CAPITULO 39

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El silencio en el lugar era normal no habìa visto el sol ni he salido de aqui, estaba puesto a prueba. Le habìa brindado una oportunidad de crecer al pueblo, llevaba 1 semana de no ver a Matsuri ni a mi hijo no era la primera vez que me pasaba esto. Mientras màs ayudaba a las personas ellos siempre me mirarian como un monstruo, estaba cansado de que todos me trataran asì. No sabìa cual era me delito, despues de asesinar a muchas personas nadie me habìa reprendido por ello,  pero amar a una mujer que me habìa aceptado tal y como era creando una familia fue mi delito màs grande, poder amar...  La puerta se estaba abriendo y pude ver a una persona entrar por la puerta cubriendo su rostro.

- Gaara? - escuchè que me susurraban

- Matsuri! - le respondì preocupado al ver que se asercaba a mi - Que haces aquì debes permanecer en un lugar seguro.

- No te preocupes por mi... - me dijo mirandome a los ojos

Se veìa cansada, podìa ver a travez a sus ojos que estaba mal. Se notaba que se la habìa pasado llorando todo este tiempo y sabìa cual era el problema, tenìa que resolver esto el plan se habìa arruinado desde el momento que Meyko entrò por aquella puerta. 

- Estàs bien? como lograste entrar? - le preguntè a ella preocupado... acerquè mis manos fuera del frio metal que me evitaba salir del lugar para poder acariciar su cabello

- Necesitaba verte... - me respondiò derramando asì sus lagrimas - Estuve todo este tiempo en cama, no podìa levantarme de solo pensar lo mal que la estabas pasando aquì... El Kazekague llega a la tierra donde nacì y lo tratan mal, que diran los del consejo de mì! Soy lo peor que te pudo haber pasado.

La mirè sorprendido por lo que me decìa - No digas eso... No soy el el Kasekague, siemplemente soy  lo ùnico mal que està aquì siempre he sido yo, tù solo me aceptaste como soy y eso te condenò. Debo pagar lo que hice en mi pasado pero nunca pensè en que te iba arrastrar en todo esto. 

- Te amo Gaara...

Se acercò a mì para besarme lo cual me sorpendiò un poco, era algo incomodo por el metal que topaba nuestros rostros, ella siempre me amarìa y yo lo sabìa - No llores - le dije tratando de tocar su rostro

- Què haremos? - me preguntò con preocupaciòn

- Sè lo que viene...

- De que hablas?

- Meyko encontrò todo lo que hice en el pasado y ahora serè sentenciado por ello. No por algo èl se quedò en silencio todo este tiempo, esperaba entre las sombras para poder atacar en su debida oportunidad mientras yo me ocupaba de la aldea y descuidaba mi familia.

- Nunca te reclamè por ello. No digas tonterias...

- Serè sentenciado a muerte, solo quiero pedirte una cosa.

- No me digas eso Gaara, no me pidas nada... tù estaràs a mi lado cuando todo esto pase, junto a nuestro hijo, a nuestro pequeño.

- Es un varòn! - dije sorprendido mientras ella asentìa y llevaba mi mano a su vientre

- No hay duda de ello.

- No importa lo que sea, solo que ambos estèn bien.

- Estaràs con nosotros muy pronto yo  lo sè.

- Matsuri... - le susurrè - No saldrè de aquì, quiero que me prestès atenciòn a lo que dirè y no quiero que te nieges a nada - le susurrè mientras ella negaba con su cabeza con lagrimas en sus ojos

- No me digas eso.

- Viviràs con nuestro hijo y Shinki a tù lado...

- No Gaara...

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