Capitulo 31

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• Capitulo Treinta y Uno •

Te extrañé

LA SUBASTA
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SARA

Me sentía sucia, incluso más que eso. Solo logró poder tocarme, no más, una llamada interrumpió el momento y fue algo que de verdad agradezco que haya pasado, Zach paró el video que antes ya había puesto a grabar y se fue a quién sabe dónde.

Aproveche para gritar desesperadamente sin saber que hacer, tenía que escapar y mi primera idea fue irme por la puerta del ático que daba a la carretera directamente, pero había un problema.

— Está con seguro, no podrás abrirla por más que lo intentes—la voz de Zach me hizo dar un saltito del susto, volteé a verlo y lloriqueé más cuando comenzó a acercarse más a mí .

— P-Por favor d-déjame ir—me dejé caer de arriba hasta el piso en la puerta expresando angustia y tristeza, terror por lo que iba a pasar a continuación.

— Levántate del piso—indicó cuando ya estaba más cerca de mi.

— P-Puedes dejarme aquí si quieres pero no me hagas daño—mis manos sobre mis rodillas temblaban demasiado y me comenzaba a sentir débil.

— ¿Por que me tienes tanto miedo así de repente? ¿No nos llevábamos bien antes?—me preguntó casi susurrando y agarró de mi barbilla para que lo mirara, mis lágrimas no dejaban de caer por mas que las evitara.

— Nunca pensé que pudieras hacer esto—chillé.

— No me pude resistir a tu hermoso cuerpo, esa carita de ángel que tienes, tus bellas piernas, curvas preciosas que me vuelven loco me hicieron ir hacia ti, ¿Y sabes que es lo mejor? Que eres una presa fácil, estas por cumplir 18 pero tienes el alma de una niña, nunca te diste cuenta de nada—rió.

— ¿D-De que hablas?—limpié mis lágrimas, ahora estaba más confundida y todas las palabras que me decía me hacían sentir menos, como si mi forma de ser o simplemente yo fuera una completa basura que no sabe ver lo que tiene por delante.

— Tantas veces espiándote, averiguándote, investigándote—se agachó para quedar a mi misma altura y así poderme ver de frente— La primera ves en el cuarto de Matthew, estabas sobre el, te estaba tocando, tenía unas fuertes ganas de ir y golpearlo en ese momento, pero no lo hice.

[cap 11 - 12 x si lo quieren leer de nuevo <33]

— Entraste a la habitación—le dije cuando recordé aquel momento, ahora entendiendo cada detalle y todas las veces que "interrumpió" algo conmigo y Mathew.

— Así es, cariño, vas entendiendo—acaricio mi mejilla y comenzó a acercar su rostro al mío.

— No me toques—le di un manotazo y lo fulminé con la mirada ya con mi ceño fruncido, no hizo caso a mis palabras y apretó mis caderas así haciendo que soltara un jadeo—¡Suéltame! ¡Maldito viejo de mierda!

Pataleé y grité lo más fuerte que pude, sin importar que mi garganta estuviera al límite, llore intensamente y de un segundo a otro mi piel se enchinó al escuchar una voz conocida. Mis pupilas se dilataron y mis lagrimas se detuvieron por unos instantes.

— Suéltala—me giré para ver quién había venido, era Jacob, el guardia que me caía mejor de todos los que Matthew tenía. Sentí alivio y mis lagrimas continuaron pero esta ves eran de pura felicidad y despreocupación. Al menos alguien había venido a salvarme.

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