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Al otro día que Auron abre la puerta de su casa, se encuentra con Luzu.

Ha pasado un tiempo, al menos ya no duele tanto, no demasiado, no como antes. Podía pasar el día con el y no sentirse mal al respecto, algo que antes no habría podido hacer. Sucede que luego de todo ese tiempo que pasaron, simplemente las cosas se hicieron menos incomodas. 

—Así que hoy me toca contigo, ¿No?—Dijo Auron tan pronto como vio a Luzu frente a el. 

—Así es.—Respondió el de cabello castaño. —¿Vamos?—

Raúl cerró su casa y asintió, caminando a un lado de Luzu. Por alguna razón, con el nunca sentía la necesidad de preguntarle a donde iban, quizás porque sabía que no importa donde sea, Luzu nunca lo llevaría a un mal lugar, incluso ahora era simplemente un algodón de azúcar. 

Porque Luzu nunca le había hecho daño.

Ambos llegaron en silencio al lugar donde estaría con Luzu, lugar que simplemente era su casa. Pero mientras que Auron pensaba en solo sentarse y probablemente hablar, Luzu sacado una escoba y se la había entregado. 

—Hoy es día de limpieza, Auroncito.—

Esa definitivamente era una mala broma, teniendo en cuenta que el juez ni siquiera limpiaba su propia casa, pero ver el rostro seguro de Luzu le confirmó que de hecho no fue una broma. El dueño del hogar volvió a irse para entonces buscar un balde con agua y una esponja, parece que el iba a limpiar las ventanas, pues eso comenzó a hacer. 

Raúl solo suspiró y aceptó su destino. 












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Lo que no esperaba Auron luego de básicamente limpiar todo el hogar de Luzu, es que tenía planes de limpiar más cosas, una última cosa, o mejor dicho, limpiar a alguien. 

Manolo. 

La noticia fue repentina, Luzu le felicitó por su buen trabajo y luego ambos salieron al patio trasero, entonces Luzu le entregó un balde con agua y una esponja, lo mismo que tenía Luzu en manos para el, parece que sería una tarea en conjunto.

—Debes saber que a Manolo no le gusta mucho bañarse.—Advirtió Luzu con una sonrisa. 

—Me hubiese gustado ese aviso antes de venir, de hecho.—

—Quizás lo olvidé.—

—Gilipollas.—

Ambos simplemente se rieron. Ya no había tiempo de una charla casual, solo era atrapar a Manolo y darle un baño. 

Margaritas. [Auronbowl/Karmaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora