Jace Herondale "Días de Ensueño"

Extra: Parte 6

*Spoiler de Princesa Mecánica y Ciudad de Fuego Celestial*

Jace caminaba rumbo al parque.

Sostenía la nota de Tessa arrugada en el bolsillo de su chaqueta de cuero negra.

Por la forma de andar, nadie pensaría que estaba apurado o nervioso. Jace sentía la mirada de los mundanos, ya estaba acostumbrado.

El parque no estaba tan lejos del Instituto, le tomó menos de media hora llegar al lugar.

Su mirada se topó con unos dos pares de ojos: unos grises, algo inquietos y otros oscuros, que reflejaban preocupación.

Jace se sintió intimidado.

No había visto a Zachariah.... es decir, a Jem, desde el casamiento de Jocelyn. Estaba feliz de saber que estaba bien, ahora también, pero sentía una cierta presión en su mirada. Ahora Jace sabía quien fue él y lo mucho que significó en la familia Herondale.

Cuando se acercó, el primero en hablar fue Jem.

- Jonathan. Hemos venido lo más pronto posible, cuéntanos que te sucede.- Su voz era tranquila, amable.

Jace se sintió seguro. Les contó como había encontrado la foto y como había desaparecido, también de su temor de volver a entrar al sueño.

- Y esa foto ¿qué significa exactamente? ¿que tiene de importante?.

Jace lo recordó.

- Estábamos por desayunar, era una sorpresa. -Jace sonrió-. Mi padre estaba contento, decidió tomar una foto de todos juntos, como recuerdo.

Tessa tomó su mano, vacilante.

- Has pasado por mucho, estás más sensible. No creo que sea algo grabe pero no me quiero arriesgar. Será mejor hacerte algunas pruebas.

- Déjame tocarlo Tessa.- Pidió Jem amablemente.

Tessa se apartó y Jem, con el permiso de Jace, toco su frente y cerró los ojos. A pesar de que ya no era un Hermano Silencioso aún conservaba los conocimientos necesarios.

- No noto ninguna alteración.- Se giró hacia Tessa-. Solo tu puedes ayudarlo.

Tessa asintió.

- ¿Cuanto tiempo tardaran en hacerme las pruebas?

- No más de una hora, si quieres, podemos ir al departamento de Magnus. Él tiene todo lo que necesito.

- No-. Dijo rápidamente Jace-. No quiero que nadie se entere, no quiero preocuparles Tessa. Además dijiste que no era grabe.

- Pero necesitas de tu Parabatai.- Intervino Jem.

- Solo si los resultados son comprometedores.

Jem y Tessa se miraron.

- Muy bien, pero me temo que necesito las cosas de Magnus.

- Yo puedo ayudar en eso.- Dijo Jem.

- ¿Cómo? -preguntó Tessa.

- Puedo distraer a Magnus, ha estado insistiendo en ayudarme a adaptarme a este siglo.

- Alec está con Magnus.- Dijo Jace.

- Entonces tendré que ser convincente.- Jem tomó su teléfono.

Jace se asombró.

Al parecer Jem se estaba adaptando rápido.

O... eso creyó.

- Tessa... puedes... no sé...- Jem estaba ruborizado.

Ella soltó una risa y se acercó a Jem algo coqueta.

*

Magnus estaba acostado en el sofá con un libro en su mano.

Lo único que cubría su cuerpo, era el de Alec.

- Tengo hambre.

Alec se removió en sus brazos.

- Espera hasta la noche.

Magnus se rió.

- Me refería a comida Alexander, aunque no me quejo si quieres otra cosa.

Alec sintió sus mejillas calientes.

- Es tu culpa, me volviste atrevido.

- No te hagas el inofensivo, aunque parte de la culpa fue mía.

Alec estaba por contestar pero el télefono de Magnus comenzó a sonar.

Con un chasquido de sus dedos contestó.

- ¿Quien llama al Gran Brujo de Brooklyn?

- Magnus soy James...

- ¡Jem!

Magnus estaba sorprendido y fascinado. Alec lo miraba atentamente.

Se escuchó una risa modesta.

- Si, soy yo. Te llamo porque me interesa tu oferta, la tarde está muy linda y pensé que seria bueno, si gustas.

Magnus soltó una carcajada.

- Primero tendrás que dejar de sonar como un caballero del siglo pasado. Muy bien, nos vemos en L.A en...

- Estoy en Nueva York.

- ¡Oh, excelente! Las tiendas de ropa son mejores, nos vemos en el times square antes de la hora pico.

Magnus no se dio cuenta de la mirada que le estaba dando Alec, solo cuando terminó la llamada.

- ¿Me puedes explicar quien era? Y qué me dices de esa oferta tuya?.

"Nefilim estúpido"

- Jem es el antiguo Hermano Zachariah y prometido de Tessa Gray, una bruja amiga mía y familiar lejano de tu querido Parabatai. Mi oferta es ayudarlo a adaptarse un poco a este siglo.

- Oh.- Alec estaba algo avergonzado.- ¿Cómo lo vas a ayudar?

- Para empezar, un cambio de imagen. Que yo sepa, no se ha cortado el cabello desde que dejó la hermandad y eso es un crimen.

Por la forma en que lo dijo, Alec no pudo evitar reírse.

- ¿Puedo ir?

Magnus lo miró.

- ¿De compras?

Alec se encogió de hombros.

- Prometo no estorbar.

Magnus se acercó y lo besó.

- Nunca serás un estorbo.