Capítulo x

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Jace aún se sentía aturdido y conmocionado por la despedida de su padre. Se sintió muy real y de alguna forma ahora estaba aliviado porque tuvo una despedida correcta.

Cuando entró a la casa, Aelin lo estaba esperando.

- Es mi turno de decir adiós. -dijo ella.

- ¿Tu también sabes... que no existes?

- No es difícil de adivinar cuando todo se está derrumbando.

A pesar de todo, Aelin estaba tranquila, relajada.

- Fue muy divertido ser tu hermana estos días.

Y lo abrazó. Jace correspondió y beso su frente.

- No te sientas mal por ese niño Max -dijo ella-. Creo que él sabia muy bien que tu lo querías y, aunque no me creas, pienso que eres un excelente hermano mayor.

Antes de que él dijera algo, Aelin había desaparecido.

Si no hubiera escuchado la voz de su madre cantando, probablemente se habría quedado ahí parado, tratando de poner en orden sus pensamientos.

Celine estaba limpiando la casa, le gustaba mucho el orden y quería sorprender a Stephen cuando llegara.

Escuchó que Owen se acercaba y lo espero con una sonrisa.

- ¿Me ayudas a regar las flores cariño?

Jace se dio cuenta que su madre era la única abrumada por esta irrealidad.

- Me encantaría mamá.

Pasaron juntos por el jardín. Jace vio que algunas flores estaban desapareciendo.

-Mamá..

- ¿Si?

Celine vio a Owen algo inquieto y fruncio el ceño.

- ¿Sucede algo cariño?

Jace la abrazó y sintió sus lágrimas brotar y mojar sus mejillas.

- Siempre me imaginé como serias, como se sentiría estar en tus brazos, como seria tu perfume, tu sonrisa, tu voz... Y ha sido un milagro haber podido pasar este pequeño tiempo contigo mamá.

Celine lo sostenía muy firme y comenzó a acariciar su espalda.

- Owen... me estas asustando.

Jace tomo aire. Se separó de ella y la miró a los ojos.

- Estas muerta mamá, hace 17 años tu... te suicidaste por la tristeza que te causó la muerte de Stephen.

Celine se congeló pero Jace siguió hablando.

- Al principio no pude entender como pudiste renunciar a tu vida... renunciar a mi, por la muerte de un hombre como él. Pero ahora te entiendo mamá.

Y lo hacia, de verdad. Verla tan enamorada de su padre... y saber que nunca nadie le dio cariño o amor... Logró verla con otros ojos, debió sentirse vacía y sin nada que ofrecer al niño que estaba por nacer.

Los recuerdos golpearon a Celine muy fuerte, casi se desmaya.

Recordaba la noticia de la muerte de Stephen, el llanto desesperado de su suegra Imogen y el gran agujero en su pecho. Recordaba haber subido a su habitación y cerrar la puerta, acariciar su vientre mientras lloraba y tomaba la decisión de poner fin a tanto sufrimiento.

Se tapó la cara mientras Owen la abrazaba.

- ¡Oh hijo! Lo siento... lo siento...

Su lamento era desgarrador.

- Mi vida es buena, mamá. Tengo una familia, amigos y al amor de mi vida. Soy un buen cazador de sombras y un buen chico. No quiero que te preocupes, pero para que estés tranquila, quiero decirte que te quiero.

Celine miró los hermosos ojos de su hijo, la niebla de la realidad estaba rodeándola.

- Me alegro mucho cariño. Sigue así. Sigue siendo lo que eres, tu corazón es muy puro hijo mío y te guiara por el camino correcto. Estoy... muy orgullosa de ti.

Acarició su rostro y sus dedos se enredaron en su cabello dorado.

- Dile a Maryse lo agradecida que estoy por haberte dado amor y que, yo cuidare de Max de la misma forma que ella cuido de ti.

Jace asintió y a lo lejos pudo ver a Tessa. Celine también logró verla.

- Ella es muy buena hijo, es el ángel guardián de los Herondale y, si te portas bien, te contara su historia.

Jace beso la mejilla de su madre y cuando abrió sus ojos, ya no estaba.
Se quedo mirando el espacio vacío por un largo rato y a pesar de todo, sonrió.

Poco a poco pudo sentir la suavidad de las sabanas y la voz de Magnus.

Era hora de volver.

Caminó hasta el lugar donde se encontraba Tessa, se dio cuenta que sus ojos estaban rojos.

Sin decir palabras, Tessa extendió su mano y Jace la tomó.

Jace Herondale "Días de Ensueño"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora