A THOUSAND LOVE SONGS || Aizawa X Oc|| PAUSADA PIR EDICIÓN

VIII

Antes de comenzar con esto...

Necesito que lean la nota del final, porfa.

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DESGRACIAS 1

¿saben cuanto tiempo llevo aquí? más de 30 minutos.

Definitivamente me van a despedir al terminar el día.

En mi defensa, todo esto es muy difícil. No es mi estilo trabajar bajo la presión de los clientes o mis compañeros de trabajo. No es mi estilo arruinar el traje de uno de los clientes con una botella de vino mientras este me grita lo idiota que soy. No es mi estilo dejarme decir lo que a los clientes se les pase por la cabeza y simplemente agachar la cabeza y decir 'perdón'. No es mi estilo tragarme mi orgullo cuando me equivoco, por lo menos no cada 5 minutos. Y, por último, no es mi estilo trabajar en cualquier cosa que implique que gente atrevida se sobrepase por no tener claro en su mente que significa tener respeto hacia las mujeres.

Lo que quiero decir, por si no se entendió, es que este trabajo no es mi estilo.

Respiro profundo, me mojo la cara con un poco de agua del lavamanos mientras reúno en mi mente las razones por las cuales debería volver a mi trabajo ahora y por mi mente solo pasa la frase 'dinero para la universidad', lo que me impulsa lo suficiente para salir del baño y quedarme en el pasillo como una tonta.

— hola — escuché una voz conocida junto a mí —¿estás bien?

— sí, de maravilla, ¿por qué preguntas? — le contesté a Aizawa con todo el sarcasmo que pude reunir.

— vi lo que pasó con ese tipo... es un idiota

— ¿cuál de los 2?, ¿el que me trató como una completa estúpida por dañar su traje, o el niño imbécil que no sabe respetar? — pregunté, mas que cansada o estresada, molesta.

Estoy a nada de mandar esto a la mierda y salir corriendo a mi casa.

— ambos. — suspiré y me tapé la cara con mis manos mientras agachaba un poco la cabeza.

— no sé por qué estoy haciendo esto.

— no dejes que un par de imbéciles te hagan renunciar. — se acercó un poco a mí y puso su mano en mi hombro como pudo, pues con sus brazos enyesados realmente no era algo fácil por lo que deduzco.

— no es solo eso, realmente es muy difícil para mí tratar con la gente. Por eso trabajo como música, así no tengo por qué tratar con nadie y ser respetuosa pase lo que pase.

— sabes que no te tienes que dejar pasar por encima, ¿no? Tu dignidad está por encima de eso.

— ¿dignidad? — me reí amargamente — hace rato perdí la que me quedaba. — el suspiró con un poco de pesades y me dijo:

— inténtalo otra vez, pero ahora piensa en que no importa qué tanto te paguen o te amenacen, te tienes que defender.

— si pierdo mi trabajo, es tu culpa, ¿ok? — dije por fin viéndolo y sonriendo un poco.

— no importa, mi consejo es mejor que este trabajo

— si me despiden... — lo pensé por un minuto. Debatí que sería peor para él, si que entre Akira y yo lo molestábamos en conjunto de aquí a la eternidad, o si dejar de escuchar sus consejos de ahora en adelante. Creo que la segunda opción es mejor, no seria tan cruel para la primera. — no volveré a hacerte caso — dije con una sonrisa.

— correré el riesgo. — si me pidieran adivinar, juraría que bajo sus vendas estaba sonriendo aunque fuera un poco. — bueno, si no te despiden por mi culpa, será por quedarte aquí cuando deberías estar trabajando.