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Al acabar de leer Luzu había despertado a Auron para acompañarlo a su casa, no iba a dejarlo por ahí tirado, obviamente.

Sus caminos se separaron alrededor de las 7pm, así que fue llegar, comer algo y dormir cada quien en su casa.

¿A quién vería el martes? Era una gran sorpresa. Ya no sabia si su horario era el mismo, solo tocaba esperar a que el dia llegue.





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Y cuando el momento llegó, el que estaba en la puerta era Rubius.

De cierta forma era un alivio, Rubius era muy agradable, bueno, era... Las cosas no serian iguales, seguro, ¿Cierto?

-Que sorpresa verte.-Dijo Auron al ver que el otro no hablo primero.

-Me gustaria decir lo mismo, pero, bueno, ya sabes, yo vine, así que...-

-Entiendo, bueno, ¿Tienes algo en mente?-

-Ci.-

Rubius agarró de la mano a Auron y se lo llevó de su casa, tuvo apenas un breve segundo antes de ser arrastrado para cerrar la puerta de su hogar. No notaba nada diferente en Rubius, eso era agradable, por fin alguien que no le trataba... Con cierto desprecio.

-¿Me darás alguna pista?-

-Nope.-

-¿Si sabes a donde vas?-

-Ci.-

-¿Seguro?-

-Tal vez.-

Lo dejaría pasar solo por esta vez, finalmente, tranquilidad, seguro no estaba tan molesto.

-Casi lo olvido.-

Rubius se detuvo, sacó de su bolsillo un pañuelo y la usó para cubrirle los ojos a Auron, al principio se negó pero el otro insistió lo suficiente ya que se trataba de un sitio sorpresa, finalmente al lograrlo le dió a cargar una bolsita, entonces con la mano libre siguió guiandole por el camino con sumo cuidado.

Claramente no quería que terminara en el suelo o algo.

Tras un tiempo de caminata bastante larga, Auron solo escuchó un "aquí", bastante bajo y luego dejó de sentir el agarre de Rubius.

-Bien, ¿Dónde estamos?-Pregunto Auron, no se habia quitado la venda, quizás esperaba algo más de información o un aviso de que podia retirarselo.

Sin embargo, tras esperar una respuesta, se dio cuenta que no habría.

-¿Rubius?-Volvió a hablar, pero nada.

Finalmente se lo quitó el mismo y miró alrededor.

Lo había dejado en la mitad del bosque, solo. Rubius no estaba por ningun lado.

-¿Pero qué cojones? Rubius, que no es gracioso, coño, ya sal.-

No hubo respuestas y solo maldijo. Dejó la venda en el suelo para luego revisar la bolsita. Esta contaba con unos emparedados, una botella de agua, una linterna y una nota.

Una nota que decía:

"Encuentra el camino a casa".

Volvió a maldecir, esta vez más alto y cagandose en los muertos del de orejas de oso, ¿De verdad lo habia abandonado en la mitad del bosque? Al diablo lo de que no estaba molesto. Al menos tuvo la decencia de dejarle cosas básicas, pero no podia ser tan dificil, ¿Cierto?

Encontraría la salida.












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Tener un reloj haria todo más fácil, pero tampoco era necesario, es decir, con saber que el sol se estaba ocultando solo debia usar el sentido común para saber que no era nada temprano.

Buscó las salidas pero nada, pronto tendria que usar la linterna la cual, ¡Sorpresa! Tenia una bateria de mierds y la intensidad era casi nula.

Ya habia comido y tomado todolo que habia, ya no sabia que hacer y sentia que estaba caminando en circulos. Entonces, lo recordó... ¡Tenía su telefono! ¡Qué estúpido!

Solo debía...

...

¿Qué debía hacer?

¿Pedir ayuda? ¿A quién llamar? ¿A quién escribir?

Desconocía la situación de los demás asi que solo insistió en llamar a Rubius, dejarle muchos mensajes y rogar porque alguno le llegue con esa señal de mierda que apenas llegaba y servía.

Se sentía cansado y pensó que lo mejor era sentarse y esperar a que la broma de Rubius concluyera, seguro que luego de los mensajes y llamadas vendría.

Solo debía esperar.









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Pero, la noche llegó y Rubius nunca volvio, ni un solo mensaje.

Se sentía abandonado, no era gracioso, se sentía molesto.

Se sentía preocupado, la bateria de su móvil pronto cedería y no tendría con que iluminarse pronto, asi que comenzó a buscar una salida por su cuenta, en la oscuridad.

Era tanto el apuro que muchas veces llegó a caerse, incluso en un charco, también se cortó con una ramita un poco, solo quería irse a casa, no quería más sorpresas.

Pero otra caida lo llevó al suelo.

Se sentía... Tan, pero tan lamentable.

Entonces, otra luz le llegó en el rostro, cuando levantó la mirada pudo encontrarse con alguien, no era Rubius.

Esta persona le ofreció una mano

Esa persona era Samuel.

Y aún si hubiese sido cualquiera, la hubiese aceptado, solo quería salir de allí.








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"Imagina perderte en un bosque. Quieres ir a casa, experimentas, miedo, pánico, soledad, deseas ayuda, de quien sea, solo quieres salir de allí...

Pides ayuda a la persona en quien confías, pero esa persona te ha dejado, no debías confiar en ella... ¿A quién te recuerda, Auron?

Cuando estas en esa situación aceptas la mano de cualquiera que pueda ayudarte, así como tú, así como ellos. Incluso si fuese la misma persona que te puso en ese bosque."

Margaritas. [Auronbowl/Karmaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora