7

1.2K 144 20
                                        

Esos pequeños encuentros de volvieron una rutina dentro de la vida de Doyoung, siempre había un motivo para permanecer al lado de Jaehyun. Poco a poco, Jaehyun mostraba ese lado más amable y paciente cuando Doyoung cometía algún error, ambos se sentaban para encontrar una solución.

El ritmo del proyecto había aumentado de velocidad, iban adelantados a su tiempo de presentación final para aprobación de la realización de sus ideas. La relación entre ellos se había relajado un poco, Doyoung ya no se sentía demasiado incomodo están al lado de ese hombre, ya no discutían por una mínima cosa ni querían saltar un sobre el otro por un conflicto de intereses.

Doyoung aprendió pequeñas cosas de Jaehyun, pequeños detalles que podían parecer desapercibidos pero ese hombre las repetía cada día, era como un pequeño ritual para comenzar con sus días. Él aprendió que Jaehyun era muy bueno escuchándolo, esperaba con paciencia a la construcción de su idea para añadir alguno pequeños detalles que luego serian revisados por el resto del equipo.

De alguna manera, Doyoung y Jaehyun podía coexistir al lado del otro sin pelear, aunque debía admitir que había sido divertido llevar la contraria a ese hombre a pesar que estuviera en lo correcto.

La cabeza de Doyoung comenzó a restarle importancia quien era él fuera de esa oficina, no deseaba pensar mucho en ese pequeño detalle que era doloroso. Todos esos pensamientos pasaban por la cabeza de Doyoung mientras permanecía sentado en el retrete, ese lugar era perfecto para pensar.

Subiéndose los pantalones y bajando el agua para que quedara completamente limpio, su estómago se sentía más plano y ligero. Él estuvo a punto de salir del pequeño cubículo pero una voces familiares llenaron cada lugar, sus voces hacían eco pero Doyoung tardo un momento en reconocerlas, su corazón se detuvo por un momento.

Doyoung abrió lentamente la puerta, solo un par de centímetros que lo dejaran ver al exterior.

Jaehyun permanecía perfectamente encajado entre los brazos de Johnny que lo observaba con adoración, Doyoung vio esa mirada que alguna vez fue suya y solamente suya, su corazón dolía al ser consciente que ya no le pertenecía. Ambos parecían sacados de una novela romántica, hermosos y tranquilos antes de una tormenta, compartiendo un mínimo momento tan intimo que nadie debía ver.

Doyoung dio un paso hacia atrás, rebuscando en los bolsillos del saco ese pequeño bote para calmar el dolor de cabeza que debilitaba su cuerpo, pero no encontró nada, se dejo caer sobre el retrete, rezando que ambos se fueran rápidamente de ese lugar.

- ¿Cómo vas con Doyoung- Johnny preguntó en un tono dulce. Doyoung podía imaginarlo acariciándole la mejilla a su amante- No te está causando ningún problema, ¿verdad?

La melodiosa risa de Jaehyun se elevo como una neblina que se filtraba por los oídos de Doyoung, poco a poco, nublando cada uno de sus pensamientos. Doyoung no podía evitar hacerse preguntas, si alguna vez ellos fueron de esa manera, si alguna vez alguien los escuchaba tener esas conversaciones demasiado dulces por casualidad, si alguna vez alguien sintió envidia por ellos.

-No, estoy sorprendido- respondió Jaehyun, su voz carecía de autoridad y dureza, pero era profunda y suave como el terciopelo- es muy bueno en su trabajo, es eficiente, es fácil trabajar y tan es fácil molestarlo. En la forma que arruga la nariz cuando haces que su paciencia se vaya agotando, es divertido.

Por instinto, Doyoung llevo una mano hacia su nariz. De un momento a otro, sintió como su rostro ardía por la sangre caliente que se acumulaba en sus mejillas al pensar que Jaehyun lo hubiera están observando a escondidas, se sentía avergonzado por ser un libro abierto ante ese hombre.

-Se parece a un conejo, ¿verdad? - respondió Johnny, una extraña risa se escapo entre esas palabras- solo falta que patee el suelo cada vez que se enoja.

In my burning heart [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora