CAPITULO 45

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Todos gritaban en los escalones del colegio, muchas personas se habìan presentado al partido de fut ball que daba la instituciòn para seleccionar al grupo que viajarìa a la capital en representaciòn de la aldea. Shinki se preparaba cada mañana al salir de casa a correr habìa crecido durante todo ese tiempo pronto cumpliarìa sus 12 años pero su padre estaba lo suficientemente ocupado para pensar en ello. 

- Buenos dìas padre - le decìa Shinki al bajar las escaleras he ir a correr como cada mañana

- Ve con cuidado - le respondiò Gaara serio

Shinki solo asintiò y saliò de la casa para empezar su rutina, todo ese tiempo habìa estado encerrado en casa pero luego dejò de dedicarse mucho a su estudio y decidiò ser un niño normal como a Matsuri le hubiese encantado. Su padre no le gustaba hablar de ello, cada año en cumpleaños de su hermana se tomaba cinco dìas libres para encerrarse en casa y no salir de su habitaciòn. No podìa llamarlo ni hablar con èl, realmente no sabìa que hacia encerrado en su habitaciòn por mucho tiempo, solo lo veìa salir del lugar y entrar nuevamente con muchos paquetes negros. La ùltima vez que lo viò salir notò un fuerte aroma a alcohol en èl, en ese momento entendiò que dentro de esas bolsas era licor lo que llevaba, en su ùltimo dìa de encierro salia de la habitaciòn como si esos dìas nunca pasaron. Temari, su tia no lograba la manera de sacarlo de ese lugar cuando se encerraba y durante mucho tiempo estuvo regañandolo tratando que volviera a recuperar a Matsuri pero no le prestaba atenciòn.

Al cumplir sus 10 años Shinki habìa tomado la decisiòn de ya nos seguir los pasos de su padre, se inscribiò en un equipo para evitar estar en casa y ver como peleaban en ocaciones miraba la habitaciòn de su padre para poder hablar con èl pero nunca estaba. Su vida era su trabajo, lo utilizaba para olvidar su pasado pero siempre estaba al pendiente de Shinki, comprandole lo que èl necesitara. Su primer par de tenis para jugar, su balòn he incluso su uniforme pero al querer hablar con èl su padre regresaba al trabajo. Habìa echo amigos, Yodo y Araya quienes siempre estaban con èl, se sorprendian siempre que el Kasekague pasaba a recoger a Shinki pero durante el camino ninguno hablaba si no es por trabajo o estudio.

- Shinki!!! - gritaba Yodo al verlo pasar frente a una tienda al lado de Araya quièn siempre fue un compañero asustadiso

Shinki los saludò con la mano para seguir corriendo pero Yodo corriò hacia èl junto a Araya para alcanzarlo - Espera! - le dijo ella siguiendo su ritmo

- Què hacen aquì? - le dijo èl mirando a sus amigos

- Compramos tù regalo de cumpleaños, tù padre estarà con nosotros?

- No deberìa ser una sorpresa?

- Siempre nos sorprendes, tratar de ocultarlo serìa una perdida de tiempo - le respondiò Yodo con una sonrisa

- Los verè luego - dijo Shinki para seguir su camino

Se centrò en su camino, pensaba si su hermana estaba bien o si Matsuri disfrutaba de una buena vida alejadas de èl. Cinco años habìan pasado, talvez ella ya estaba en la escuela y Matsuri se hubiese enamorado de otra persona y casado con èl. No podìa dejar de pensar en su padre y lo mal que siempre la pasaba, habìan noches en las que no llegaba a casa pero simpre estaba en sus eventos de fut ball, nunca se perdìa uno de sus partidos aunque al inicio fue muy dificil su padre siempre estaba para èl. Su siguiente partido era esa tarde debìa ganar a toda costa sin importar nada su tio Kankuro le enseñò lo poco que sabìa ya que su padre no le llamaba mucho la atenciòn los deportes.

- Corres como si fueras una abuela - le decìa su tio mientras lo alcanzaba en su rutina

- El unico abuelo de aquì eres tù, despues de esto te quedaràs dormido en casa - le respondì sin dejar de correr

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