Made In Greece || Derek Hale

14. Solo Meghara siendo una Salvaje

Derek, Danielle y Meghara llegaron al hospital al recibir el llamado de Braeden.

La mercenaria los había llamado bastante alarmada y no había dado ninguna explicación de su urgencia, así que a los lobos y la banshee no les quedó otra opción más que interrumpir las clases de autocontrol de Valery y tomar canino hacia el centro de salud.

La verdad es que, durante las horas en las que la joven practicó su control, había tenido un rápido y sorprendente avance, lo que enorgulleció enormemente a su alfa. Ahora, Talia se había quedado con la nueva beta de su madre en el loft de Derek mientras que los mayores acudían al llamado.

Melissa McCall los recibió en la entrada del hospital y en seguida los guió hacia la morgue, donde "personas especiales" como la enfermera había asegurado, los esperaban.

Una vez que llegaron al piso correspondiente y los seis bajaron del ascensor, comenzaron a caminar rápidamente hacia el lugar. Sin embargo, Danielle se detuvo en pleno pasillo y su mirada se perdió en el lugar.

Una mala sensación se instaló en su pecho, lo sentía, estaba segura. La sensación de muerte llegó a ella y distintas imágenes se pasaron por su mente, haciendo que su respiración se dntrecortara y su espalda comenzara a sudar.

Lo que la llevó a una conclusión.

Alguien moriría hoy mismo, en el instituto.

Meghara caminaba detrás de Derek a paso apresurado, pero cuando no notó a su amiga banshee junto a ella, detuvo el paso y giró su cabeza levemente.

La rubia se giró completamente hacia su mejor amiga y la observó, de pié en el medio del pasillo, con la mirada perdida y sus ojos cristalizados. La loba se acercó preocupadamente hacia la pelirroja.

– ¿Elle-Danny? ¿Estás bien? – la griega posó una mano en el hombro de su amiga y la deslizó por todo su brazo hasta entrelazar sus manos. Danielle volvió a la realidad al sentir el tacto de su hermana del alma y guió su vista hacia la rubia.

– Sí, sí... todo bien – y sin más, siguió caminando, dejando atrás a una confundida Meghara.

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– Esto es una variante del moquillo – explicaba Deaton sobre el cuerpo del hombre lobo muerto.

Ya habían pasado un par de minutos desde los que llegaron a la morgue, donde se encontraron con Alan Deaton y Satomi, ambos con gran información.

– Hace unos años, una epidemia en Yellowston mató a un cuarenta por ciento de la población de lobos – explicaba el veterinario bajo la atenta mirada del beta, la alfa y la banshee.

Aunque esta última estaba perdida en sus pensamientos.

Alguien en el instituto moriría.

Mierda, no.

Toda la manada McCall estaba allí, y eso implicaba un gran problema.

Melissa frunció el ceño ante el veterinario – ¿Qué le hará a nuestra población de lobos?

– Fue alterada para que los infecte mucho más rápido – aseguró el moreno.

Derek asintió – Lo convirtieron en arma.

– Infectó a toda mi manada – siguió Satomi.

Más Deaton la observó fijamente – A todos menos a tí y a Meghara.

La rubia centró su vista en el hombre, sorprendida ante sus palabras – Tienes razón...