Lo único que se mantuvo intacto en su vida esos últimos meses, fue su apartamento y la soledad que albergaba al esperarla. Pero esta vez al atravesar la puerta junto a la cantidad de maletas, el encierro y la frialdad era mayor. El mismo lugar que una vez le resultó pequeño, hoy le quedaba inmenso.
Suspiró ahogada con la tristeza de saber que volvía a ser una sola, que ahí no tenía brazos fuertes en cuales refugiarse, ni niños a los que escuchar y querer.
Alek la escoltó con educación y sin mediar ni una palabra dejando atrás la conversación que tuvieron. No podía negar que todo ese suceso de estar de nuevo en su casa le recordaba los primeros encuentros con Emilio, cuando desconocía de sus intenciones para el matrimonio.
Dios, lo tuvo todo en la palma de su mano, todo.
Ahora volvía a estar en el primer casillero.
Soltó su bolso sobre el sofá y cruzando sus brazos sobre su pecho se dirigió a su antigua habitación. Ya no recordaba cómo se sentían esas sábanas o la comodidad de su colchón.
Era extraño, ese lugar no le pertenecía en lo más mínimo.
—Estaremos vigilando las veinticuatro horas su apartamento. A donde sea que necesite salir será escoltada, todo como antes, señora Markov.
Señora Markov.
¿Seguiría siéndolo?
Emilio juró ante ella odiarla de por vida, tornarle su existencia un infierno.
—No creo que nada sea como antes —murmuró al regresar a la inmensa sala.
—¿Algo más en lo que necesite mi ayuda? —inquirió de brazos cruzados, serio, acaudalado.
¿Cuánto más soportaría ese sujeto ser el guardia de una mujer tan rota como ella?
—No es necesario que te prestes para esto, puedes pedirle a Emilio que ponga otro en tu lugar. Sé que no te hago fácil las cosas con lo que he hecho, y tu lealtad esta con él —murmuró tamborileando sus dedos en la mesada.
Quería dormir, descansar su cabeza y olvidarse por un maldito instante que no tenía rumbo, que debía comenzar de cero emocionalmente.
—Mi función principal siempre ha sido protegerla desde el día uno. Cuando reciba ordenes diferentes, me iré, mientras tanto seguiré a su lado, ignorando lo que pase entre usted y su esposo. Permiso —sentenció con firmeza dando largas zancadas hacia la puerta con aquellas botas negras, y desapareciéndose tras ella.
Eleanor se quitó sus zapatos y se tiró al sofá con intenciones de cubrirse con su abrigo los pies. Pero las manchas de sangre esparcidas por las mangas trajeron la cruel realidad que se había olvidado por instantes.
Antonio estaba muerto.
Antonio le tendió una trampa con intenciones de robarle información importante. Era claro que no se imaginaría que justo le llevaría los documentos de Ethan, pero su rostro iluminado y la delicadeza con la que tomó el sobre entre sus manos dejaron claro que fue haber encontrado oro en la ignorancia de esa mujer.
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Cruda redención © (Markov II)
Romance"-Quiero el divorcio. -¿El divorcio? -preguntó cínico pasando el cigarrillo por sus labios -. ¿A ti quién te ha dicho que eso pasará?" Marzo, 2022. ADVERTENCIA: contenido +18, escenas explícitas de violencia, y un romance oscuro 😬🖤