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Un día nuevo, él aún no se podía acostumbrar a la separación, aun lo buscaba al otro lado de la cama o en la cocina bebiendo una taza de café con un par de platos de huevos revueltos y tostadas untadas de un pequeño lujo que se podían permitir. Pero él ya no se encontraba en ninguna parte.

Doyoung debía acostumbrarse.

Por alguna extraña razón, su cuerpo se sentía demasiado sensible, la tela de la ropa resultaba molesta. Las agujas del reloj avanzaban y su tiempo comenzaba agotarse, tomo un traje ajustado de su armario antes de ir a darse una ducha rápida, Doyoung podía conseguir comida de la cafetería de la empresa, no se quejaba de los pequeños pastelillos o panes rellenos.

Doyoung dejo que toda la tensión de su cuerpo se diluyera con el agua que se iba con el desagüé, no tardo demasiado en ese lugar. Algunos charcos marcaron su regreso hacia la habitación, secando su cuerpo con algo de prisa para vestirse con ese traje que por un momento se atasco en sus piernas, era una talla más pequeña, pero Doyoung se había resistido en comprarlo, todo ese conjunto había sido de su agrado, pero no había de su talla.

Doyoung se había propuesto en hacer que esos pantalones encajaran alrededor de sus piernas y con algo de esfuerzo, lo había logrado, a pesar que se sintiera sudoroso y agitado por el esfuerzo. Ajustando la camisa blanca seguido por un chaleco, colocando la corbata alrededor de su cuello, en el camino haría el nudo.

Tomando el saco y la maleta antes de salir de ese lugar.

Tomando el ascensor, observo el reloj de su teléfono, solo faltaba treinta minutos para su hora de llegada, pero debía llegar antes. Él no le iba a dar razones para que ese hombre comenzara otro rumor a sus espaldas, quizás, aprovecharía esa oportunidad para enfrentarse con enfrentarse con ese hombre.

Las puertas se volvieron abrir, dejándolo en el sótano del edificio con algunas personas corriendo por este hacia sus autos.

Doyoung amaba sentir su cabeza llena de pensamiento, de esa manera, no se desviaba a la tristeza que amenazaba con desbordarse en cualquier momento. Él estaba ligeramente agradecido con ese hombre que no se haya atrevido a tocar el auto, simplemente lo había dejado en ese lugar.

El auto no era demasiado lujoso, algo antiguo y de segunda mano, pero cumplía su función, llevar a las personas del punto A al punto B, quizás, al C. Doyoung se había negado con deshacerse de ese auto, ese había sido la primera propiedad que había logrado obtener juntos, Johnny había insistido que ambos podían conseguir un auto mucho mejor, con demasiadas comodidades, pero Doyoung siempre había ganado esa discusión.

Colocando sus cosas en el interior antes de encender el motor.

Salió rápidamente del sótano para unirse a las calles ruidosas de la cuidad, Doyoung encendió la radio que era una fiel compañera durante esos días donde el trafico era mayor. Apenas tuvo una oportunidad, Doyoung se desvió, tomando el camino más largo, pero llegaría más rápido que ir por las calles principales.

Él no se equivocó.

Doyoung consiguió los mejores lugares en el estacionamiento de ese lugar, algunos creían que esos lugares les pertenecía, pero era lugares que eran ocupados por que llegaba primero. Él tomo sus cosas para salir de ese auto, asegurándose que todas las puertas estuvieran cerradas, se alejó, caminando hacia la puerta principal.

Él saludo a las personas que pasaban con pequeños carritos de limpieza, Doyoung se subió a su segundo asesor del día. Él observo su reflejo, arreglándose la corbata con sus manos hábiles antes de colocarse el saco, ajustándose a su cuerpo cuando las puertas de abrieron.

Doyoung salió, algunas personas caminaban por el pasillo perezosamente. Camino hasta la gran puerta que marcaba su oficina, empujándola para encontrarse con Jaehyun que lo observaba con la expresión de sorpresa que rápidamente se esfumo de su rostro.

In my burning heart [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora