Capitulo 24

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• Capitulo Veinticuatro
Miradas

LA SUBASTA
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MATTHEW

Sara se quedó todo el camino en el avión dormida, estaba cansada y se notaba en sus ojos. Yo me encontraba observándola, escuchando su respiración lenta y mirando con detalle su rostro, sus pestañas largas que tanto me encantan, sus labios rosados al igual que sus mejillas, todo estaba calmado después de mucho tiempo, no tenía la mente en otro lado más que es Sara, la miraba y pensaba por todo lo que ha pasado. Me acomodé en la pequeña cama que tenía el avión en la parte de atrás, agarré a Sara de la cintura con cuidado de no despertarla y la abracé por la espalda, me gustaba sentirla cerca, era muy pequeña y eso era algo que me agradaba en una cierta forma.

Mi padre recorrió la cortina que había estado cerrada desde que Sara decidió dormirse en la cama del avión, lo miré sin ninguna expresión esperando a que hablara.

—Aterrizamos en menos de cinco minutos—informó, su mirada pasó a Sara y no la despegó de ella, fruncí el ceño y asentí.

—Esta bien, dile a los guardias que se alisten para salir lo más rápido posible y llegar a casa, necesito hacer unas cosas.

—¿Que cosas?—me preguntó curioso sin despegar la mirada de Sara, algo que realmente me incomodó. Tape con mi mano disimuladamente su rostro para que dejase de mirarla y con un tono algo molesto respondí:

—No debería importarte, es asunto mío—y así, me levante algo rápido de aquella cama.

—¿Dejarás a Sara ahí?—me dió una media sonrisa.

—Me la llevo—la levante sin importar que despertara, quería alejarme de mi padre un momento, desde hace ya tiempo empiezo a notar las miradas que le da a Sara y me enoja un poco, tal ves no hay de que preocuparse, pero aun así lo hago.

—¿Papi, qué pasa?—Sara se quejó, tal ves fue por que la agarré desprevenida y la desperté.

—Ya casi llegamos, cariño—le dije mientras caminaba por el pasillo del avión cargándola con un solo brazo, a ella le pareció incomodar esa posición ya que mi brazo estaba al rededor de su estomago.

—Quiero dormir—chilló.

—Espera a casa, haya duermes todo lo que quieras—finalmente me coloqué en un asiento, senté a Sara a un lado de mi y miré al frente.

—¿Por que tuviste que despertarme?—cruzó sus brazos sobre su pecho y frunció el ceño.

—Era necesario—le respondí calmado, mostrando poco interés.

—No, no lo era.

—Si, si lo era—cerré unos segundos mis ojos, pelear por aquello era realmente absurdo.

—¡Noo, no lo era!—me gritó, giré mi cabeza rápidamente y acerqué mi rostro al suyo lo suficiente hasta sentir nuestras respiraciones chocando.

—Regla número 14, no gritarle a Daddy—le recordé.

—L-Lo lamento—bajó su mirada, agarré su barbilla y la levante haciendo que me mirara de nuevo.

—Lo haces de nuevo y ahora seré yo el que te haga gritar por piedad mientras estás debajo de mi, cuida tus palabras, amor.

—¿Tienen algún problema?—Mi padre apareció de nuevo, me giré esta ves a el mirándolo enojado.

—¿¡Podrías dejarnos solos de una puta ves?!—le grité. Sin decir más, se marchó con una cara de disgusto.

—¿Por que tu si le puedes gritar a quien se te de la gana?—me fulminó con la mirada.

—Por que yo soy el quien manda aquí, Sara, no tu, no el, nadie más, solo yo—le expliqué en tono demandante, quería que lo entendiera de una ves.

No me respondió, simplemente se me quedo mirando sin más que decir.

—Ahora abróchate el cinturón, ya van a comenzar las turbulencias—hablé por última ves en ese rato, Sara hizo lo pedido derrotada.








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SARA

el siguiente día

Me encontraba en la oficina de mi papi, comiendo cereal con la mano, estaba en frente de el, el escritorio nos separaba un poco, yo estaba en una silla que se podía mover en círculo y era divertido dar media vuelta y regresar, hacia un chillido que al parecer molestaba a Matthew.

—Para eso—finalmente habló refiriéndose al sonido repetitivo sin despegar la mirada de su computador, estaba haciendo unas cosas de su trabajo y simplemente lo estaba acompañando. Se podía decir que estábamos bien después del "problema" en el avión de ayer, igual, no tenía nada más que hacer más que estar con el y hacerle un poco de compañía.

—¿Por que?—continué con el movimiento en la silla.

—Por que molesta, Sara—me miró unos segundos y volvió a su computador.

No quería hacerlo enojar así que paré aquel movimiento.
Hundí mi mano en la bolsa de cereal y saqué un puño lleno de estos, lo metí a mi boca y comí, repetí esa acción varías veces hasta que escuché la respiración pesada de Matthew, como si algo le molestara.

—Sara, deja los cereales a un lado, Amanda está haciendo la comida y en unos minutos comeremos todos juntos—avisó.

—¿Amanda?—pregunté, no conocía a ninguna Amanda y según yo no había ninguna mujer en esta casa a excepción de mi.

—Contraté a una chica para que hiciera algunos labores en la casa—anunció, se dejó caer en el respaldo de su silla y soltó un suspiro largo mostrando cansancio.

—No la he visto ni cuando entramos a la casa ni esta mañana—puse los cereales a un lado.

—De seguro estaba ordenando cosas en otro lado, ya la conocerás y ella te conocerá a ti—agarró su botella de agua y tomó de ella—Ve a saludarla, esta en la cocina.



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HOLIISSS
como estannn?
espero que les haya gustado este capituloooooooo
ya casi se viene lo bueno 🤑
y también casi se viene el drama 🤨
drama
drama
dramaaaaaa

Extrañan a Dalia? 😭😭😭

The AuctionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora