Capítulo 5.

1.6K 85 25
                                    

— Voy hacia el coche, ¿vale? — Bels asiente mirando hacia los lados— Corre a ver a tu príncipe — dejo un beso rápido en la mejilla de mi amiga.

La veo desaparecer entre el montón de gente, en ese momento envidio la facilidad que tiene de correr sin fijarse siquiera en la forma en la que coloca sus pies. Una vez pierdo de vista su cabellera castaña entre la muchedumbre, me giro para buscar la salida, cosa que no encuentro. Camino leyendo los carteles, mordisqueo mis labios arrancando pequeñas pieles de él.

Los aficionados del equipo catalán gritan emocionados por el pasillo, los observo intentando entender la felicidad que los llena. Sonrío ligeramente y aplaudo cuando ellos lo hacen, pero me escabullo cuando puedo, yendo hacia unas escaleras.

— Que partido se han hecho — levanto la cabeza hacia arriba al escuchar a gente bajar, me echo hacia un lado y saco mi teléfono, pego mi espalda a la pared mientras busco en los archivos descargados los planos del estadio.

— La verdad es que sí, el chico este, Nico, es muy bueno — levanto ligeramente la mirada.

— Tiene la misma magia que su padre — observo al otro hombre que comenta con el joven el partido.

— ¿Sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? — doy un pequeño salto al escuchar el susurro a mi lado, giro la cabeza, veo la amplia sonrisa de Ansu a mi lado — ¿Has venido con Bels? — asiento bajando la mirada hacia mi móvil, salgo del documento de los planos y bloqueo la pantalla.

— Se fue a buscar a Nico — paso la mano por mi nariz rascándome la punta—, a ver si Bels deja de hacer el idiota, nadie la quiere más que Nico — susurro agachando la cabeza—. ¿Sabes salir de aquí? — comento buscando sus ojos, sintiéndome agobiada.

— Ven — extiende hacia mi una mano, que dudo en su agarrar o no—, si no me coges de la mano te vas a perder — me dice con una sonrisa amplia.

— Es que...— cierro la mano con fuerza haciendo una pequeña mueca—. Vale — alargo el brazo y las yemas de sus dedos acaricia mi palma, reprimo una pequeña sonrisa mirando cómo se amolda su mano a la mía.

— Tienes las manos congeladas — aprieta con fuerza, siento una pequeña molestia en mi estómago y agacho la mirada—, vamos, anda.

Intenta caminar con rapidez, pero soy incapaz de seguirle el ritmo. Inspiro profundamente y tiro de él hacia atrás. Gira la cabeza hacia mi serio, le hago un gesto con la mano para que vaya un poco más despacio, él asiente poniéndose a mi lado. Camina a la par de mi entre toda la gente, apretándome la mano cada vez que ve mucha gente al rededor nuestra.

Me fijo en todo momento en mis pies, en una línea recta, noto cómo aminora su paso por la facilidad que siento para colocar un pie frente al otro. Giro la cabeza para mirarlo, veo su mirada fija en mis pies, intento cambiar la forma de caminar pero me siento torpe.

— No te preocupes — susurra a mi lado, tirando de mi brazo—, a tu ritmo — asiento embobada por su voz, bajando de nuevo la mirada hacia mis pies.

Tira de mi hacia un lado para que gire, me dejo llevar sin pensar. Sé que estoy fuera del estadio por la corriente de aire frío que me hace estremecer. Me suelto de la mano de Ansu para acariciarme los brazos, e intentar entrar en calor.

— Con una camiseta del Osasuna no debería hacer esto — llevo mi mirada hacia él, veo cómo se saca la chaqueta de cuero y la pasa por mis hombros, acercándose a mi—. Pero no me interesa mucho que te congeles — sonrío con timidez agachando la cabeza, veo lo grande que me queda la chaqueta en comparación a como a él le quedaba.

— Eres muy interesado tú, ¿no? Me invitas a un café por las entradas, seguro que esto también es... — me quedo callada al ver su gesto extrañado.

Manhattan • Ansu FatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora