• Capitulo Diez y Siete •
Una EternidadLA SUBASTA
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MATTHEWNo le había contado a Sara sobre nada, yo era considerado el jefe de la Mafia y precisamente no le quería contar por que sabría que se asustaría, cualquiera lo haría y lo entiendo, mi idea era contarle con calma y no que Alex le dijera así de la nada, quería matarlo, quería soltarle un golpe que lo dejara sangrando en el piso. Sara estaba en frente, algo que me impidió hacerlo.
Miré con rabia a Alex, quien le había dicho todo en menos de cinco segundos.
—Oh ¿no querías que le dijera?—dijo sarcástico.
—¿Tu que crees, idiota? El puto plan era decirle con calma.
—Tarde.
—Daddy...—Sara me llamó sin despegar la mirada de la puerta.
—¿Que sucede?
—Daddy, la puerta—habló lento, su rostro se veía confundido, algo aterrorizado, se puso pálida y empezó a preocuparme.
Comenzó a temblar así que me levante y quite mi saco para luego ponérselo, ella no se movió para nada.
—¿Tienes frío, pequeña?
—No...—seguía sin despegar la mirada de la puerta.
—Cierren la puerta—les indique a los guardias que estaban ahí.
—No...no no—Sara me miró moviendo su cabeza de lado a lado.
Mis guardias cerraron la puerta como les indiqué y la menor se levantó de golpe.
—Es Dalia, papi, tengo que ir con ella.
—¿De que hablas?—agarré sus hombros deteniéndola.
—Es Dalia, es Dalia es Dalia—repitió.
—Nena, no se quien es Dalia.
—La conocí en la subasta, ella tiene que...tiene que...—comenzaba a tartamudear mirando a todos lados, no entendía nada.
Sara corrió hacia la puerta y fui detrás de ella, salió del cuarto y comenzó a correr buscando algo, mirando cada rincón de los pasillos, entre las personas, atrás, adelante, a un lado etc.
No logre alcanzarla, la gente empujaba y hacía que mi paso fuera más lento, perdí a Sara entre la multitud, ella era tan pequeña que podía caminar entre toda la gente y era más fácil a diferencia de mi.
Regrese a la habitación rápidamente.
—Guardias, vayan a buscarla ¡Ahora!
—Si señor.
Ellos se dividieron, cada uno por cada pasillo, otros bajando por las escaleras dirigiéndose hacia afuera y otros en el elevador, me quede esperándolos.
Primero pasaron diez minutos.
Luego veinte.
Treinta.
Cuarenta.
Una hora.
Dos.
Tres.
...
Mis guardias habían regresado pero sin Sara, no la habían encontrado por ninguna parte, las noticias en la televisión sonaban por toda la habitación y nadie les hacía caso en realidad.
Estaba sentado en la pequeña sala de la habitación mirando al piso, no podía pensar en nada más que en Sara, no lo podía creer, se había ido y no sabía dónde estaba.
Había un reportero con un micrófono hablando en las noticias, en la pantalla se podían ver varías fotos de el caso que estaban hablando.
Empezaron a describir todo lo que había pasado recientemente.
—la víctima del crimen fue una chica de aproximadamente 16 o 17 años de edad. Considerando la poca edad de la pobre chica, la policía descarta que se trate de un crimen de revancha y apuntan a agresión sexual como una razón potencial. Seguridad sigue hallando pruebas—el chico que se dejaba ver en las noticias explicó todo este caso.
No sabia que pensar.
Estaba asimilando las cosas, ahí no mostraban las víctimas pero pudo haber sido Sara, -¿Y si alguien la había agarrado?- tan sólo de pensarlo me dan ganas de encontrar a el idiota que lo hizo y golpearlo hasta matarlo, la habían tocado, le habían hecho daño a mi pequeña...miré a mis guardias y ellos solo estaban mirándome con pena.
—¡¿Que esperan!? ¡Vayan a buscarla!
Ellos en seguida se fueron corriendo.
—Vámonos, ahora—le hable a John.
holiiii
jeje como están
le quise dar un poco de drama
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The Auction
RomanceLa Subasta Sara Summerville de apenas 17 años nunca se imaginó un futuro con alguien como el, fue algo inesperado que cambio a la pequeña chica inocente y tierna a una de todo lo contrario. Matthew Werner, el típico hombre alto, apuesto, adinerado...