XXVI

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DUDAS, CELOS, Y COQUETEOS

— Akira. Tengo una pregunta para ti.

Estábamos en el cuarto, doblando ropa y arreglando un poco por petición de ella.

— ¿Sí?

— ¿Qué recuerdas de la noche que se incendió el departamento? — le pregunté.

Lo más seguro es que continúe con su mentira, pero mi objetivo no es tener nueva información real de lo que pasó, sino analizar su reacción a mi pregunta, para tener por fin la certeza de que me está mintiendo.

— Emm... Pues... — dejó lo que estaba haciendo, y comenzó a rascarse la nuca, mientras miraba para todas partes. — no recuerdo mucho de esa noche, la verdad. Ha pasado mucho desde entonces.

Es verdad, ha pasado mucho, ya llevamos algo más de 3 meses viviendo con Shouta. Qué rápido pasa el tiempo.

Pero bueno, eso por el momento no es importante. Volviendo al tema...

— ¿En verdad no recuerdas nada? — le pregunté, mirándola fijamente, a lo que ella se tensó por completo.

Ahí está.

Me está mintiendo.

— pues... — empezó a toser. — ay, mi garganta. — dijo por lo bajo. — espérame, iré por jarabe.

Sin más, salió de la habitación.

Qué forma tan creativa de evitar preguntas.

AKIRA P.O.V

Mamá está haciendo demasiadas preguntas, y realmente eso me preocupa. Creo que está sospechando lo que pasó ese día.

¿Pero como se enteró?

Bueno, eso ya no importa, tengo que buscar una excusa para salir de esto.

En ese momento entró Aizawa a la cocina.

Lo tengo.

— Aizawa. — lo llamé en voz baja, por si acaso. Él solo me miró en silencio. — por favor, vamos a entrenar... ¿Sí?

Es mi excusa perfecta para escapar, tiene que decirme que sí.

— ... No.

— ¿Por qué? — pregunté con algo de desesperación.

— estoy trabajando.

— ¿No puedes trabajar después?

— ¿Y tú no puedes entrenar sola u otro día?

Maldita sea, ¿Por qué no quiere cooperar conmigo?

ay por favor, necesito una excusa para salir de aquí. — le dije, juntando mis manos como si fuera a rezar.

— ¿Qué está pasando? — preguntó serio.

— te lo explico si me ayudas.

Él solo suspiró, y fue a su cuarto por su arma de captura, y asomándose a nuestro cuarto le dijo a mamá:

— iremos a entrenar, volvemos luego. — no alcance a escuchar lo que mamá respondió, pero él solo avanzó hasta la puerta del apartamento. — me debes una. — sin más abrió la puerta y salimos. — y bien, ¿Qué pasa?

A THOUSAND LOVE SONGS || Aizawa X Oc|| PAUSADA PIR EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora