Capitulo 39

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• Capitulo Treinta y Nueve •



LA SUBASTA
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MATTHEW

* antes del capítulo, perdón por desaparecer tanto tiempo, ya subiré más capítulos jjajssjdh *






La siguiente mañana... Me desperté con un buen humor, Sara estaba dormida sobre mi pecho y su pierna estaba encima de mi abdomen, sonreí al verla con sus ojitos cerrados y respirando con normalidad. Ella era tan hermosa. Me quedé embobado mirándola unos 5 minutos hasta que me levante de la cama, tenia que hacer unas compras, entre ellas, tenia que llevarle a Sara las pastillas del día después, algo bastante importante.

Me vestí y salí de la casa, mis guardias ya se encontraban instalados en la gigante mansión así que les avisé que Sara estaba durmiendo, solo para que no hicieran mucho ruido.

Llegué al supermercado mas cerca y compré lo que necesitaba, me detuve en el pasillo de golosinas, no le harían mal a Sara, observé detenidamente que llevarle hasta que una pequeña niña se tropezó conmigo, retrocedió mirándome, su carita me parecía conocida, era rubia y tenia unos ojos enormes.. en algún lado la había visto.

— Lo lamento, señor — me sonrió, pequeños hoyuelos se formaron en sus mejillas, le devolví la sonrisa.

— No te preocupes— me quede mirándola tratando de acordarme en donde es que la había visto.

— ¿Podría ayudarme a alcanzar esas galletas, por favor ? No las alcanzo.— apuntó a un paquetito.

— Por su puesto— me giré y las agarre, luego se las pasé agachándome un poco.

De repente, un adulto mayor se apareció atrás de ella y la llamó algo enojado.

— Dalia, qué te he dicho sobre hablar con extraños — Me miró furioso, volteé a ver a la pequeña niña... Dalia... Su nombre también me sonaba conocido.

— Lo lamento, solo quería agarrar unas galletas.

— No me interesa, sigue caminando.— me enfureció la forma en la que le hablaba a esa pobre niñita. Continuaron caminando pero yo detuve al señor.

— ¿ Es su nieta ?— dije de repente.

— A usted que le incumbe— espetó. Volteé a ver a la pequeña, me estaba mirando con sus ojitos muy abiertos viendo toda la discusión.

— ¿el es tu abuelo? — hablé con ella. Recibí un empujón del mayor, o al menos eso intento, solo logro moverme 1 centímetro.
Dalia negó con la cabeza varías veces, fruncí el ceño.— ¿ es tu padre ?

— ¿Acaso eres policía? Es mi hija, punto, déjanos en paz— habló el señor en voz alta.

— ¿Es tu padre? — le volví a preguntar a la niñata, negó de nuevo.









capitulo corto para que sepan q sigo viva 🥰
esperen el siguiente capitulo 🫢🫢🫢
acabo a empezar otra novela por si quieren ir y votar, así me ayudan a crecer más.
GRACIAS POR EL APOYOOO, las quiero 🦋

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