6.-Algo como un Hogar

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Cuando finalmente llegue a mi casa me sorprendieron dos cosas, la primera era que había un grupo de personas rodeando un grupo de camas y algunas cajas, lo segundo era que había dos soldados parados afuera de mi casa vigilando a las personas de las camas. Sonreí y me acerque a los guardias.

- ¿Qué ocurre oficial? – pregunte, el guardia me reconoció de inmediato ya que siempre tiendo ir a pie soy uno de los pocos nobles a los cuales podían mirar directamente.

- Señor Ale Guld, este grupo de personas ingreso al barrio noble y declaran que esta mercancía es para usted. Tenemos sospechas de que es un grupo que o planea ocupar la casa de manera ilegal o planea llevarse las pocas propiedades de la familia Guld

- No se preocupe oficial- suspire, olvide que claramente sería raro que la casa de una familia pobre recibiera grandes entregas – son para mí, un viejo amigo de abuelo me envió una gran suma de dinero con la cual comprar muebles y esclavos para que cuiden de mí.

- Ya veo, disculpe las molestias señorito Guld- Dijo el oficial.

Hice un gesto con la mano para que no se preocupara y luego de bajar del carruaje les di un par de monedas de plata a los soldados en agradecimiento por cuidar mi casa, ellos se alegraron bastante y muchos prometieron beber en mi nombre cuando se marchaban.

Luego me dirigí a hablar con los cargadores, al verme se asustaron un poco, veo que el monóculo y sombrero de copa hacen su trabajo, sonreí y dije:

- Buenas noches caballeros soy Ale Guld actual patriarca de la familia Guld .

- Buena Eñor, soy Calim el jefe de cargadores. La empresa Midas me envió a dejar estas cosas, pero lo guardia se pusieron pesa. Aquí tan las cosas, compruébela para que me puea ir – Dijo un hombre corpulento de piel morena y barba descuidada.

- Qué extraño, según el comprobante de pago el valor de los productos incluía los trabajos de transporte y ubicación dentro de la casa – Dije mientras tocaba mi barbilla y miraba al cielo, el señor Calim se puso nervioso- Seguramente los de las bodegas no le dieron la información al señor Calim- Dije mientras sonreía y ponía mi cabeza de lado, había aprendido que por mi apariencia este gesto era algo más del tipo terrorífico que del tierno.

- Eh...Sí, fue culpa los de las bodegas, díganos aonde dejar las cosas – Dijo el Hombreton, yo solo sonreí.

- Eres alguien extraño amo – Me dijo Lowe casi susurrando a mi lado – Pero me agradas.

Luego de ubicar las camas y muebles en cada habitación despedí a los cargadores sin darles ni siquiera las gracias, odio a la gente que intenta engañarme. Le mostré la casa a mis esclavos explicando que hacia cada piedra espiritual y las precauciones que había que tener con ellas. Admito que me reí cuando mis esclavos se sorprendieron al saber que dormirían en camas y que cada uno tendría una habitación, la única que no se sorprendió fue Nadja ¿Qué tan relajada puede ser ella?

Tras el tour Hilda tomo las riendas de la casa y comenzó a ordenar a los demás esclavos para realizar labores de limpieza y orden, incluso Myrd fue puesta a trabajar moviendo muebles y a todos nos sorprendió lo hábil que era Nadja en las labores de limpieza. Cuando anochecía comimos una sopa hecha con algunas de las cosas que aún quedaban en la cocina, mañana se iría a comprar provisiones y a ordenar la bodega.

Por cierto, gracias a Hilda me entere que tener un ahumador dentro de casa era una rareza, yo pensaba que era de lo más normal ya que la idea se la copie a mis vecinos quienes son miembro de varios círculos sociales importantes, aun así me negué cuando me propusieron quitarlo, me gusta mi ahumador de interior, además de que me costó un mundo hacer que funcionara bien sin llenar la cocina de humo. 

Mi  truco es ser ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora