65.- desciende un Angel

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¿Te has preguntado cómo se ve la sonrisa de un hombre roto? Solo tienes que ver mi rostro para responder esa pregunta. Pensé que los fantasmas de mi pasado al fin se habían ido pero esta escuela está lleno de ellos. No solo he visto el rostro de mi padre, tío y abuelo, también vi su rostro, el rostro del demonio que me atormenta en mis sueños, el demonio que me trajo a este mundo, sí, el rostro que he visto es el de mi madre.

Mis recuerdos son confusos, en esa época apenas hablaba y menos entendía lo que pasaba, pero si recuerdo el dolor, el miedo y el terror. Cuando finalmente me sentía bien, cuando finalmente mi vida había encentrado un rumbo ella aparece para ensombrecer mi vista. No, no le daré ese júbilo, a la mierda esa mujer y su plan, viviré como quiero y moriré como quiero.

Después de lavar mi cara y ordenar mi uniforme me dirijo a mi siguiente clase, Raika me aviso que no vendría a las clases de la tarde debido a que tiene una reunión con algunos de sus colaboradores, espero que nada le haya pasado al pueblo que le regale. Mientras camino por los pasillos de la academia me doy cuenta que ni siquiera se bien quienes son mis compañeros, así que no sé cómo llegar al salón de mi siguiente clase.

- ¿Crees que por ser de la nobleza de un reino eres mejor que los nobles imperiales? – Escucho eso al pasar por un pasillo

Estoy de un humor terrible, vamos a humillar unos cuantos nobles imperiales para alegrarnos, me dirijo rápidamente al pasillo, lo que veo es tan cliché que me dan ganas de reír, un tipejo de cabello naranja oscuro junto a dos gordos intimida a un muchacho delgado, cuando lo miro con más detenimiento el muchacho tiene algunas escamas en su cara y lleva guantes, seguramente es alguien con ascendencia serpentfolk o algo así. Vamos a hacer nuestra buena acción del día. De un puñetazo mando a volar al tipo de pelo naranja, luego pateo y golpeo a los gorilas quienes caen al piso.

- ¿Quién eres y porque te intimidan? Dame una buena respuesta o terminaras como ellos.

- ¿Eh?- Me respondió entre asustado y asombrado.

- Rápido, no tengo todo el día- dije

- Soy Kelias Derment, tercer príncipe del reino Derment. Ellos me intimidan porque saco mejores notas que ellos en teoría de la magia. Por favor no me golpee señor profesor.

- ¿Profesor? Soy un alumno como tú, es más, estoy en primer año

- ¿Tienes mi edad? ¿Pero esa cara y cuerpo?

- ¿Vas a juzgar como se ve tu salvador?

- Lo siento y gracias

- No hay de que ¿Por cierto sabes dónde está el aula de Medicina uno?

- Sí, es mi siguiente clase, eh...si quieres, solo si quieres, puedo llevarte ahí.- Me dijo tímidamente, casi sonrojándose, lo siento no voy por ese lado y tengo prometida.

- Claro, me harías un favor. No me he presentado, soy Alec, Alec Guld

- ¿Alec Guld? – Me dijo nervioso y casi pálido

- Si ¿Algún problema?

- Pues, creo que sería mejor que no fueras a medicina uno ¿Vamos a comer? ¿O darnos una vuelta? ¿Quizás mirar otras clases? – Dijo realmente nervioso y asustado.

- ¿Qué ocurre en medicina uno? ¿Por qué no quieres que vaya?- Pregunte curioso

- Porque ella estará ahí y Raika nos obligó a prometerle que no dejaríamos que ella te viera

- ¿Ella?

En ese instante sentí una fuerte presión en mi pecho, como si alguien hubiese saltado directamente hacia mí, no pude detectar el ataque así que o es un asesino experto o no tiene malicia contra mí. Cuando me prepare para devolver el ataque vi claramente a mi oponente y me sorprendí. Su cabello era rubio como el oro, su piel blanca como la porcelana más cara, sus grandes ojos azules eran cristalinos y parecían ver dentro de mí. Si alguien me dijese que mi atacante era un ángel yo le hubiese creído

- Te encontré Alec- dijo ella sonriendo y llorando a la vez – Al fin encontré a mi pequeño cuervo. 

Mi  truco es ser ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora