—Creí que había algo entre Alek y tú.
—No hay nada —suspiró acomodándose en el sofá de la sala —. Nada que pueda rescatarse.
—Entonces pasó algo.
—Pues...si —frunció su nariz pensativa —, pero no tiene ni pies ni cabeza. Nada con ese tipo lo tiene.
Desde su lugar, Eleanor arqueó una ceja ante la encrucijada de su amiga. Hasta ahora no tenía ningún dato relevante.
—Creo que él no piensa lo mismo cuando te lanza esas miradas.
Caroline sacudió su cabeza tirando de su cabello hacia atrás.
—¿Las mismas que Emilio te lanza a ti? —retrucó a la defensiva.
Oh no, esas miradas habían dejado de existir desde que ella hizo lo que hizo. Ahora todas recaían en la preocupación de que algo atentara contra su embarazo, ahora sus ojos se volcaban en su abdomen ignorándola como mujer. Y ese era un tema que lo venía tratando consigo misma desde las últimas tres semanas posteriores al atentado.
—Sabes a lo que me refiero —cambió de tema —. Comienzo a creer que lo de ustedes viene desde hace tiempo, pero que hay algo más —indicó dándole un sorbo a su café.
A esas horas de la tarde Emilio y sus hijos salieron a pasear. Si a eso se le puede llamar estar rodeado de hombres armados.
—Con tu guardia siempre hay algo que ocurre, Ele. No creo que le funcione muy bien la cabecita —comentó con fastidio.
—¿Y con León?
La atención de su amiga se clavó en ella de inmediato.
—¿Qué con él?
Eleanor asintió estudiándola en silencio. No quería hacer conjeturas, pero lo que había visto hace tres días bastó para entender las miradas fulminantes entre su guardia y su cuñado.
—Te he visto salir de su habitación —soltó sin mas notando el cambio en su rostro.
Tamborileando sus dedos en el brazo del sofá, Caroline bufó cansada.
—Creo que lo mejor es que regrese a Houston.
—¿Por qué? Si Lorenzo se está encargando de todo. Quiero tenerte aquí, eres la única persona con la que puedo hablar —confesó —. Lo dices por Alek ¿cierto? No quieres verlo.
Caroline chasqueó su lengua mirando hacia el gran ventanal.
No iba a presionarla, pero por si vida que deseaba saber qué carajos pasaba con su amiga y ese sector de los Markov.
—Como si pudiera evitarlo en cualquier parte del mundo —murmuró molesta.
Frunciendo el ceño, Eleanor la dejó tranquila. Si había algo que su amiga ocultaba era los vínculos sentimentales. De eso era poco y nada lo que confiaba, pero era como si quisiera decirle más y no pudiera. Mucho menos porque en ese instante León ingresó a la casa escabulléndose en la cocina.
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Cruda redención © (Markov II)
Roman d'amour"-Quiero el divorcio. -¿El divorcio? -preguntó cínico pasando el cigarrillo por sus labios -. ¿A ti quién te ha dicho que eso pasará?" Marzo, 2022. ADVERTENCIA: contenido +18, escenas explícitas de violencia, y un romance oscuro 😬🖤