Guldar

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Victoria lleva casi dos meses en mi casa, al final su contrato incluyo alojamiento y comidas así que se convirtió en otro habitante en la mansión Guld, por cierto, se puso pálida y se desmayó un par de veces por culpa de Ale segundo la Sierpe de Roca, al parecer no aguanta las serpientes.

Al principio mis esclavos estaban un poco complicados con el asunto de las clases, pero cuando les dije que eran para mantener el estatus de la familia Guld en alto se motivaron y comenzaron a tomarse las clases en serio, incluso he visto a Nadja practicar su lectura frente a sus animales. En lo que a mí respecta, también he estado tomando clases, especialmente de etiqueta e historia, a modo de preparación para mi próxima entrada a la Academia Imperial ¿Qué si estoy inscrito? Mis padres pagaron mi educación por adelantado, de niño fui a una escuela para hijos de mercaderes así que no note tanto la diferencia social, pero ahora ingresare a la Academia Imperial, donde tu talento, riquezas, estatus y poder son constantemente puestos a prueba y necesito prepararme para esas pruebas.

Las reparaciones de la casa van bien y Tenebrere abrió su primera tienda en el barrio comercial de los nobles, no sé cómo lo hizo el viejo pero en su primer día de funcionamiento nuestra joyería casi se quedó sin existencias y la lista de pedidos de joyas hechas a pedido es tan larga que hay una espera de tres años. Gran parte de este triunfo se debe a que el señor Anderson recluto a todos sus ex trabajadores como también a varios joyeros nuevos que había conocido mientras estaba "retirado". Pero eso no es todo, dentro de poco Tenebrere abrirá un restaurant y una cafetería, le dije al señor Anderson que si necesitaba más capital lo pidiera y lo hizo, invertí casi mil monedas de oro en nuestra empresa casi lo mismo que recaudan algunos nobles al año en sus territorios. Gracias a esa inversión ahora soy técnicamente dueño de una flota de barcos mercantes y varias bodegas en diferentes partes del Imperio, por alguna razón no siento esas cosas como mías.

Mi vida es un rio tranquilo que avanza lentamente o al menos eso me gustaría decir, pues hay una carta encima de mi mesa que me está molestando, mientras la vuelvo a leer en mi escritorio espero que Victoria se presente, obviamente Ale segundo está en el establo para no asustarla, cuando entra puedo ver que esta curiosa porque la llamo, viste un vestido blanco que realza sus rasgos, pero es demasiado brillante para mí.

- Buenas tardes Victoria ¿Cómo estás?

- Un poco nerviosa Conde Guld – respondió.

- No te preocupes, no es nada serio. Pues veras, he recibido una carta de tu tío, el señor Alnes, veo que tu padre era solo un caballero honorario y que su hermano no heredo el titulo ¿Estoy en lo correcto?

- Así es, mi padre se ganó el título en su juventud en la guerra imperial pero nunca quiso dar el paso para convertirse en un noble a toda regla, aun así me educo a mí dentro de la nobleza para darme un mejor futuro, lamentablemente – su voz se volvió apagada – ella falleció el año pasado.

- Ya veo, mi más sentido pésame- me puse de pie y puse mi mano sobre su hombro, lo que la sorprendió, yo no soy mucho de tocar a las otras personas – Ahora entiendo todo un poco mejor. Hace quince días tu tío me envió una carta exigiendo que te devolviera a su familia, la ignore. Luego hace diez días me envió otra carta exigiendo que te devolviera y nuevamente la ignore, pero hoy me ha llegado una carta de la corte imperial debido a que tu tío me acusa de secuestro y exige que te devuelva a su casa o pague la suma de mil monedas de oro.

- Ese maldito anciano, no le importó yo o mis hermanas el solo quiere el dinero- Dijo casi gritando Victoria.

- ¿Hermanas?

- Si tengo dos hermanas de 10 y 8 años, el dinero que estaba ganado en esta casa pensaba usarlo para llevármelas a vivir conmigo y alejarlas de ese hombre- Se notaba que estaba molesta.

Mi  truco es ser ricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora