— No puedo... — aparto unas hojas del escritorio en busca de una en concreto, llevo una mano a la cabeza y echo el pelo hacia atrás—. Que no, no lo tengo, ¡joder, James, que no está aquí!
— ¿Entonces donde está? — suspiro derrotada, apoyando la cabeza sobre mi mano, me froto las sienes y niego.
— No tengo ni idea, tengo que buscarlo, sino está aquí está en el despacho de Madrid.
— Tienes que mandarme el escrito para poder publicarlo en la PNAS, Irina, el teléfono no para de sonar, están como locos preguntando por ti. Quieren saber algo más, la gente piensa que se te fue la pinza, ¿almas?
— Almas — murmullo—. No tiene nada de malo, todo el mundo habla de eso, ¿por qué está mal enfocarlo en un estudio? ¡Has visto que las partículas sí que reaccionan entre ellas después de un contacto previo! ¡Se reconocen James!
— Las partículas existen y dejan de hacerlo a partes iguales, no son cuerpos, pensamos gracias a impulsos eléctricos, lo sabes.
— ¿Y cómo explicas que un cuerpo reaccione con familiaridad con otro que no ha visto en la vida? — me levanto y empiezo a dar vueltas, desde esta habitación también se ve el mar— ¿Cómo explicas esa conexión? ¿El hecho de conocer como te van a tocar unas manos sin haberlas tenido cerca nunca? ¿Cómo explicas eso con alguien que no has tenido cerca hasta el primer momento en el que ya sabes todo eso? ¿Cómo explicas la forma en la que sabes que van a besar unos labios sin haber dado un beso nunca? — resoplo abriendo la ventana, el aire de la ciudad revolotea mi pelo— Tiene que haber algo, no sé lo qué, pero algo. Si sale mal, no pasa nada, porque en la ciencia lo más común es que las cosas salgan mal. Pero, ¿y si sale bien? Es imposible que no haya nada más en nosotros, no podemos ser vacío aunque estemos hechos de partículas.
— ¿O sea que tu estudio se basa en mostrar el amor?
— No. Es algo más que eso, ¿no te das cuenta? — resoplo— Te enamoras y te desenamoras a diario, pero eso, ese reconocimiento, ese algo más inexplicable que te dice que es ahí y que no tienes que buscar más aunque sea la primera vez que lo veas... Es... tiene que ser científicamente demostrable que hay una relación entre las partículas, al fin y al cabo somos materia, ¿no es así? — escucho su murmullo al otro lado de la línea— Estamos atraídos constantemente unos por los otros, es inevitable. Quizás... no sé. Suena idílico, pero en otra vida a lo mejor dos personas se conocían y sus cuerpos, en otra forma, se reconocen de igual manera.
— Metafísica.
— En esencia, pero todo puede ser explicable mediante la ciencia.
— Todo no, Irina — resoplo y me rasco la nuca—. Tengo contactos en la NYU, pueden echarnos una mano — asiento mordiéndome la punta de la lengua—. Vas a tener que venir, Irina.
— Lo sé — suspiro—, pero aún no puedo, dame un tiempo.
— No puede ser demasiado, tienes a los de la Academia Sueca respirándote en la nuca, es tu gran oportunidad.
— Lo sé, James — rasco mi cuello, por debajo del mentón—. ¿Cuándo vienes a España? Tienes que ver los laboratorios de aquí, el equipo de investigación es espectacular, la gente... — no sé qué decir de ellos, pero es por mi propia percepción y el poco tiempo que paso realmente en cada laboratorio— trabajan muchísimo.
— Iré pronto — ríe—. Tengo que dejarte, me quiere pasar Maiah una llamada de no se quién ahora mismo, debería tener un extra por hacer de representante tuyo.
— Suficiente tienes como que tu departamento y tu universidad sea la que tiene la potestad del estudio— chasquea la lengua—. Vamos hablando... — giro la cabeza hacia la puerta que se abre, sonrío al ver como se asoma Ansu por la puerta—, tengo que dejarte.
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Manhattan • Ansu Fati
FanfictionM | MANHATTAN (Dream Teen #3) "Tú y yo en la cama, pecado carnal. Fuera de voces, mentiras, susurros, deshonra y palabras. Llegó a mi vida me sana y se larga. Nada se queda para siempre si salva." o La historia de Ansu e Irina