🆘Capítulo 13🆘

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"Si no logras sentir mi dolor... te obligo a sentirlo"...

Narra Ana:

Ya estaba en marcha el próximo paso en mi venganza.

Por ahora había logrado lo que deseaba, crear el pánico en Clara, asustarla.

Había puesto a unos hombres a vigilar a los Macondo y me entere de que logre acabar con una de las personas que destruyo mi vida, una jugadora menos en este juego.

Clara Macondo.

Supuestamente ella salió de viaje  pero al seguirla en el auto que iba mis hombres descubrieron que no iba a un viaje sino a un psiquiátrico, al investigar descubrí que ella fue internada allí en secreto y quien paga el lugar: Deborah.

Con mi plan logre hacer caer a Clara, que Deborah la viera como una loca, por eso la mando al psiquiátrico.

Ahora solo faltaba sacar del juego a Deborah y a John.

Y eso sería pronto.

Salí de mi habitación y me observe en el espejo de la sala.

Estaba vestida de sirvienta, mi rubio cabello recogido. Mi piel se veía pálida con tanta ropa blanca que traía.

–¿Lista?–Pregunto Cristian detallándome.

–Hoy es el turno de Deborah Macondo. La primera vez solo subí su estándar en el mundo de los millonarios pero ahora… Ya verá.

Cristian también estaba de blanco, vestido de cocinero y junto a nosotros seis chicas también de sirvientas.

Hoy se llevaría a cabo una gran cena en la mansión de los Macondo. Era el cumpleaños 20 de su hijo menor: Marco.

Esa cena que obviamente yo iba a destruir completamente.

Tomamos el auto de Cristian y nos fuimos. Unos minutos luego ya estábamos en la gran mansión.

Sin poderlo evitar lágrimas salieron de mis ojos mientras observaba la mansión desde el auto.

Recordé la primera noche que pise ese lugar, la misma noche que conocí a John.

La misma noche que Daniel me pidió casamiento.

–¿Estás bien?–Pregunto Cristian pasando su mano suavemente por mi hombro.

Mi sangre estaba hirviendo.

Recordar como esa maldita familia se llevo cinco años de mi vida.

De un manotazo quite la mano de Cristian y dije:

–Estoy perfecta. ¿No me ves?–Respondí seria y dejando que el demonio en mi interior tomara el control de mi cuerpo.

Salí del auto e hice una señal para que todos salieran.

Acto seguido Cristian toco la puerta y una señora vestida de sirvienta abrió:

– Ustedes deben ser los empleados de refuerzo para la fiesta del señorito Marco. Bienvenidos.–Dijo con una sonrisa gentil en su rostro.

Entramos y yo era la última, las demás chicas y Cristian me cubrían y mantenía mi cabeza agachada. Íbamos hacia la cocina detrás de la señora cuando note que todos se detuvieron y levante un poco la vista para encontrarla a ella.

Deborah Macondo.

Su expresión era sonriente, llegaba a parecer una buena persona.

–¡Bienvenidos a mi hogar! Hoy es el cumpleaños de mi hijo menor y quiero que preparen platillos esquicitos para la ocasión.–Su tono alegre la hacía parecer alguien dulce y de carácter agradable.

Nuevo Amanecer[COMPLETA]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora