|××Capítulo 5××|

129 28 268
                                        

El fin de mi vida… Un nuevo comienzo… ¿Sangriento?

Estaba justo frente a las personas que menos deseaba ver en esta vida. No sabía aun porque pero esas dos mujeres sacaban lo peor de mi…

su comportamiento…

la manera de hablar…

sus oscuras y frías miradas…

Además reconozcamos que nuestro primer encuentro no fue de los mejores.

–¿¡Que hace esta chica aquí!?–Dijo como siempre de prepotente Deborah.

–Madre ella es…–Daniel intento explicar quién era, pero Vanessa no lo dejo, interrumpiéndolo.

–Es una loca, una pobretona del barrio.

Con cada palabra de esa mujer mi sangre hervía. Apretaba mis puños tratando de aguantar mi furia.

–Ella solo es una tonta mas de este mundo que creyó que viniendo hasta aquí bien vestida nos daría lastima. Es una ton-…–Esta vez fue Daniel quien la interrumpió.

–¡¡¡CALLATE!!! Esta chica a la que llamas pobre y tonta… ella es mi novia.

Un gran silencio lleno la inmensa casa.

Deborah nos observo con un grado de sorpresa nunca visto. Parecía que moriría de la decepción. Tras oír aquello Deborah se dejo caer sobre una silla frente a la gigante mesa. Agacho su cabeza sin decir palabra alguna.

Vanessa simplemente trato de disimular su molestia pero se veía que esperaba la reacción de su madre.

Y el otro chico, ese tal John, seguía parado en la puerta, me observaba extraño y parecía incluso enfadado.

¿Qué le pasaba a esta familia?

¿Todos estaban locos o  simplemente no soportaban que un miembro de su estimada familia se enamorara de una pobre?

–Ana… te invite a esta cena para que conocieras a mi familia… pero parece que mi familia está ocupada con sus perjuicios.

Daniel tomo mi mano y repentinamente se arrodillo.

Sus ojos observaban cada gesto y parecían deleitarse recorriendo cada detalle de mi rostro.

Su otra mano la metió en su bolsillo y de allí saco una pequeña cajita. Todos en la casa estaban a la expectativa de que sucedería.

–Ana Adams… ¿Te casas conmigo?–Pronuncio despacio en un tono de voz bajo pero que con el silencio que había, aquella proposición sonó por toda la casa.

Pude haber dicho muchas cosas:

Tal vez…

No, lo siento…

Pero… acabamos de conocernos…

Pero mi respuesta fue…

-SI.

Un SI que marcaria el comienzo de mi fin. Un SI que sería mi perdición…

Ese mismo SI que nunca podría decir en el altar……

Una vez dije que SI, Daniel se levanto y me abrazo con fuerza, sonreía alegre, radiaba felicidad.

Y entonces… poco a poco cuando nos separábamos…

nuestros rostros quedaron uno frente al otro, mi cabello todo regado en su rostro, mi corazón latía fuerte y mi respiración se aceleraba. Nos miramos fijamente y supimos todo. Solo éramos nosotros…
solo nosotros importábamos. Y entonces me di cuenta…

Nuevo Amanecer[COMPLETA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora