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CANTANTE / PROFESORA

Los horarios en la casa son bastante extraños. Casi nunca estamos los 3 al mismo tiempo, de hecho, creo que incluso es difícil que si quiera estemos 2 a la vez.

Inicialmente, en la madrugada, estamos los 3, aunque todos duermen. Luego, Akira y Shouta se van a la academia a eso de las 7:30, y quedo sola hasta las 3 de la tarde, cuando llega Akira. A las 5 me voy a trabajar, hora a la que Shouta llega a casa, entonces están Akira y él. Luego, Shouta va al bar sobre las 9, para después patrullar. Yo vuelvo a casa entre la media noche y las 2 de la mañana, mientras que Shouta llega entre las 2 y las 3.

Como pueden ver, compartir con ellos es muuuuy difícil.

El lado positivo es que existen los domingos, y nadie tiene que salir. O bueno, eso en teoría. Shouta tiene que salir a patrullar, afortunadamente solo son unas 2 horas.

En este momento son las 10, por lo que debería estar por salir a trabajar.

Yo, por otro lado, decidí solidarizarme con Shouta y Akira.

Lo que ella dijo hace unos días es cierto, tengo que empezar a hacer algo para no ser una carga para Shouta, ya lo incómodamos lo suficiente como para que yo me quedé aquí como un parásito, no haciendo más que causarle problemas.

Entonces, colaboraré con lo que es mío, es decir, el orden de mis cosas personales. También, cocinaré y lavaré la losa. Aparte, claro está, de poner de mi parte para lo que tenga que ver con la economía de esta casa.

Tomé la decisión de cocinar después de ver de qué se alimentaba este hombre.

Este señor se alimenta de unas bolsitas extrañas de sabrá Dios qué. Él me ha dado varios argumentos de por qué debería seguir consumiendolos, aunque aún no me convence.

Alguien con un ritmo de vida como el que él tiene necesita una buena dieta, no como la que tiene ahora.

Entonces, me declaro chef de esta casa.

Justo estoy lavando los platos, escuchando algo de salsa mientras que me muevo un poco.

con moverme me refiero a mi sutil forma de bailar.

y sí, es salsa. Me gustan ciertos ritmos latinos, aunque aún no sé muy bien como llegué a conocerlos.

Estoy con mis audífonos puestos, no hay ningún ruido perceptible al rededor gracias a ellos, y solo puedo concentrarme en la música mientras no dejo de lado mi tarea.

Estoy tan inmersa en eso, que no me dí cuenta en qué momento llegó.

De un momento a otro, sentí como alguien me movía un poco el cabello y mi audífono fue retirado de la nada. De la impresión y sorpresa pegué un pequeño brinco, a lo que escuché su risa.

si no fuera porque me gusta oírlo reír, me molestaría por el susto.

- ¿qué escuchas? - preguntó él.

- salsa. - respondí.

- ¿puedo? - en seguida asentí.

Después de unos cuantos segundos, mientras yo seguía concentrada en la losa, él me tendió la mano.

- ... ¿qué? - pregunté confundida.

- te invito a bailar. - dijo obvio.

Dios, si no fuera porque odio bailar, estaría realmente feliz.

- lo siento, no bailo.

- ¿como es posible que seas una música pero no sabes bailar? - dijo incrédulo, pero sin dejar de tenderme la mano.

A THOUSAND LOVE SONGS || Aizawa X Oc|| PAUSADA PIR EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora