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Doyoung no se sintió después de esa conversación con Johnny, su cuerpo dejo de funcionar.

Con el paso de los días, Doyoung evitaba encontrarse con ese hombre, había encontrado un segundo camino hacia su destino, sin importar que tan grande fuera ese lugar, siempre había una mínima posibilidad de encontrarse en el camino, sabia que no resistiría a un segundo encuentro. Los paquetes de chocolates no se detuvieron con esas notas que no se dignaba en leer, Doyoung sabia quien las dejaba sobre su escritorio, no importaba que tan temprano llegara a su lugar, siempre se encontraba una caja.

Aunque el chocolate era bueno, pronto se canso de ellos. Por un momento, odio a su madre por enseñarle la importancia de la comida y no botarla, guardaba esas cajas dentro de su maletín para luego acomodarlas en casa, quizás, comería un par.

Ese día había terminado su trabajo en la oficina en un horario diferente, Jaehyun tenía una reunión importante. Sus pies lo guiaron hacia el hogar de su amigo, necesitaba recargar su energía y no conocía otro lugar mejor que ese, Jungwoo siempre estaba lleno de energía que repartía por todos lados.

Doyoung estaba devuelta en el departamento de su amigo, sentado en su sillón con un bol de uvas frescas sobre sus piernas. Esa pequeñas y demasiado dulces, doyoung pensó en una deliciosa mermelada de uvas untada en una tostada por la mañana, su estomago gruño.

Jungwoo caminaba de un lado a otro, dándole un poco de orden a su desorden, pero en realidad, solo movía sus cosas hacia una esquina, pero saba la impresión que estaba limpiando. Doyoung devoraba cada una de esas pequeñas bolitas moradas, él no podía conseguirlas fácilmente, escapaba de su presupuestó por completo.

En esa ciudad, la fruta era demasiado cara a diferencia de la comida rápida o verduras.

Jungwoo se dejo caer a su lado, se veía extrañamente guapo esa noche, se veía un poco más brillante.

- ¿otra vez? ¿Es guapo? – pregunto doyoung con una sonrisa picara floreciendo en sus labios.

Jungwoo se encogió de hombros, sus mejillas se tornaron de un hermoso coloro rojo.

-Supongo que si- respondió él.

Doyoung arqueo una de sus cejas, no se creía ninguna de las palabras de su amigo porque conocía cada uno de sus gustos con las personas, todas ellos habían sido hermosos.

-Es muy guapo, no tan alto, solo un poco- respondió Jungwoo con una sonrisa- un año menor, no es de aquí, es extranjero. Fue divertido escucharlo hablar en su idioma natal, aunque no entendía nada, solo me queda asumir que no insulto a mi madre o a mí,

Doyoung se echó a reír, Jungwoo le arrebato el bol de uvas, completamente ofendido por la risa de su amigo, pero no se resistió a unirse a ella. Él acomodo uno de mechón lleno de gel detrás de la oreja.

-Dejemos de hablar de mí, ¿Cómo te fue esta semana?

-No demasiado diferente a la anterior, pero voy mejorando- mintió Doyoung- voy en subida- él sonrió.

Jungwoo sonrió de una manera extraña.

-Doyoung, ¿Están juntos? - preguntó Jungwoo, introduciendo una uva a su boca

- ¿Con Johnny? –

Doyoung negó con la cabeza.

-Qué raro- respondió Jungwoo, jugaba con una segunda uva entre sus dedos- pensé que sí- inclinándose hacia adelante- sabes, lo vi por la mañana, iba acompañado por un hombre hermoso, ambos paseaban por una de esas tiendas elegantes, se estaban llevando el traje más bonito que había visto en mi vida. Pensé que lo estaba comprando para ti.

In my burning heart [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora