Extra 2

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"Que bien se sentía"

- ¡Feliz cumpleaños, pelirroja! - el estridente grito de Meghara sonó por toda la residencia Martin. Antes de que cualquiera reaccionara, la rubia ya se había lanzado con todas sus fuerzas sobre su mejor amiga y ahora estaba saltando sobre su cama, riendo a más no poder.

Danielle se sentó en su lugar con el ceño fruncido, mientras se rascaba un ojo. Confundida, giró su vista hacia el calendario en su pared, descubriendo que era un 15 de Agosto, día en el que, oficialmente, hacían trece años que había nacido. Finalmente fue cuando la banshee decidió responder el saludo de su amiga, de una forma algo... animal.

- ¡Gracias, rubia! - respondió con la misma euforia la Martin antes de ponerse de pié y lanzarse sobre su amiga. La situación no terminó muy bien ya que ambas quedaron tendidas en el suelo, riendo a carcajadas y quejándose de los golpes que habían recibido.

Ambas se pusieron de pié y se volvieron a abrazarse, con enormes sonrisas en sus rostros. En pleno abrazo, sintieron unos pequeños brazos rodear las cinturas de ambas. Las adolescentes se voltearon un poco para observar a una pequeña Lydia de ocho años, con el cabello enmarañado y una gran cara de sueño, más con una enorme sonrisa en su rostro.

- Felíz cumple Danny - la pequeña pelirroja sonrió con la boca abierta, enseñando el pequeño orificio en esta que había dejado la caída de su paleta superior. Ambas mayores se observaron con ternura antes de que la banshee se arrodillara frente a su hermana pequeña.

- Gracias, hermosa - Lydia se lanzó sobre su hermana y besó su mejilla con alegría, haciendo a las jóvenes reír.

Unos minutos más tarde, tras jugar un rato y hacer planes para el día, Meghara cargó a Lydia sobre su espalda y ambas abandonaron la habitación de la pelirroja y la casa Martin, adjudicando su ausencia a la necesidad de preparar un desayuno especial para la cumpleañera y una sorpresa.

Danielle sonrió cuando escuchó a Meghara y Lydia mientras bajaban las escaleras divagar acerca de los diversos peinados que se podrían hacer para la sorpresa de esa noche.

Cuando ambas féminas salieron de la enorme casa, Danielle suspiró con una sonrisa en su rostro. Era su cumpleaños, por lo que probablemente recibiera lo que tanto había deseado estos últimos tres años.

Una máquina de coser.

Desde pequeña había sido fanática de la moda, diseñaba y modelaba conjuntos a su antojo. Pero hacía unos pocos años que había decidido hacer su sueño de ver sus vestuarios en las pasarelas de Milán realidad y dedicarse a la costura por toda su vida. Pero para eso necesitaba una máquina de coser, la cual sus padres le habían prometido para su cumpleaños número trece, y eso era hoy.

Con esa motivación, la pelirroja se adentró a su guardarropas y se dedicó por quince minutos a elegir los tres conjuntos que vestiría ese día: uno para el desayuno con Meghara y Lydia, otro para la sorpresa de aquella noche y el tercero para utilizar el resto de las horas.

Se vistió y se maquilló en completo silencio, sin embargo, cuando la banshee estaba terminando de hacer su trenza francesa, sintió una presencia detrás suya. Alzó su vista en dirección al espejo, que reflejaba lo que sucedía a sus espaldas, encontrándose con la persona menos pensada.

Peter Hale, con una sonrisa seductora, sentado en el alféizar de la ventana de la habitación de la banshee.

La joven se volteó rápidamente con el ceño fruncido, confundida ante la presencia del lobo, su trenza había quedado a medio hacer, y pequeños mechones comenzaron a escaparse de ella.

Made In Greece || Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora