Doyoung no pudo dormir.
Su mente estaba completamente en blanco, pero el dolor en la cabeza era insoportable como una pequeña punzada que lo despertaba cada vez que lograba cerrar los ojos. Durante la noche, Doyoung se levanto de la cama para dirigirse hacia el baño, su aspecto era terrible frente al espejo, en ese momento, cuando acomodaba su cabello desordenado, descubrió un pequeño bulto sobre su cabeza que casi lo hace llorar por el dolor.
El pánico fue el rey de esas horas, frente al computador con el buscador llenos de palabras clave, cada resultado era peor que el anterior. El dolor de la cabeza era constante pero no se atrevía a tomar alguna pastilla, se encontraba aterrado.
Doyoung se sentía cansado y sudoroso cuando el sol salía a iluminar las calles frías de esa ciudad, con la billetera en un bolsillo y el teléfono con marcación rápida a su madre en el otro, salió de su departamento en rumbo hacia el hospital. Se subió al primer taxi que se detuvo. Ese camino fue interminable y su imaginación fue su peor amiga, no paraba de recrear imágenes de él en diferentes situaciones.
A medida que se acercaba, podía oír ese sonido familiar de las ambulancias.
Él no era un fanático de esos lugares, pero no tenia otra opción, desde las primeras horas del día, ese lugar era un completo caos con personas corriendo de un lado a otro o paciente en sillas de ruedas, eso hacia que los nervios se alteraran un poco más.
Doyoung se acerco a la recepcionista, aquella mujer indico que debía ir a urgencias. Doyoung arrastraba sus pies con el corazón acelerado dentro de su pecho.
Espero. Espero. Espero.
Hasta que finalmente fue su turno, no esperaba que el hombre que se encontraba en ese consultorio fuera un viejo amigo, pero él no tenia ganas de tener un reencuentro amigable, solo quería que lo recostaran en alguna camilla y programara su cirugía.
El hombre se veía relajado ante la historia de la caída del paciente como si eso fuera de todos los días. Doyoung estaba seguro que estaba exagerando algunos de sus síntomas, pero después de leer tantas posibilidades en paginas de internet, su cuerpo había estado reaccionando de una manera extraña.
El medico se levanto de su asiento, caminando hasta quedar detrás del paciente, presionando ligeramente en ese bulto en la cabeza del chico.
-Te diste un buen golpe, Doyoung- dijo el hombre, presionaba con suavidad ese ligero bulto sobre su cabeza- no parece nada grave, quizás, te envié a por unos exámenes para que estés tranquilo- él retrocedió- solo ve a colocarte un poco de hielo y se te duele la cabeza, toma un par de pastillas.
- ¿Cómo que "Quizás"? - chillo Doyoung, el dolor se deslizaba por su columna hasta sus piernas- no se por cuanto tiempo estuve inconsciente, tengo un bulto en la cabeza- dijo Doyoung- pude morir en el camino de venir aquí o durmiendo.
El hombre giro sus ojos, rodeando el escritorio para sentarse en su asiento acolchado, no parecía preocupado por los chillidos de su paciente dentro de su oficina. Para ese punto, Doyoung pensaba ir a otro medico para que le diera una segunda opción, no debió ir a ese lugar.
-No hay sangre, no registrar otro síntoma y estas bastante consciente- respondió el hombre- si hubieras entrado en una camilla con la cabeza abierta, estuviera preocupado, pero no es nada, solo es un golpe, pero si deseas puedes pasar todo el día en este lugar.
-Eres un terrible médico, Jungwoo.
-No exageres tanto, Doyoung- Jungwoo tomo una pequeña libreta, garabateando algunas palabras sobre esta- sabes que soy el único que soporta esos chillidos por más de cinco minutos- arranco un par de hojas antes de deslizarlas en dirección hacia el hombre- espero que te diviertas y que el seguro puedas cubrir todo, nos vemos.

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In my burning heart [JaeDo]
FanficDespués de cinco años de matrimonio, Johnny acaba de pedir el divorcio a Doyoung. Él ya no lo ama. Él ya no lo desea. Él ya no lo necesita. Él encontró todo lo que necesita en su asistente personal. Johnny se llevo cada una de sus pertenencias de...