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Un simple mensaje cambio el rumbo de su semana.

Al final del viernes, ellos se encontrarían en una habitación de un hotel. Doyoung pensó en echarse para atrás cuando Jaehyun acepto sin dudarlo, pero su cuerpo se calentaba con solo pensar tener esas manos por debajo de su ropa, una vez más. Él no sabia que le estaba pasando, su vida sexual nunca había sido tan activa ni su libido tan alto, pero que volvía a su adolescencia con las hormonas alborotadas dentro de su cuerpo, esa extraña sensibilidad de su cuerpo.

Él se desabotono los primeros botones de su camisa, estaba ahogándose de calor, quizás, no era una "segunda adolescencia", si no, estaba a punto de empezar la andropausia y por eso los cambios tan repentinos.

¿Eso era posible? Apenas tenia 30 años.

De pronto, él capto una figura familiar que entraba a la cafetería con la barbilla en alto.

Doyoung pensaba en todas esas miradas secretas que compartían cada vez que ellos se encontraban en algún lugar común, él no deseaba perseguirlo a la privacidad que podría otorgarle la oscuridad de las esquinas o habitaciones vacías, no se arriesgaría a ser atrapado por alguno trabajador que pasara por ahí.

Tenia la cabeza caliente pero no era estúpido, ellos habían arriesgado demasiado para seguir haciéndolo. El suave murmulló de Lucas y Haechan era como un eco en medio de sus bulliciosos pensamientos, estaba seguro que ellos habían mencionado dos nombres familiares, pero no estaba seguro cuales eran, sus ojos estaban centrados, de una manera descarada, sobre ese hombre.

Se suponía que era un hombre simple con un traje gris a medida, pero Jaehyun tenia esa luz que lo hacía resaltar, esa aura atrayente que hacía a cualquiera girar hacia él para quedar engatusado por su belleza o esos encantadores hoyuelos. Una mano pesada hizo que volviera a la realidad, Lucas hundía ligeramente sus dedos en su hombro derecho con una sonrisa tensa.

- ¿No estas escuchando? – pregunto Haechan, daba un gran mordisco al emparedado- Llevamos preguntándote, si querías ir con nosotros y solo tienes la mirada perdida, ¿a quien miras?

El corazón del hombre se aceleró, parpadeando un par de veces.

-No, no creo que pueda acompañarlos- respondió Doyoung, dándole un sorbo a su café tibio.

- ¿Por qué no? - pregunto Lucas, dejando caer su mano- tú fuiste el que no paraba de hablar sobre esa película, nos metiste la espina de la curiosidad, ven a verla con nosotros.

Doyoung deseaba aceptar, pero al final de ese día, iría hacia su encuentro con Jaehyun y era un pequeño detalle que no podía decirlo en voz alta entre sus amigos. Esos ojos de cachorro de Haechan se volvieron dolorosamente culpables, dio otro sorbo a su café.

-Lo siento, pero no puedo- respondió Doyoung, deslizándose fuera de su asiento- vayan usted, yo tengo mucho trabajo en el que ocuparme, no puedo descuidarme, si no, se acumulara.

-Siempre esta trabajando- murmuro Haechan- mereces un descanso y pasar tiempo con tus amigos.

A diferencia de Haechan, Lucas permanecía sentado a su lado en completo silencio, dándole un gran mordisco a su propia comida como si intentara de llenar su boca completamente para tener una excusa de no tener que participar en esa conversación que tensaba sus hombros. Doyoung sabia que algo extraño estaba pasando con ese hombre, ya no lo miraba como antes ni le sonreía, siempre estaba tenso o esos ojos acusadores que se escondían debajo de una delgada capa de calidez.

-Prometo pasar el próximo fin de semana con ustedes, pe-...

-Yo no puedo- dijo Lucas- tengo una cita con Jungwoo la próxima semana.

In my burning heart [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora