"Cenar con leones, pero ahora eran ellos quienes debían temer de ser el postre"…Esa mañana fuí a la mansión de los Macondo, ya habían pasado tres días luego de que Marcel terminara por confesar el oscuro secreto de los Macondo y al fin todo tenía sentido.
Tres días ya habían pasado, tres días en los que pensé, volví a pensar y supe que de aquí en adelante todo podía resolverse o complicarse, podía ser declarada la paz o la guerra, podía acabar con mis enemigos o ellos conmigo, podía MORIR o DEJAR A OTROS MORIR.
Eran muchas opciones posibles y si les soy sincera no sabía cual escogería en caso de que se me presentaran, solo sabía que escogería en el momento.
Por ahora en esos tres días solo traté de descansar la mente e idear la fase final de mi plan que comenzaría hoy con el regreso de los Macondo de su viaje, pero para que mi plan diera resultado necesitaba de alguien, el único Macondo que podía ayudarme, el único tan ingenuo como para creerme, el único que jamás dudaría de mi.
Daniel.
Él no había ido al viaje y eso era muy bueno, solo estaríamos él y yo, podría hablar tranquila bueno no tanto pues nunca se sabe si hay otro Macondo, loco, psicópata en una de las seis habitaciones como encontré a Ava.
Toque la puerta suavemente y suspire.
Okey, Ana, tu puedes, lo tienes todo cubierto.
Un magnifico, pulcro, brillante y apuesto Daniel me recibió, una sonrisa se ensancho en su rostro al verme, una sonrisa de alguien que se alegraba muchísimo de ver a otra persona.
—¡Ana!—Soltó alegre.—Pasa, por favor.—Me pidió.
Sonreí gentil y pase.
Les miento si les digo que ese chico no me movía el piso aun pero yo era más fuerte, no podía resignarme, no justo ahora.
Nos sentamos en la sala y me observo expectante.
—Ana… la última vez que estuviste aquí fue para disculparte con mi familia, te presente, creí que nos daríamos otra oportunidad pero desapareciste.—Expreso él con un semblante triste.
—Lo siento, Daniel…
Iba a continuar pero me interrumpió desesperado.
—¿No me perdonarás? ¡No se que hice! Tal vez tu accidente, yo no tuve la culpa. Por favor, yo te amo, te demostré que nunca te olvide. Por fa…
Esta vez fui yo quien le interrumpió.
—¡Se que no tienes nada que ver con mi accidente! Quiero esa segunda oportunidad, quiero retomar lo nuestro, lo que hace cinco años el destino quiso detener.—Solté.
Vaya, vaya. Mentirosita.
Me reclamó mi subconsciente y estoy segura de que ustedes también lo están haciendo.
¿Qué quieren que haga?
Tengo que fingir, mentir.
Obvio que no quería nada con él o quería pero no me lo permitiría.
Pero necesitaba que él creyera que volveríamos, que seriamos tipo:
Amor, amor y todas esas sandeces.
Lo necesitaba porque él me crearía el terreno para mi plan, si, por primera vez yo no iba a preparar el territorio de ataque, lo iba a preparar Daniel, el tablero del juego en la última fase lo iba a hacer él sin siquiera darse cuenta.
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Nuevo Amanecer[COMPLETA]✔️
AçãoUn juego comienza cuando las reglas son dictadas. En este simplemente: No hay REGLAS. El juego de la venganza admite trampas, maldades, traiciones, no hay límites sí de vengarse se trata. No importa si inocentes resultan heridos, si hijos resultan h...