54.- Meninge II

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Llevo casi un mes en esta isla, ha sido un mes bastante productivo. En primer lugar descubrí una forma de comunicarme con la gente del pueblo, pues resulta que el anciano que me seguía para todas partes era una especie de comerciante así que puede hablar Ishi, la lengua del comercio del desierto ¿Si y hablo Ishi? Pues algo, casi como un niño de unos 5 años.

Durante este tiempo he construido casas para todos los habitantes y unos cuantos más porsiacasos, también un par de almacenes, una cocina comunitaria y una sala de reuniones. Mejore el puerto por uno de Metal y piedra e hice un camino entre la aldea y el puerto. Al principio estaban cerca pero tras construir las primeras casas me percate que el suelo no era el ideal, hable con todos e intente explicarlo, creo que me entendieron porque me miraron preocupados, eso o pensaron que estaba loco. Al final encontramos un mejor lugar y mudamos el pueblo. Las casas que ya había hecho fueron dejadas ahí para ser usadas como bodegas o viviendas transitorias.

Sí, fue un mes bastante trabajado, he estado tanto tiempo al sol que mi piel se ha puesto un poco morena. Dentro de este mes descubrí varias cosas. En primer lugar han sobrevivido de milagro, no saben casi nada de pescar, cultivar o forrajear en el bosque o la costa, cosa entendible porque vienen del desierto. Lo poco y nada que saben es gracias a un anciano que tenía como pasatiempo pescar en bote cuando visitaban las costas. Por lo que entendí todos lo regañaban por ese pasatiempo, hasta que fueron enviados a esta isla y el exentico pescador fue su única guía. En lo personal soy bastante bueno forrajeando, pero cultivar y pescar no son lo mío, pero para mi suerte y desgracia, las voces de mi cabeza sabían sobre eso. Llevaban mucho tiempo calladas, olieron el peligro y volvieron al ataque.

Al principio fue como un susurro que se convirtió en un grito. Jamás me hablan directamente, dicen palabras al azar y luego mi cabeza se siente como si la partieran en dos, cuando el dolor disminuye puedo entender cosas que antes no. Cuando niño las escuchaba frecuentemente, son varias y tienen diferentes ritmos y tonos haciéndome entender que hay más que una. De ellas aprendí a ser sigiloso, a moverme en multitudes, modales de la corte, comercio entre otras cosas. En ese entonces eran lo único que tenía así que las aceptaba completamente con el tiempo intente depender lo menos posible de ellas hasta que un día se callaron, fue por las mismas fechas que cuando mis sirvientes me traicionaron con el asunto de los orfanatos. Estuvieron en silencio por meses y ahora han regresado, parece que les gusta decirme cosas, como un experto corrigiendo a un novato, no por el gusto de enseñarle, si no, porque esta arto de los errores que comete.

En fin, gracias a ellos creamos una especie de granja la estructura es un poco rara ya que usando unas piedras de agua que duplique creamos un flujo circular de agua. A pesar de que yo mismo lo instale, no lo entiendo del todo. En teoría el agua pasa a través de un estaque donde viven peces, el agua cargada con los nutrientes va hacia unos distribuidores y luego a las plantas, que se dividen en consumo para humanos y consumo para peces, cabe decir que también te puedes comer los peces si hay muchos. Aun no veo los primeros resultados pero se ve bien el crecimiento de las plantas.

Otra de las novedades es que creamos un sistema de alcantarillado, bueno, más bien gracias a que clone las pocas piedras de agua del pueblo, ahora todos tienen agua en sus casas, lo que permite que los desechos viajen a través de un desagüe hacia un pozo en el que coloque algunos Jelly, son algo así como los slime pero aún más descerebrados, apenas se mueven si pueden y literalmente pueden disolver casi cualquier materia orgánica no metálica. La mayoría de los ataques de Jellys a humanoides ocurren porque la gente tropieza con ellos, de otra manera son inofensivos (a menos que caigas a un pozo lleno de ellos, debo mejorar la seguridad).

Volviendo a los pobres Isleños, en segundo lugar descubrí que las tumbas que vi cuando llegue no son de ellos, al parecer su costumbre es incinerar los cuerpos y mezclarlo con arena sagrada de sus templos, actualmente han tomado todas las cenizas y las han puesto en varios recipientes de greda, el solo pensar que toda esa ceniza eran antes personas me hiela la sangre. Así que me fui a revisar las tumbas, para sorpresa mía, casi no habían cuerpos, solo uno en la tumba abierta. Las tumbas estaban llenas de cajas con artículos de los más variados, aunque en mal estado. Aparentemente algún pirata o similar enterraba sus cosas aquí hasta la llegada de los isleños.

Eso me lleva al tercer descubrimiento, pues resulta que los isleños no se alejan mucho de la costa, la principal razón es que no saben navegar, la segunda es que hay una ruta mercante cerca de la isla, pero no solo hay barcos mercantes, también hay barcos piratas. Con dicha información no podía quedarme tranquilo, lo primero que hice fue fortificar la aldea y el puerto preocupado por los ataques. Luego me dirijo al mar, alejándonos un poco de la isla cree una serie de pilares que hundí en el mar, debo admitir que solo colocar los 16 pilares me agoto de sobremanera, eran de entro de acero rodeados de piedra para mayor duración. Luego puse unas placas de metal sobre los pilares y cree un muelle en medio del mar, lo suficientemente hondo para barcos medianos.

Se preguntaran ¿Por qué hacer un muelle en medio del mar? Por un lado solo por presumir, por el otro proteger la aldea de los barcos que lleguen a comerciar ¿Comerciar? Si leyeron bien. Dentro de las cosas que estaban enterradas había joyería hecha con metales preciosos, así que los copie para la venta. Pero no solo eso, gracias a una de las voces descubrí como cultivar una especie de hongo ideal para el clima, es un hongo cítrico que no solo es delicioso sino que también ayuda contra el escorbuto, una enfermedad frecuente en el mar. Pero no solo hace eso el Hongo si se mescla con ciertas algas y cortezas se puede fermentar en un alcohol fuerte de gran rendimiento, inclusive cuando se le destila produce un buen licor. Espero que con los años, ese licor sea la especialidad de la isla y les permita acceder a un mejor futuro.

Entonces, armado con licor, joyas y hongos me plante en la plataforma a esperar algún barco, el primero que vino fue un barco mercante de las tierras de Nemesa, eran unos tipos amables, en su mayoría magos, motivados por su curiosidad se acercaron a la plataforma. Hable con ellos en Imperial, gracias a los dioses uno de ellos lo hablaba. Tras hablar un buen poco y suministrarles licor y algunas piedras mágicas de buena pureza que copie conseguí ropa de cama, unas cuantas herramientas y que enviaran una carta a mi hogar en la capital. 

Mi  truco es ser ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora