muy excéntricas y con muchas ganas de causar caos, lo pude comprobar en cuanto nos invitaron a todos a un club bastante exclusivo de la ciudad para festejar a Calum que cumplía años.

No voy a mentir, el club era increíble y cada canción que ponían me hacia bailar, pero esos chicos rondaban entre nosotros cargando costosas botellas de vodka y tequila obligándonos a beber.

Bueno, no tenían un arma contra mi cabeza amenazándome para beber, pero si me sentía comprometida y en algún punto perdí el control de mi consumo. Debía admitir que me la pasé increíble, al menos hasta donde recordaba.

—Voy a pedir analgésicos ¿Quieres comer algo? —Luke se levantó lentamente, su mano estrujando mi cadera antes de alcanzar el teléfono fijo en el buró al lado de la cama y levantarlo contra su oído.

—Fruta y pregunta si tienen algún electrolito, creo que moriré —Cubrí mis ojos con una almohada y me concentré en respirar profundamente.

—No moriras... —Dijo Luke antes de que comenzara a hablar hacia la gente de recepción.

Era mi primera resaca del 2019 y hasta ahora era la más fuerte que he tenido en mi vida. Algunos minutos más tarde tuve que levantarme al baño para desechar el contenido de mi estómago.

Repito, no vuelvo a tomar alcohol.

Para el momento en que tocaron la puerta de nuestra habitación de hotel, mi estómago ya no se sentía tan mal y pude comer unos trozos de fruta sin morir en el intento.