Made In Greece || Derek Hale

2. Aquí vamos otra vez

- Eres un Alfa - decía un joven pelinegro de ojos verdes, sentado frente a dos chicos en la estación de policía.

El gran lobo, Derek Hale, había sido secuestrado y rejuvenecido por su ex-amorío, Kate Argent. Justo ahora, cuando despertó del extraño sueño que tenía y descubrió que estaba en Beacon Hills, huyó de la protección que Lydia Martin y Alan Deaton le brindaban, terminando en la estación de policía haciendo tratos con los amigos Scott y Stiles.

- Bien ¿Quien eres? ¿Quien es él y quien eres tú? - preguntó de golpe el beta.

Stiles levantó la mirada de las facturas de Eichen House sobre el escritorio de su padre y habló - Somos los que evitamos que te manden a la cárcel.

- Déjanos ayudarte - imploró el alfa.

Se notaba a leguas que Derek se encontraba demasiado asustado, además de que estaba triste. Despertar de un extraño sueño para luego descubrir que tu casa estaba en ruinas y que habías perdido la memoria no es algo que se digiera fácil.

- No - repetía una y otra vez el menor.

- Oye - protestó Stiles, harto - Casi destrozas a dos policías en tu casa. Escúchanos y no saques ni colmillos, ni garras ¡Ni te transformes en hombre lobo!

Derek asintió - Estoy bien mientras no sea luna llena.

Scott frunció el ceño, no tenía sentido.

- ¿Tienes problemas con tu...?

- Dije que estoy bien - interrumpió el menor con fastidio.

Stiles asintió, Derek no había dejado de ser el mismo gruñón mala onda de siempre. Tal vez eso sea bueno.

- Entonces que ¿Vienes o no? - preguntó el humano poniéndose de pié.

Derek lo observó fijamente, si creía que iba a ser tan fácil pues estaba completamente equivocado.

- ¿Quieren que confíe en ustedes? - McCall y Stilinski asintieron - ¿Dónde está mi familia? ¿Dónde está mi novia, Meghara?

Scott y Stiles fruncieron el ceño y se miraron entre ellos, atónitos ¿Novia? ¿Qué demente podía enamorarse de alguien como Derek?

- ¿Novia? - preguntaron ambos chicos al unísono.

- Sí, novia - repitió Hale, poniéndose a la defensiva - ¿Algún problema?

Los chicos negaron sorprendidos - No, para nada...

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Una cabellera pelirroja se agitaba de un lado a otro en la terminal de autobuses de Beacon Hills, buscando con la mirada a su amiga y ahijada.

- ¡Tía Elle! - gritó una pelicastaña de ojos marrones y seis años, corriendo hacia su madrina. Danielle abrió los brazos en dirección a la pequeña y la alzó en brazos para comenzar a besar sus mejillas.

Unos metros por detrás, Meghara levantaba todas las cosas que su hija había lanzado al suelo en cuanto vió a la banshee con una mueca de agotamiento y comenzó a caminar en dirección a ambas féminas. Una caja de lápices de colores, una muñeca se la diosa Atenea, hecha por la Galani mayor, un abrigo y una pequeña mochila eran las cosas que se tambaleaban en los brazos de la rubia, sumándole las tres maletas que Meghara arrastraba.

Cuando Danielle reparó en la presencia de su amiga, bajó con cuidado a la menor y se acercó con paso rápido a la griega, la cual soltó todo despreocupadamente y abrazó con fuerza a su amiga, comenzando a sollozar en el hombro de esta. Danielle no podía hacer otra cosa que besar repetidamente la cabeza de la rubia mientras murmuraba palabras de aliento, sentía pena por ella.