Capítulo 11

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—Reposo absoluto hasta el día de la operación

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—Reposo absoluto hasta el día de la operación.

—Eso será en dos días —aludió Eleanor abrigándose.

El mismo médico que Emilio escogió en la casa asintió frente a ambos. Porque ahí estaban los dos, en una primera consulta médica como padres responsables, o Emilio como chicle sin despegarse de su lado. Además, ¿Qué tal con esa mirada insolente hacia el médico? Era notorio que no estaba conforme con sus palabras.

—Reposo absoluto luego de la operación hasta el momento del parto —se corrigió —. Nada de movimientos innecesarios. El mayor tiempo que puedas estar recostada y sin preocupaciones, mejor.

Eleanor jadeó sarcástica. Era imposible ambas cosas cuando vivía con los Markov.

Emilio se dio cuenta de su gesto y apretó su mano en un puño.

—¿Tengo que vivir las veinticuatro horas en una cama?

Era el colmo cuando apenas iba el tercer día y casi da su cabeza contra la pared. Ahora se trataba de meses.

—Si es posible atarla en una también —disertó con sencillez, remarcando su acento.

—¿Perdón?

El medico rascó su nuca y resopló cansado.

—Señora Markov, entiend—

Lawson, mi apellido es Lawson.

—No. Es Markov —irrumpió la voz fuerte de Emilio desde la silla a su lado.

Rodeando los ojos, el medico esperó que esa batalla absurda terminara. Pero las miradas que se lanzaban esos dos no iban a quebrantarse sin más. Menos cuando el susto del sangrado los llevó alterarse, a querer descargarse el uno con el otro.

Ella queriendo matar a León, y Emilio consciente de que debía poner un alto a su hermano si buscaba que su esposa viviera tranquila el embarazo.

—Firmo como Eleanor Lawson —aclaró ella retadora.

—¿Desde cuándo? —se interesó frunciendo el ceño y cruzando sus brazos sobre su pecho. No le agradaba nada oír esa confesión.

—Desde que se me antoja.

—Eleanor...—advirtió pasando su dedo por su ceja conteniéndose únicamente porque ese médico no tenía que oír más de lo necesario.

Pero ¿Desde cuándo eso le importaba? Desde cuándo se contenía de discutir con esa mujer para ver cual de los dos era más testarudo. Cierto, desde el mismo momento que no prendía un cigarrillo hace ya tres días.

Todo estaba cambiando. Él también, y tan solo iban tres y lentos días que se sentían como una eternidad.

—Como decía —carraspeó el médico —. Es importante que entiendan que esta situación no puede volver a repetirse. Los resultados mostraron que el embarazo sigue en buenas condiciones. Y eso debe continuar hasta luego de la operación. Por lo tanto, manténganse en una cama, descanse y comprenda que, con su enfermedad y un tratamiento por delante, su embarazo pasa a ser de alto riesgo.

Cruda redención © (Markov II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora