• Capitulo Cuarenta y Uno•
El regreso
LA SUBASTA
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MATTHEWLa pequeña y yo nos fuimos corriendo de aquella tienda, habían atrapado al señor y me encontraba más que feliz por ello. Luego me di cuenta que me fui sin pagar, pero no importa.
— ¿A donde me llevas?— habló con su vocecita entrecortada mientras la apuraba hacia el auto.
— A casa.
— ¿Tu también eres malo?
Antes de responder, me puse a pensarlo. No le iba a decir que era un mafioso multimillonario. Tampoco le iba a decir que había comprado a una chica como hicieron con ella... Lo único que quedaba era mentirle, pero era para que no se asustara. Quería llevársela a Sara, sería algo que la pondría muy feliz, y claramente me gusta ver a mi princesa feliz.
— No, no lo soy. Al menos no como ese viejo que te tuvo todo este tiempo.
— ¿Como sabes eso?— su mirada estaba centrada en la mía, le interesaba de verdad.
— Sube al auto— le dije ignorando su pregunta, le ayude a subirse y luego lo hice yo.
Sara me había llamado, maldije en mi cabeza por no haber estado con ella cuando se despertara, pero ahora le tengo una gran sorpresa que de verdad la hará feliz.
Cuando me estacione en la cochera, Sara ya estaba ahí, en frente del auto, mirando a mi lado observando la pequeña cabeza de la niña, me miró con el ceño fruncido, supongo que no lograba ver por completo su cara, así que la bajé del auto para que la mirara.
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SARANo lo podía creer, por un momento creí que estaba soñando o que estaba loca. Pero era verdad. Dalia había vuelto.
— Saraaa— Corrió a mis brazos en cuanto me vio, sus ojitos brillaron al instante, vi como Matthew reía a lo lejos.
— ¿Es un sueño?— Le pregunté mientras se acercaba.
— La pude salvar, y pues creí que te pondría feliz estar con ella..
— Por supuesto que me hace feliz— le dije con una sonrisa, nunca deje de abrazar a Dalia. La había extrañado.
...
...
— ¿En donde estuviste todo este tiempo?— le pregunté mientras desayunábamos, Matt le había preparado algo a Dalia y yo me
como lo que me había dado Jacob.— Pues... ese señor raro siempre me llevaba a distintos lugares... no me gustaba estar con el...
— Me imagino...
Matthew se acercó para darme una pastilla y un vaso de agua.
— Terminé yéndome sin pagar...
— No puede ser— me reí y tome la pastilla— gracias— lo besé. Dalia solo nos miró sorprendida.
— Él no era tu Papá?
Solté una carcajada al momento que ella dijo eso, a Matthew pareció no darle nada de gracia, ya que se encontraba mirándola serio.
— No me faltes al respeto, niñita.— le dijo en un tono juguetón. Se acercó a mi oído y me dijo..— Hay que darle un buen ejemplo, tu solo actúa como si fuera tu Papi.— susurró.
— Pues eres mi papi.. ¿no?— le dije en voz alta, el sonrió al instante.
— Buena chica.
— Si, es mi papá, Dalia.
— ¿Los papás pueden darte besos en la boca?— dijo con inocencia. Ambos aguantamos la risa.
— Fue en la mejilla— se acercó para besar mi pómulo.— Verdad?
— Sip, mejilla.
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Hi bbyssss
uy uy
q feliz estoy aa
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The Auction
RomanceLa Subasta Sara Summerville de apenas 17 años nunca se imaginó un futuro con alguien como el, fue algo inesperado que cambio a la pequeña chica inocente y tierna a una de todo lo contrario. Matthew Werner, el típico hombre alto, apuesto, adinerado...