-Vamos, solo un poco-, decía esta tratando de convencerme, teníamos una semana en la casa, y solo veíamos a mis hermanos aveces, Raya no siempre tenía el humor de verlos, así que muchas veces se quedaba en el cuarto hasta que se iban.
-No lo haré, sabes que puede perjudicarlos, además mañana viene el doctor-, dije tajante
Esta comenzó a llorar, como hace últimamente cada que quiere algo.
-Dejé de creer en esas lágrimas, así que ahórratelas.
-Eres un idiota, estoy harta de tus dedos y tu lengua, quiero algo más-, dijo tratando de acercarse, está aún más descarada.
-No dices eso cuando mi lengua o dedos te tienen gimiendo- dije devolviendo su gesto.
-Amor, solo un poquito, suave, ¿si?, si quieres no lo introduzcas, solo nos frotaremos un rato, quiero sentirte- dijo y comenzó a besarme el cuello, para luego pasar su lengua por la marca de la mordida. Sabía muy bien lo sensible que era en esa zona y lo aprovechaba bastante.
-¿Solo frotarnos?-, dije y asintio, -Bien, quítate la ropa-, dije y está romerito ampliamente y cuando la vi obedecer la imite.
Su cuerpo continuaba de la misma forma, a excepción de un muy pequeño e imperceptible bulto en su estómago bajo y sus senos, estos estaban mucho más grandes y sensibles.
-Sientate-, dije cuando estuvimos ambos desnudos, esta se colocó a horcadas sobre mí y comenzó a besar mis labios.
Yo también estaba harto de auto-complacerme en el baño luego de aliviarla, pero sabía que no podíamos arriesgarnos.
Pero esta usaba sus palabras y olor a su favor, se tocaba frente a mí incitándome a hacerlo, lo pedía y lloriqueaba como niña pequeña. En ninguna de las ocaciones ha obtenido lo que claramente desea, pero es lo mejor para la salud de ambos.
Creo que el estar encerrados con el plus de las hormonas por el embarazo la tenían fuera de si.
Lleve mis manos a su trasero colocándolas ahí delicadamente, mientras esta se degustaba con mis labios. Inicie el vaivén con nuestras caderas haciendo rosar indiscretamente nuestras intimidades, sintiendo lo húmeda que estaba.
-Más rápido-, pidió y negué para continuar al mismo ritmo, esta acaricio mis brazos varías veces y los llevo arriba de mi cabeza indicándome que me sujetará del respaldo de la cama, ambos nos encontrábamos sentados en esta.
Continuó con los besos y mordidas suaves, luego sepáralo un poco su trasero de mis muslos y comenzó a tocarme con su mano, subía y bajaba su mano por mi extensión provocando que varios gruñidos salgan de mi boca, cerré los ojos instintivamente disfrutando del toque.
-Maldición Raya-, dije cuando está se sentó literalmente sobre mi pene, había conseguido lo que quería.
-Shhh, no digas nada, no te muevas-, dijo y comenzó a moverse lentamente sobre mi, el vaivén era igual al que teníamos, lento y suave, tortuoso pero lo disfrutaba enormemente.
Mis manos se cerraban sobre la madera habiéndola crujir, quería tocarla y complacerla, pero sabía que podía lastimarlos.
Abrí los ojos para encontrarme con los suyos totalmente plateados y su boca entre abierta buscando respirar, sus labios estaban rojos y sus pobladas cejas fruncidas.
Su interior era tan cálido y palpitante como lo recordaba, esta tomó sus senos con sus manos y comenzó a tocarse sobre mí sin detener su exquisito vaivén.
La vi morder su labio con fuerza, colocó sus manos en mis hombros sujetándose de mí y jadeando en mi oído.
Su gruñido me hizo saber que había terminado y la forma maravillosa en la que apretaba mi polla alrededor de esta provocó que yo también lo hiciera.
Estábamos en la misma posición, ella continuaba con sus manos en el mismo lugar y su cabeza estaba sobre mí hombreo izquierdo.
Yo había bajado mis manos del respaldo y las había colocado en su cintura.
-Me siento ultrajado-, dije y sentí como comenzó a reír contagiándome con esta.
-Lo siento, pero me tenías en abstinencia, no es lindo, si quieres te puedo compensar-, dijo mirándome
-¿Como me compensarías?-, dije
-Podemos hacerlo otra vez- dijo y comencé a reír-¿Que?, ¿dije algo gracioso?
-Te amo-, dije sinceramente mirando sus hermosos ojos.
-También yo, lamento haberte ultrajado.
Continuamos hablando un rato más sobre tonterías, estos días han sido buenos para nosotros, nos hemos conocido mejor como pareja y a pesar de que discutimos por sus hormonas locas nos llevamos bien la mayoría del tiempo.
-¿Elegiremos el nombre del cachorro?-, dijo mirando su poco abultado vientre.
-Es mejor esperar a que nazca-, dijo colocando mi mano sobre esté, -todo saldrá bien, es solo que no sabremos el sexo del bebe hasta el parto, así que es mejor elegirlo luego-, dije cuando sentí su nerviosismo en su olor ante mi respuesta.
-Lo siento-, dijo con sus ojos vidriosos por las lágrimas.
-¿Porque?
-Puede que no nazca o que se enteren y nos maten por mi descuido-, dijo angustiada.
-No es tu culpa, sería mía en todo caso, no pienses cosas negativas, puede hacerle daño al cachorro, solo concéntrate en nosotros ¿si?- dije y asintió.
Comencé a repartir besos en sus mejillas, dejando algunos fugases en sus labios, haciéndola reír.
-¿Crees que el médico guarde el secreto?- preguntó.
-Siempre ha sido leal a Yoongi, así que supongo que sí, además de que claramente sabe más de lo que nos dice, me extrañó mucho que estuviera tan seguro de cuándo y cómo despertarías cuando me mordiste, creo que ha habido más casos como el nuestro, y si es así lo más probable es que él tenga los conocimientos.- dije esperando que mis especulaciones sean ciertas.
-Estoy nerviosa-, dijo tomando mis manos y comenzando a jugar con mis dedos.
-Te prefiero exitada, ¿Quieres un oral antes de dormir?- dije y asintió como mía pequeña que le preguntan si desea un dulce.