• Capitulo Treinta y Cuatro •
Gotas de agua
LA SUBASTA
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SARAMaraton 2/5
Decidí darme un baño para relajarme un poco, de tan solo recordar a Zach me sentía sucia, no me sentía igual, me sentía débil y diferente, no me gustaba eso en absoluto, era un sentimiento que no quería en mí. Me quite mi ropa mientras me miraba al espejo con asco, el agua de la regadera caía al suelo haciendo eco por la habitación de Matthew, caminé hacia allá y abrí la puerta corrediza de vidrio, el agua calló por mi pecho y bajo hasta mis piernas, mi cabello comenzaba a mojarse y segundos después todo mi cuerpo.
Sentí unas frías manos en mi espalda, dolió, y bastante, el dolor de espalda era indescriptible, me di la vuelta de un brinco, era Matthew. Frunció el ceño expresando confusión.
— D-Duele...
— ¿Que te duele?— se acercó a mí preocupado, así empapando su traje.
— Te estas mojando— le avisé mientras miraba las gotas cayendo en su ropa.
— Me importa poco, ¿Que te duele, cariño?— me examino de pies a cabeza.
— Mi espalda... Y los brazos, piernas, cuello... Pero mas la espalda.
— Mira estos moretones, bebé— hizo una mueca de solo mirar los morados por todo mi cuerpo, recorrió con su dedo todos ellos, con suavidad, con delicadeza.— Sigue bañándote, te traeré comida y un té, ¿De acuerdo?
Asentí.
— Bien— me besó, fue un beso tierno y no pude evitar sonreírle.
Se giró y mientras caminaba desabotonaba su camisa, cuando se la quitó pude ver su hermosa espalda, luego se metió a el closet y no vi nada mas... algo que me molestó.
Cerré el agua y me envolví en una toalla, camine a donde él se había ido, ya se encontraba poniendo unos pantalones de vestir limpios, pero no tenia camisa, mis ojos se desviaron a sus preciosos abdominales.
— ¿Qué sucedió?— se quedo mirándome serio mientras se ponía su camisa.
— P-Podrías estar sin...¿camisa?
— ¿Por qué haría eso?
— Eso me haría feliz— hice la sonrisa mas falsa que pude, para así convencerlo.
Lo único que recibí fue un suspiro del mayor, alzó las cejas esperando una cierta palabra.
— ¿P-Por favor?— lo miré con unos ojos tiernos que sabia que le gustaban. Me sonrió de vuelta.
— Si esto te hace feliz... — se quito la camisa de vuelta y la aventó a mi cara, así dejándome sin verlo— Entonces me la quito— escuché como paso a lado de mi y se fue.
Lo ultimo que pude hacer fue terminar de bañarme, estos últimos minutos que Matt estuvo conmigo me sentí bien, me olvide de aquellas cosas que se encontraban atormentándome, me estaba sintiendo mejor y quería superar aquello, no quería que me afectara.
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SARA
un mes después
Me desperté gracias a los rallos de luz que daban por la ventana, Matthew no estaba a un lado mío, así que me levante de la cama y recorrí las cortinas del balcón, así dejándome ver los hermosos paisajes de Miami. Así es, Matt me había traído aquí para pasar más tiempo juntos, obviamente sus guardias nos seguían a todas partes pero al fin y al cabo estaba con él.
Todo lo que había pasado un mes atrás ya formaba parte de mi pasado, no quería que me afectara mucho, así que Matthew me ayudó a superarlo, no ha quedado en el olvido completamente, sigue ahí, pero pronto simplemente será un simple recuerdo que nadie quiere.
— Mira quien despertó.— la melodiosa voz grave y sexy de Matt se escucho atrás de mi, había rentado un departamento para ambos, no era muy grande ni muy pequeño, era perfecto para dos personas, una sala grande, cocina de un buen tamaño y comedor amplio, dos habitaciones con baño completo y aunque solo usábamos una, que era donde el y yo dormíamos, la segunda igual servia como cuarto de visitas.
— Tengo hambre— me dejé caer en sus brazos expresando flojera, escuché su risa ronca que tanto me encantaba.
— Te hice HotCakes— alcé mi mirada rápidamente y le sonreí abiertamente.
— ¡¿En serio?!— enrollé mis brazos por su cuello y el por mi cintura, así abrazándome.
— Ya están en la mesa.
— Yeiiiii— lo besé y me fui corriendo hacia la cocina— Yummyy— me senté en una silla y me serví uno que otro hotcake.
Desayunamos juntos, esas mañanas me encantaban a decir verdad, Matthew cocinaba excelente, el había despedido a Amanda y desde ese entonces el me hacia el desayuno, comida y cena, y ahora que estamos en una casa solos es como si el me mantuviera todo el tiempo.
— ¿Te parece si vamos a un Yate hoy? Juntos.
— Suena bastante bien.
— Compraré uno— sacó su celular y cuando escuche lo que dijo casi me atraganto con mi hotcake.
— ¿C-Comprar?
— Si, les pediré a mis guardias vean varios, tu escoges el que más te guste, princesa— me sonrió, mi boca estaba abierta en O sin creer lo que estaba diciendo.
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jijiji a veces Matt c pasa un poquito
listas para un cap spicy? habrá dos en este maratón ;)
lqmmmmm
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The Auction
RomanceLa Subasta Sara Summerville de apenas 17 años nunca se imaginó un futuro con alguien como el, fue algo inesperado que cambio a la pequeña chica inocente y tierna a una de todo lo contrario. Matthew Werner, el típico hombre alto, apuesto, adinerado...