Nuevamente a la Subasta

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Luego del intento de asesinato me acuartele en la casa, admito que la situación me causo miedo pero gracias a Nadja había asegurado mi supervivencia. Tengo una idea más o menos clara de quien orquesto el ataque en mi contra y más o menos entiendo sus motivos. En primer lugar los asesinos que contrataron no son del tipo del que cualquiera pueda contratar, se requiere una buena cantidad de dinero y contactos para hacerlo, así que descartamos a la gente del pueblo y a la baja nobleza. También había considerado a los empresarios, pero si fuesen ellos el señor Anderson seria a quien mandarían a matar. Entonces, debido a que soy un Conde nominativo, es decir que no tengo territorios ni acceso a las líneas de sucesión conocidas, descarto el motivo político y al mismo tiempo el económico, solo queda que haya ofendido a alguien y si pienso en eso, sin contar el ya fallecido tío de Victoria, solo me queda una persona: Sir Valer

Sir Valer es solo un caballero de poca monta, es el clásico nuevo noble que no conoce sus responsabilidades y abusa del poder cada vez que puede, por lo que averigüe se niega a pagar sus comidas, le pega a sus prostitutas y tiende a buscar pelea cada vez que puede, básicamente una basura. Y lamentablemente para mí, he abofeteado su cara más de una vez en el último tiempo, resumiendo: compre la mayoría de las cosas que él quería en la subasta, las cosas que Nadja trajo de la carpa misteriosa eran un encargo ilegal que él había hecho y él era el hombre con el cual tenían pensado casar a Victoria. Lamentablemente me entere de esto hace poco y no elabore medidas ¿Qué si él me preocupa? Pues no, el problema es su hermano, Charles vizconde de Aldean, si bien su rango de nobleza es inferior al mío, Charles posee un vasto y rico territorio, una riqueza envidiable y un carácter de mierda. Así que básicamente, este tipejo a través de su hermano contrato esos asesinos para impedirme participar en la subasta anual, ya sea asustándome o matándome, creo que pensar no es una de las habilidades del señor Valer.

Obviamente, bajo esta situación una persona normal no iría a la subasta y buscaría una forma de protegerse de los posibles ataques de este par de hermanos, pero miren, ya estoy sentado en mi palco con una buena cantidad de oro en los bolsillos esperando la subasta. Me acompaña Nadja, Victoria y Lowe usando su traje prototipo. Myrd se quedó en casa a modo de precaución.

A diferencia de las subastas normales del grupo Midas, en esta no hay un mercado previo y no se hace el depósito de 50 monedas, es de 100 monedas de oro. Así de exclusiva es esta cosa. El día de hoy no solo habrán productos del grupo Midas, también subastaran objetos traídos por comerciantes y aventureros, aumentando así la rareza y especulación de la subasta. Nuestro objetivo de hoy es comprar alguna propiedad, un par de esclavos del tipo administrativo o mágico, metales raros y por supuesto la recompensa de Nadja, la cual todos esperamos no sea un dragón.

Mientras comía pinchos de carnes junto a mis seguidores se dio inicio a la subasta, el primer grupo son obras de artes y similares así que no le presto mucha atención, hubo cosas bonitas pero inútiles y caras. Victoria varias se sorprendió al ver las obras de artes incitándome a comprar una u otra, pero la ignore. El segundo lote eran artefactos y armas mágicas, el primer objeto era hermoso, era un artefacto que producía una pequeña cantidad de niebla a ras de piso, obviamente la compre para mi estudio. Luego de eso vinieron artefactos de diversas índoles de los cuales puje por varios pero no compre casi ninguno, más que nada porque no es bueno ganar en todas las subastas. Al final termine con la máquina de niebla, un tridente que podía encogerse al tamaño de una daga, un set de armas exóticas no mágicas y un casco que brilla en la oscuridad que compre porque me pareció interesante.

Tras un breve descanso comenzó la subasta del tercer lote, objetos misceláneos y materiales raros. El primer objeto me dejo boquiabierto, era piel de dragón y no de esos seudo dragones que pululan por ahí, era piel de un dragón adulto real, suficiente para un traje o una armadura de cuero, era hermoso pero no puje, al final se fue por una moneda imperial de plata, el presupuesto de un territorio pequeño. Los siguientes objetos fueron igual de asombrosos pero solo pude adjudicarme dos, un trozo de Cobre de trueno, un metal cargado de electricidad usado en armas, y una piedra de sangre palpitante, una piedra con la capacidad de almacenar hasta diez muestras distintas de sangre. Admito que compre la piedra solo por su valor romántico y su bajo precio. Cuando pensaba que la subasta de materiales había terminado sonaron unas trompetas, eso solo significaba un objeto realmente raro y especial y sí que lo era. Era solo un pequeño fragmento, no más grande que una uña, de Adamas.

Mi  truco es ser ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora